Mientras Adrián miraba arrobado la pantalla en la que aparecía Maica, esta daba un salto al verlo, como si fuera una aparición. El boxeador se había dejado muchas cosas en el tintero este pasado domingo y quería desquitarse ahora. Maica, pensando que ya estábamos en publicidad, se mesaba los cabellos, incómoda con la situación. Cuando Jorge Javier pidió que dijera entre 0 a 10 la posibilidad de llegar a tener una relación amorosa fue clara, sincera y contundente: ninguna. O sea, cero. Evitaron a Adrián ver lo del cero patatero porque es innecesaria tal humillación. Maica no habría sido capaz de decir esto mismo sabiendo que lo estaba viendo Adrián. Pero tampoco hace falta, ya se lo había dejado claro anteriormente, a pesar de lo cual ahí estaba él, inasequible al desaliento.
Confieso que me hizo reír la diferente reacción ante en el encuentro de Maica y Adrián. También me reí anoche cuando Lorenzo, el visitante italiano, saludaba a Vanessa preguntándole su nombre y ante la respuesta “Yo, Vanessa” decía él “Encantado, Yovanessa”. Lo mismo cuando vi que este visitante saludaba a todos con tres besos porque Vanessa, posiblemente llevada por el entusiasmo al conocerlo, le había dado tres en lugar de los dos tradicionales. Debió pensar Lorenzo (con zeta de Za-ra-go-za) que aquí saludamos así. Ellos solamente dan uno, si no me equivoco. Fueron dos de los momentos más divertidos de la noche.
Como momento divertido no quedó atrás el espectáculo de ver a Ruvens diciéndole a Maica que se alegra mucho de que esté de intercambio en Grande Fratello cuando solo suponerlo le hizo decir que se arrepentía de no haber intercambiado a Jorge por Maica, en lugar de por Lucía. Y hoy planeaba nominarla hablando con Óscar. No vi al viudo del luto riguroso decirle a su amigo que le hiciera el favor de no nominar a Maica. Tener un amigo del tipo de Óscar es como tener una tía en Alcalá, que no tienes tía, ni tienes ‘ná’. O esto otro que se decía mi abuela: “Quién nísperos come, espárragos chupa, bebe cerveza y besa a una vieja, ni come, ni chupa, ni bebe, ni besa”.
Ruvens es como ese amigo odioso que te cuenta el final de la película, solo que en su caso no lo hace por fastidiar, y tampoco es su forma de vengarse de una broma pesada anterior. Lo hace por prepotencia y porque que no valora la importancia de vivir la sorpresa sin que nadie la estropee para hacerse el enteradillo. Había un acomodador (antes en los cines había un trabajador que te indicaba dónde estaba tu butaca, como sigue habiendo en algunos teatros y otros espectáculos de masas) en el cine Callao, de Madrid, que si no le dabas propina te decía que el asesino era el mayordomo, o lo que fuese. Cualquier cosa que te pudiese amargar la velada.
Adelantar lo que va a pasar a continuación en una película es algo que a pocas personas gusta. Ruvens hace lo mismo con cada uno de los giros de guion del programa. Esto significa dos cosas: que ha visto mucho Gran Hermano y que el programa acostumbra a repetir mecánicas semejantes, por lo que a veces resulta fácilmente predecible. Pero no todo el mundo tiene esa capacidad precognitiva basada en la experiencia, por lo que quien sí puede hacerlo debería darse cuenta de que contando lo que va a pasar está evitando que sus compañeros vivan esta experiencia como debieran.
Recuerdo que durante GH El reencuentro supe con anterioridad la identidad de algunos concursantes que iban a entrar (cada semana salía una pareja y entraba otra). Mi fuente era distinta en cada caso y cuando supe que entraría un muy deseado exconcursante no se lo dije a nadie. Por supuesto, no lo conté en un artículo, señalando tan solo que iba a entrar alguien deseado, como dije antes. Pero es que ni siquiera se lo dije a mi mujer (entonces novia), para no quitarle el gusto de ser sorprendida en directo, al tiempo que el resto de la audiencia.
El aura que tiene Ruvens de experto en Gran Hermano se le borra de un plumazo cuando hace eso tan poco televisivo de reventar cada sorpresa. Se convierte entonces en el principal enemigo del programa, una lacra para el espectáculo. No le quito mérito, pero haría bien en ir al ‘confe’ y expresar sus sospechas, sin perjudicar a sus compañeros y, sobre todo, a la audiencia. El domingo hubiera sido preferible que no pensasen en la salida de Maica como parte de un posible intercambio con otra edición, porque sus reacciones hubieran sido más interesantes y jugosas. Es de primero de comunicación.
