Óscar le cuenta a Luis que Daniela no es de fiar. “Solo le interesa hablar de uno y de otro. A mí me aburre tremendamente y no me fio”, afirma. Critica que hable de unos y otros la misma persona que le está contando a un compañero con el que no ha tenido nunca confianza lo que piensa de alguien que ha sido afín a él desde el principio. Incluso le ha dado ya una segunda oportunidad después de que fuera a saco contra ella en cuanto fue teóricamente expulsada, aunque en realidad fue a parar a la casa espía. Pero tampoco se fía Óscar de Violeta, ni de las mellizas. ¡Cuánta desconfianza!
Óscar raja de todo el mundo, en particular de quienes han sido sus afines, pero luego dice que es Daniela quien habla de unos y otros. Él no solamente da su opinión, también es radio patio y va contando lo que escucha tras las paredes de papel que tiene esa casa. Parece ser que el lunes escuchó desde el cuarto de baño todo lo que hablaron Daniela y Maica en la lavandería. Poco tiempo después media casa tenía un informe detallado de la conversación gracias a Óscar. Llamadme tiquismiquis, pero cualquiera diría que es Óscar quien no parece de fiar.
Aunque Óscar no es el único que tiene pegada la oreja a las paredes. Nerea le contaba ayer a Violeta que en el dormitorio rosa habían estado hablando mal de ella. Se rifan las parabólicas en la casa. Después de la discusión del lunes entre Maica y Óscar ella lloraba compungida mientras él decía con sorna que habían cortado. Quiso hablar con ella, pero no se dejó. “Mañana a lo mejor”, decía Maica. Y hablaron, pero esta vez el mago Óscar no sacó ningún conejo de su chistera. Si hubiera sacado una paloma mucho me temo que habría estado muerta. O herida de gravedad. No estuvo fino en la conversación. Dice que llamó a Maica “pesada”, pero como adjetivo. Hombre, no va a ser como preposición. La paz entre estos dos amigos no parecía estar cerca, pero esta madrugada volví a verlos de buen rollo, casi como antes del lunes.
Pase lo que pase, a Óscar se le está acabando el crédito. Pienso que ya ha sido perdonado demasiadas veces. Su caída en picado y sin frenos la remata escondiendo comida (se lo enseñó ayer a Ruvens). Aunque me temo que no es el único. Algo tienen en común Maica y Óscar, y es que desde anoche respiran tranquilos porque aquellos compañeros que decidieron exponerse a la nominación para salvarlos a ellos salieron de la lista de nominados. Una lista que ha quedado reducida a la terna entre Edi, Nerea y Silvia. Adrián salvó a Óscar porque era más imprescindible para Maica. Uso bien el pretérito porque igual ahora no es tanto así. Dudo igualmente de que si le planteasen hoy el mismo dilema al boxeador habría decidido lo mismo. Anoche Maica estaba mosqueada porque después de recibir Adrián un mensaje del exterior no volvió a dirigirle la palabra.
La audiencia ha podido premiar en las votaciones a Adrián, no solo por su generosidad con Óscar, también por el gesto de renunciar a la mitad del premio (en el improbable caso de que lo ganase) para darle a Juan una vida extra. También Maica fue salvada por Daniela, que ayer era la segunda salvada. La conclusión es que entre los dos no sumaban más del 15 % de los votos, por lo que la audiencia los quiere dentro de la casa, lo cual no es un pequeño detalle, sino algo de importancia. La voluntad de la audiencia debe ser respetada.
No vi en Edi ese respeto que reclamo cuando decía no entender que se hubiera salvado Javier el domingo (aunque ellos se enteraron anoche, salvo Vanessa, que ha mantenido el secreto durante estos días). Yo se lo explico. A ver, Edi, sácate el palillo de la boca, que voy a hablar contigo. Javier se ha salvado antes que tú porque la audiencia así lo ha considerado. Es más, tú vas a ir al patíbulo de la sala de expulsiones mañana y Javier, no. Tampoco Adrián, ni Daniela. Ya te puedes volver a poner el palillo. Los rostros de Edi y Ruvens mostraban su amargura una vez enterados de que Javier estaba salvado. Y volvían a descomponerse con la misma noticia sobre Daniela. Curiosamente, Adrián era duramente censurado el lunes por presentarse a la elección de ‘minisúper’. Nada parece estar saliendo bien para la banda de Ruvens.
