Siempre he dividido a la audiencia votante entre quienes quieren ejercer de dioses castigadores y aquellos que han ido aprendiendo a usar su voto para proteger el espectáculo, dejando en la casa a aquellos que más contenido dan aun sin tener de ellos una buena opinión. Pero creo que está surgiendo un nuevo tipo y es la audiencia lejía, a la cual estaría especialmente agradecida Maica. Se trata de una audiencia que interpreta su labor como la del médico obligado a extirpar de un cuerpo los elementos más tóxicos para intentar mantenerlo sano en lo posible. Y no se puede negar que Elsa ha sido una concursante tóxica. Muy tóxica.
Elsa ha repartido su veneno entre aquellos que creían ser sus amigos en idéntica medida que entre sus supuestos enemigos. Ha interpretado como nadie la táctica del divide y vencerás, provocando la ruptura entre compañeros para lograr que estos tuvieran mermada la energía en su aislada individualidad. Consciente o inconscientemente, para Elsa son rivales más fuertes Edi y Violeta juntos que cada uno de ellos por separado. No sé si la audiencia lo ha interpretado así, o simplemente ha visto su tósigo, las malas formas de las que casi siempre presume y la falta de valentía que revelan sus repetidos silencios cuando se preguntó por quién puso al descubierto la verdad de la trama de las mellizas.
No me hubiera atrevido a afirmar que su acercamiento a Manu o Edi era porque sentía atracción hacia ellos, aunque a su manera lo reconocía anoche en el caso de este último. Tampoco me parece trascendente si lo hacía por esa razón o para separarlos definitivamente de Laura o Violeta, lo cual consiguió también en este último caso. Es muy posible que Edi vuelva ahora a besarse con Violeta, una vez que salió la compañera que le aconsejó la ruptura. Lo hizo de manera tan convincente como para que Edi fuera a dar por finalizados los intercambios de fluidos con Violeta a renglón seguido de una conversación en ese sentido con Elsa.
No solo pretendió separar posibles relaciones para que no llegasen a un mayor acercamiento de tipo amoroso, o sencillamente sexual. También maniobró con grosera claridad para alejar a Maica de Óscar contándole a aquella algo que no iba con ella y suponía darle una cruel puñalada a este compañero. El error de Óscar presumiendo de su lealtad con Elsa se queda en una anécdota al lado del movimiento de esta justo antes de comenzar una gala contándole a Maica lo que había hablado con Óscar. Es indudable que lo hizo con intención de dañarle y estuvo sospechosamente sincronizada con Maite, que terminó de rematar la faena por la cual Maica ha estado muy distante de Óscar desde entonces.
Era imposible que la audiencia no viera el veneno de Elsa, y eso no fuera a tener como consecuencia que anoche se convirtiera en la primera expulsada real de la edición. Me decepcionó en su entrevista por la falta de autocrítica y la torpe reacción que tuvo ante temas imprescindibles a la hora de pedirle que rindiese cuentas de su paso por la casa. Hubiera ganado mucho si llega a decir sobre lo de Silvia algo así como que no contó que las había delatado porque esto es un concurso y no tenía ninguna obligación de hacerlo. Mejor eso que mentir diciendo que sí se lo dijo tras balbucir una respuesta.
Debo confesar que lamento en parte la expulsión de Elsa, que no era en absoluto mi primera opción, aunque entiendo perfectamente la decisión de la audiencia por las razones ya expuestas. Por otro lado, ahora que ya está fuera pienso que su salida va a propiciar en algunos concursantes actitudes más espontáneas al no estar contaminados por su toxicidad. No hay mal que por bien no venga, como me gusta siempre decir. Cuando falten también Maite y Ruvens es posible que haya menos salseo en la casa, pero todo va a fluir de manera más sana. Ruvens creo que se salva seguro, pero no me extrañaría que la otra baja de la semana, y no lo digo por su estatura, sea Maite. Esa concursante que roba crema de cacao y abronca a los demás por haber robado crema de cacao.
Aparte de todo lo dicho, Elsa ha sido torpe como ella sola. Ayer durante el almuerzo preguntaba quién le había quitado una percha blanca, según ella la única de ese color. Óscar callaba mientras ella avisaba de que iba a revisar todos los armarios hasta encontrar dicha percha. Lo extraño es que los demás también se mantuvieron en silencio, sin que nadie pusiese el grito en el cielo porque una compañera fuera a hurgar en su armario. Elsa vino al momento (sabía perfectamente dónde encontrar la percha) con la percha y ropa de Óscar colgando de la misma. Pero este explicó que esa percha venía en la burra con la ropa de la prueba. Luego se descubrió que era Juan quien había cogido la percha de Elsa. Pero, en realidad, Óscar le había tendido la trampa poniendo a la vista la percha de Elsa, convencido de que la cogiese quién la cogiese Elsa le iba a acusar a él.