También debo decir que las reacciones de los concursantes son impredecibles. Por ejemplo, tras ver la curva de la vida de Laura hace una semana todos, sin excepción, se levantaron para darle un abrazo. Podemos discutir si todos los abrazos fueron igual de cariñosos, pero no faltó nadie dando su apoyo y consuelo a una compañera que había contado algún pasaje duro de su vida. Confieso que no escuché la curva de la vida de Laura, y tampoco la de Vanessa anoche. Pero me llamó la atención que solo Lucía tomase la palabra después de su visionado y terminase levantándose para darle un abrazo a Vanessa. Para mi sorpresa, nadie más lo hizo. Ni siquiera Laura, que permaneció como claveteada en el sofá.
Asumiendo que la magia se la carga Ruvens con sus crueles destripes, nos queda disfrutar de algunas situaciones disparatadas. Hemos de asumir que nos va a quedar esto cuando salga Vanessa, una de las mejores concursantes del formato en mucho tiempo. Nos van a faltar palabras para agradecerle todo lo aportado en estos 48 días que lleva la edición. Ya sé que muchos piden repesca, pero a pesar de estar cerca del paso del ecuador no debemos olvidar que solamente ha sido expulsada una concursante (Vanessa será la segunda, si no lo remedia algún milagro). Porque claro, Elsa y Mayte no podrían ser repescadas porque nunca formaron parte del casting definitivo. Y se hace raro hablar de repesca con solo dos o tres candidatos.
Serían, en realidad, candidatas. Entre las dos que no llegaron a ser concursantes oficiales y las dos primeras expulsiones consumadas (si este jueves no sale Vanessa lo hará Daniela, y Juan no fue expulsado por la vida extra), solo hemos prescindido hasta ahora de mujeres. No es extraño porque el grupo que ha sido casi siempre mayoritario en la casa (los azules) nomina más a mujeres que a hombres. Si nada lo impide, terminará estando la casa habitada por el clan del palillo (Edi y Adrián), Laura (la más misógina) y el concursante que pastorea las ovejas, cuyo nombre artístico es Ruvens.
Mi preferida entre las situaciones disparatadas de las que hablaba un par de párrafos atrás es la de Nerea y su pregunta trampa. Esto es posible que lo entiendan mejor los lectores hombres, porque lo veo como cuando tu pareja te pregunta si la ves muy delgada, por poner un ejemplo. La respuesta lleva auténtico veneno y puede que sea complicado salir de ahí indemne. Si dices que no lo siguiente puede ser: “¿Quieres decir que estoy gorda?”. Pero si contestas que sí está delgada sería: “O sea, que me ves esquelética”. Dependiendo de sus ganas y el talento que tenga para sacar las cosas de quicio, puedes terminar cada vez más acorralado, habiendo desencadenado con tu inocente respuesta las acusaciones de no velar por su salud, estar siempre descontento con su peso y masa corporal, o cualquier otra cosa por la que no vas a quedar bien parado en ninguno de los casos.
Nerea no está contenta si Luis le dice que solo ella le parece guapa en la casa. Si hubiera dicho que Violeta es muy guapa (dada la actitud que demuestra y la escandalosa manera que tiene de tirar su concurso a la basura ya no la veo ni guapa) le hubiera caído al pobre Luis un chorreo importante. Desde faltarle al respeto hasta acusarle de querer menospreciarla destacando de manera objetiva una cualidad física de otra concursante. Nerea debe pensar que Luis no es sincero cuando dice que solo la ve guapa a ella, lo cual denota una notable inseguridad en sí misma, así como esa habilidad ya comentada para hacer preguntas trampa de las que es literalmente imposible salir bien.
Los porcentajes ciegos estaban así anoche: 77 %, 15 % y 8 %.
Se anunció anoche que mañana varias madres podrán hablar con sus vástagos y, a la sazón, concursantes de Gran Hermano. Entendí que serán las madres de Violeta, Nerea, Luis y, posiblemente, Laura. Me parece interesante ver quienes intentan influir en el comportamiento de su hijo o hija y quienes no. Para el caso es lo mismo. La experiencia indica que no valdrá para nada. El concursante suele olvidar lo dicho por su progenitor a los cinco minutos. Y en el mejor de los casos al día siguiente.
Reflexiono en el vídeo de hoy sobre el cambio de Óscar, en el cual igual tenemos los espectadores nuestra parte de culpa.