Aunque si hablamos de rostros descompuestos estamos en la obligación de mencionar el levísimo, pero muy significativo, gesto de Violeta cuando Edi era preguntado en los últimos minutos del programa de anoche sobre cómo reaccionaría si fuera el expulsado de este jueves. Edi reparaba en mencionar las ganas que tiene de ver a su hijo, lo cual es lógico que vaya por delante de todo lo demás. También se acordaba de su familia y añadía: “Se quedaría la experiencia a medias, pero… simplemente… nada, estoy encantado de vivir esta experiencia. Nada más”. Nada más, ¿eh? Quiere decir, ni una sola palabra sobre Violeta, la mujer con quien acababa de tener una hora sin cámaras. No hacía falta tener esta confirmación, era sabido que a Edi le importa Violeta menos que el horóscopo del día anterior.
Edi no entiende las expulsiones habidas hasta ahora ni los salvados de esta semana. Tampoco entendía cómo Violeta había pasado de tener un lío con Luis a querer enrollarse con él. Igual debería aprender que el físico no lo es todo. Los de su alrededor incidían en la ofensa a Luis sin explicarle cosa tan básica a Edi. Bien mirado, el básico es él si tenemos en cuenta que se ha metido con los labios de Vanessa y con que vaya enseñando el culo con sus minifaldas muy mini. También ha dicho que Silvia sin maquillar pega un bajón importante. Aunque más importante me parece que diga: “Yo de aquí a quien me llevo es a Elsa”. A Violeta le sería indiferente si se entera de esto, porque ella debió dejarse olvidado el orgullo en casa.
Laura no levanta cabeza. Primero descubre Maica que lleva puesta su camiseta y cuando se lo dice tiene la ocurrencia de contestar: “Me queda mejor a mí”. No es la primera vez que lleva puesta ropa ajena sin haberla pedido. La imagino en la lavandería eligiendo su outfit para el día. Parece que también coge brillo de labios o colorete ajeno, lo cual marca una tendencia peligrosa. Creo que fue el mismo día de la camiseta que luego escucharon la voz de pito del exterior diciendo “Laura víbora”. Digo voz de pito porque ya suben las curvas que conducen a la casa de Guadalix de la Sierra sin megáfono. Las generaciones más jóvenes deben de tener unos pulmones muy potentes.
Lo inteligente es entender que pueden subir a gritar personas a las que les gusta Laura y otras a las cuales no les gusta. La única condición, como digo, es tener un buen torrente de voz. Pero por más que se lo digan, y lo sepan, a algunos concursantes les afecta cuando gritan cosas en su contra. No podía imaginar Laura la trascendencia de esos gritos. No porque la llamasen víbora, lo cual es tan intolerable como de mal gusto, sino porque eso supuso que Vulcan recogiera cable y le plantease alejarse un poco de ella.
Imposible creer la excusa cutre que daba para explicar ese paso hacia atrás (de nuevo La Yenka, “adelante, detrás, un, dos, tres”). Dice Vulcan que es para que no hubiera comentarios como ese de la víbora. Él mismo había quitado importancia a los gritos del exterior, con toda la razón. No sabría decir si este concursante es más cobarde que presuntuoso. Así me lo pareció cuando el otro día le decía a Laura: “No te estás dejando fluir porque me hubieras dado un beso”. Más sensata me pareció la respuesta de Laura: “Te estoy dando tu espacio y respetando tus tiempos. Si por mi fuera te hubiera besado hace dos semanas”. Igual son más de dos.
Así estaban los porcentajes ciegos actualizados tras ser salvado Javier: 46 %, 29 %, 10 %, 9 % y 6 %. Por la posición de las barras sabemos que quien el domingo tenía menos votos sigue nominado, habiendo “sorpasado” a Adrián y Daniela. La lógica dice que debe ser Nerea por el hartazgo que produce en la audiencia su día de la marmota con Luis. Especialmente por sus malas formas de niña consentida y caprichosa. Esto confirmaría la sospecha de que la expulsión esta entre Edi y Silvia, Silvia y Edi. No me atrevo a conjeturar, pero los porcentajes están muy cerca y todavía podría haber sorpresas, principalmente porque anoche se volvieron a abrir las votaciones. “Yes we can”, que decía Barack Obama. Se puede, se va pudiendo.
En el vídeo de hoy hablo de la visita anoche de una exconcursante, la información del exterior que pudo transmitir y las consecuencias para los habitantes de la casa.