La relación con Laura agobia a Vulcan

Vulcan anda dándole vueltas al torno con Laura. Se mueve a su alrededor caracoleando, como si anduviera a lomos de un caballo (dudas sobre equitación a Óscar, por favor). Tras la salida de Elsa se acercó a ella para decirle que se estaba repensando sus calabazas de días atrás. Esa fue mi conclusión de la conversación. Y seguramente animó a que Laura ayer procurase un despertar distinto y, digámoslo, romántico a Vulcan. Le preparó el desayuno como se hace entre enamorados y le despertó a continuación. Vulcan debió de pensar que una cosa es mover ficha y acercarse a Laura una vez que ya no tiene un cancerbero (de nombre Elsa) guardando su virtud mientras vigila sus pasos, y otra prepararle el desayuno. Resultado: se agobió.

Laura no ha cambiado con Vulcan, ni siquiera después de pedir este que no le prepare más el desayuno. Tampoco ha parecido influir el tradicional megáfono. Lo llamo así, pero la realidad es que ahora se desgañitan y se les escucha igual. Para ser fan de Gran Hermano e ir a las inmediaciones de Guadalix para gritar se exige tener voz penetrante y una buena capacidad pulmonar. Parece que esta vez animaban a Laura, le recomendaban que no se fiase de nadie y, más en concreto, le decían que Vulcan está traicionándola. Él lo negó todo, como un marido infiel.

El doble juego de Ruvens y Edi

No tengo pruebas, pero tampoco dudas, de que Vulcan está jugando sus cartas sin importarle gran cosa lo que pueda sentir Laura y si sale o no dañada por su culpa. Por su parte, Laura sabe lo que debe hacer, pero no está dispuesta a ello. Se lo decía ayer en el imprescindible jacuzzi interior. Sabe que es ella quien debería poner freno, “pero no voy a cambiar nada”, aclaraba. Laura, a espaldas de la realidad, no cree que Vulcan la esté traicionando aunque lo haya escuchado. Hasta ahí bien porque cualquiera puede ir a soltar la mayor de las insensateces (mientras sepa gritar fuerte, como queda dicho). Pero tampoco parece dispuesta a corregir aquellas cosas que le indican sus amigos.

Ruvens y Edi estuvieron diciendo a Laura que tenga cuidado con beneficiar a sus amigos en la casa de manera evidente. A estos dos compañeros les parece claro que reparte la comida de manera desigual. También que son claras sus preferencias hacia algunos en la compra semanal. Añadiría yo que ella misma ha resultado beneficiada en la compra porque se ha quedado un frasco de crema de cacao que no quiere compartir con nadie, al menos sin que se lo pidan. Con lo que vale la crema de cacao en el Restaurante Amillo de Torremolinos te ponen una buena ración de espetos.

Laura quiere hacernos creer que es demasiado buena y se preocupa por todo el mundo. Ruvens y Edi, por su parte, pretenden hacer pasar sus comentarios a Laura como una generosa ayuda a esta compañera. Sería más creíble si Ruvens no hubiera demostrado ser bastante veleta e interesado. Y, sobre todo, si Edi no llega a contar un rato antes a Violeta lo que piensa de Laura. Edi es de esos concursantes que parecen olvidar bien pronto la presencia de las cámaras. Por eso no repara en hacerle un traje a Laura y luego ir con cara de niño bueno dando consejos aparentemente bienintencionados.

El grupo minoritario ya es el más grande

Dice Edi: “Laura está muy subida. No me gusta el abuso de poder”. Violeta pone la guinda al comentario: “Es hipócrita, envidiosa y muy egoísta. Siempre va de que es puro corazón y no me la creo”. Edi se ha dado cuenta de que Laura se apropia de muchos alimentos que no le corresponden y sirve a sus amigos (supuestos amigos, se debería decir) los platos más llenos. Además, reconoce actitudes injustas de su grupo contra Jorge o la propia Violeta. El niño de ‘El quinto sentido’ veía muertos en ocasiones, y yo en ocasiones veo rotondazos. Aunque lo de Edi es también ir a contradirección en plan kamikaze.

Escuchando a Edi diría que el grupo se rompe, aunque luego disimula y está con ellos como si no hubiera pasado nada. No es el único que proyecta la imagen de un grupo hecho pedazos. La misma noche de la rajada de Edi contra Laura, en el dormitorio azul afeaban a Ruvens que le hubiera llamado la atención a Laura por los temas de la comida, así como ciertos gestos de Mayte que se pueden interpretar como homófobos. Laura y Mayte van a una y contra dos compañeros, precisamente aquellos que se creen cerebros del grupo. La discrepancia de Laura y Ruvens empieza a ser tan grande que este pretendía anoche sacar a Vanessa a la palestra, mientras Laura está agradecida a la gallega por haberla defendido varias veces. Ruvens se ha dado cuenta de que hay una nueva mayoría en la casa y pretende volver a dar la vuelta a la situación.