Lo anterior es solo una muestra de hasta qué punto está Óscar revelándose como un concursante de lujo. Ejemplos de que ha sido aislado por todos son que se hicieran la foto de grupo en la prueba sin estar él presente o apartasen su silla de la mesa del comedor sin que nadie le hiciera un sitio cuando llegó. Ruvens se ha estado burlando de él de manera zafia y cruel, pero, sobre todo, continua. Ha sido el apestado del grupo, a pesar de lo cual no ha perdido las formas y ha respondido con el látigo de su indiferencia, lo cual les ha puesto más nerviosos.
Hablando de nervios, lo que más ha hecho que la banda de Ruvens los perdiera anoche es haber escuchado una atronadora ovación en plató cuando Ion Aramendi comunicaba que Óscar no estaba en peligro de expulsión, mientras Maite sí lo estaba. Adivino a Ruvens a punto de entrar en combustión espontánea de rabia y desconcierto. Tanto como cuando un rato más tarde sabían que Elsa había sido la expulsada. No se lo podían creer. Estaban tan seguros de ser los más guay de la casa que no contemplaban esta posibilidad, mostrando semejante incapacidad para la autocrítica como la propia Elsa en plató.
Óscar fue el único que tomó la palabra para decir que sí se esperaba la expulsión y le parece totalmente justa. Al finalizar la gala se lo reprochaban, tal vez porque no han pensado que decir lo contrario es acusar de ser injusta a la soberana audiencia. Óscar tenía anoche el remate perfecto a un gran día para él, donde pudo recuperar algo de crédito ante Maica y Daniela por el papel que Elsa tuvo en su crisis con ambas. Óscar ha cometido muchos errores que está resolviendo con maestría y, sobre todo, dosis casi inéditas de emoción. Su charla del sábado con Daniela solo fue superada por la que mantuvieron ambos ayer. La conjunción de estos dos concursantes da como resultado una cegadora luminosidad. Brillan con luz propia.
Daniela sigue hablando con Óscar a pesar de la labor contaminadora de otros compañeros. En eso es como Violeta, que no se deja manipular por los comentarios que haya podido hacer Jorge. Por eso sigo esperando, necesitando, ansiando y casi exigiendo una alianza entre Óscar y Violeta. Maica y Vanessa son más fácilmente manipulables, aunque no descarto que tras lo sucedido anoche le den una oportunidad a Óscar, al menos ‘princesita lejía’. “Aquí ellos se piensan que la casa es suya y el resto sobramos”, le decía Óscar a Daniela ayer. “Esta gente es muy mala”, respondía ella. Más adelante remataba él: “¿Tú qué me dijiste? No cedas tu poder a nadie. El poder lo tienes tú. Con eso a mí me hiciste fuerte”. Preciosa charla.
Una de las frases más repetidas en esa casa es aquello de “ni los malos son tan malos, ni los buenos son tan buenos”. En mi recuerdo fue Mahme (GH 8) la primera en decirlo, pero a saber. Este fin de semana he transformado la frase de marras en “los malos son más malos y los buenos son más buenos”. También en esta otra, al hilo de la emocionante conversación en varios capítulos entre Daniela y Óscar: “A veces los aparentemente débiles no son nada débiles”. Tampoco veo nada débil a Maica, que ayer le decía a Adrián: “Pienso que la relación entre tú y yo no va a ningún lado. No somos compatibles para tener algo más que una amistad”. Por si alguien osa repetir que no está siendo clara.
Se avecina un cambio en la casa con Óscar, Daniela y Violeta. Ya se ha empezado a ver algo esta madrugada. No solo porque ninguno de ellos pasó anoche por la sala de expulsiones. O por la ovación en plató a Óscar. También, y principalmente, por los gritos del exterior que escucharon ayer. “Óscar, España te quiere”, “Óscar, Maica, Daniela y Violeta juntos a la final”, “Habitación azul fuera”. Habló el megáfono. Las tornas van a cambiar, aunque no creo que por el momento la banda de Ruvens varíe mucho de actitud.
Por los votos ciegos a cada uno de los 19 concursantes que proporcionó ayer el programa de manera absolutamente inédita se colige que el 41,97 % de los votantes quisieron que no formase parte del casting final Elsa. Un 32,92 % quiso ver fuera al siguiente menos elegido, y un 24,84 % al tercero con más rechazo O sea, tres concursantes tienen al menos a una cuarta parte de la audiencia en contra. En el otro extremo de la tabla, el más votado solo tendría el rechazo de un 1,59 %, el único que baja del 2. Con más de un 10 % de rechazo hay en esta primera votación tan solo 6 concursantes. Estos datos cambiarán porque se ha abierto una nueva votación en la cual debemos elegir de nuevo a 17, pero esta vez de una lista con solo 18 nombres.
En el vídeo de hoy intento analizar la importancia de la elección del “Big Bro”. Y las comidas particulares de varios concursantes.