El problema de Ruvens es su torpeza a la hora de analizar la situación y buscar soluciones a la misma. Edi prefiere esperar una semana antes de ir a por Vanessa porque ve fuerte a Javier y le cae bien. Ya había comentado con Ruvens que deberían atraer a Javier e intentar que cambiase de grupo. No parece muy inteligente pretender un rotondazo de Javier al tiempo que nominan a su mujer. Si logran esa expulsión la reacción de Javier no sería nada amable. Además, fracasarán si pretenden que Javier comparta estrategias con Laura y Mayte.

Javier es todo un descubrimiento

Javier paró los pies a Laura en su pretensión de encadenarse al horno, lo cual han celebrado mucho en la casa aunque solo a media voz. Entre otros Edi, que se deshizo en elogios con Javier por su reacción del otro día. Y el cantante gallego no traga a Mayte, directamente. Anoche le pedía que cuando él esté en la radio retire la capa de “Malditta” porque le da mal rollo. Mayte dice que lo hará, pero va a pedir permiso al ‘súper’ para dejarla ahí cuando ella se vaya. Duraría menos que un pastel de ‘La patrulla canina’ a la puerta de un colegio. Vanessa se burlaba el otro día de que estuviera escrita la inscripción en la capa de Mayte con dos tés cuando ella escribe Vanessa con dos eses.

Por lo visto estos dos últimos días no hay que fiarse de las apariencias porque a veces las cosas no son como parecen. Esto me ha hecho recordar la fábula de la vaca, el pajarito y el zorro que contó hace muchos años José Martí Gómez en la cadena SER. Es una fábula moderna que reza así: “Triscaba en el prado una vaca que al tiempo que vio cómo se acercaba un zorro vio caer del nido a un pajarito que no sabía volar. Maternal, la vaca defecó encima del pajarito para ocultarlo a la vista del zorro pero el pajarito empezó a decir pío, pío, pío y el zorro, alertado, escarbó entre la caca de la vaca, cogió al pajarito entre sus dientes, lo llevo al río, lo lavó y cuando estuvo limpio se lo zampó en un plis plas y siguió su camino”.

Lo más importante de esta fábula es su moraleja. Dice esto: “no todos los que te cubren de caca son tus enemigos, no todos los que te la limpian son tus amigos y mientras estés cubierto de mierda nunca digas ni pío”. Harían bien en tenerlo en cuenta los concursantes de este reality, que pueden amanecer sepultados en mierda (con perdón) cualquier día. Algunos, como Edi ejerciendo de gallego, no dejan ver bien si están echando mierda o limpiándola. Y, aun así, a saber que es lo bueno y lo malo.

Anoche encargaron a Ruvens en la sala de confesiones que hiciera una ronda de entrevistas a sus compañeros. El objetivo era tener un contenido para las conexiones en directo del Última hora. Ruvens interpretó que se lo habían encargado a él por algo y empezó entrevistando a Óscar sin dejar de remarcar que él había sido el primer seleccionado para formar parte del casting definitivo de la edición, mientras el propio Óscar fue segundo. En la medida que Ruvens se vaya inflando la explosión será más sonora cuando explote el globo y sea consciente de la realidad. Su entrevista a Violeta volvió a poner a media casa en pie.

Preguntó Ruvens a Violeta si cree haber sido responsable de la expulsión de Elsa. Esto molestó a Violeta, pero no solamente a ella. De nuevo Javier levantó la voz y afeó la pregunta. También les pareció mal a otros concursantes y, en este caso, Vanessa se puso del lado de su marido. El episodio sirvió para que se viera la intención de Ruvens, un concursante demasiado obsesionado por perjudicar la imagen de sus rivales. Es casi una obligación tener ese objetivo, siempre y cuando se tenga la precaución de no evidenciarlo. También me pareció útil para confirmar que Javier está dispuesto a no dejarse pisotear. Para mí ha ganado muchos puntos en los últimos días.

Moleskine del gato

En el vídeo de hoy reflexiono sobre el peligro de que quienes formaban parte del grupo minoritario se sientan poderosos y repliquen errores de sus rivales. Además, hoy este gato nomina.