Lucía le pone los puntos sobre las íes a Jorge

La casa secreta entra en ebullición la víspera del paso a la casa oficial de Lucía y Silvia, las mellizas que se harán pasar por novias. Toda su trama está en la cabeza de ambas, incluso la fecha del día que se dieron el primer beso. Luego tuvieron una crisis en la cual hubo un cese temporal de la convivencia, o algo de ese tipo. Hasta el día de hoy, que teóricamente entran por primera vez en la casa de Gran Hermano. Pues bien, Lucía ha decidido despedirse poniendo a Jorge los puntos sobre las íes.

Era evidente que Lucía le tenía ganas a Jorge y bajo ningún concepto quería irse a la otra casa sin haberle dicho cuatro cosas bien dichas. Empezó con diplomacia: “Al principio me caíste bien. No te veo maldad, no te veo que seas una mala persona”. Para asestar el hachazo a continuación: “Lo que a mí me has parecido un poco falso e hipócrita”. Me adelanto en el relato para contar que la cosa terminó de manera fea y de “hipócrita” Lucía pasó a un más contundente “mete mierda”. Me pareció apreciar que se quedaba más a gusto con lo último. También que no había previsto llegar a eso.

Daniela advirtió a Jorge antes de nada

La conversación entre Lucía y Jorge, que tuvo lugar a solas en su mayoría, pero terminó con el “chimpún” de las palabras más gruesas delante de todos los demás. Aparte de llamarle “mete mierda”, Lucía aclaró que no lo traga, lo cual era realmente innecesario. Ya nos habíamos dado cuenta. Antes de todo, Daniela ya había advertido a Jorge de algunos comentarios y actitudes que incomodaban a las chicas en esa casa. Creo que en el ‘confe’ también le habían dado un toque de atención, y Daniela le explicó las cosas sin dar lecciones ni hablarle como a un menor de edad. Fue una conversación entre adultos, donde Daniela estuvo sensacional.

Jorge agradeció las palabras de Daniela, que le planteó la realidad sin aspavientos. Claro que debía estar agradecido, aunque mejor que se hubiera dado cuenta por sí mismo del rostro de sus compañeras ante ciertas bromas (por así decirlo). En qué cabeza cabe tener ciertas actitudes en un grupo que prácticamente acabas de conocer y teniendo el ojo espía de la cámara siempre atento. Lo de Jorge no es inocencia sino inconsciencia. No tendría que haber sido necesario advertírselo, pero así las cosas igual hubiera estado mejor que lo hicieran algo antes. Ayer se cumplían los primeros 11 días de encierro y es tiempo suficiente para haber dado un toque al del detector de metales.

En la conversación con Lucía supo Jorge agarrarse a un argumento en cierto aspecto incontestable, aunque tramposo. Decía el militar que él no había hablado a nadie de Lucía o su hermana. No le ha gustado que ellas le hayan criticado y se hayan estado riendo de él a sus espaldas antes de decidirse a tener la charla de ayer. Lucía tuvo problemas para salir de ahí, porque no le faltaba razón a su interlocutor. Pero es un argumento falaz porque estando encerrado y siendo un grupo muy reducido, sería imposible que no hablasen unos de otros. Se dice mucho eso de hablar las cosas a la cara, pero no siempre lo hacemos. Todos hacemos comentarios sobre otros con terceras personas. No es pecado mortal. Además, hay otra trampa en el argumento: Jorge no tiene amigos en esa casa, por lo que difícilmente habría podido hablar de Lucía con nadie.

Jorge sigue poniendo misterio a su relación con Violeta

Lucía se fue calentando según avanzaba la conversación. Empezó llamando a Jorge “maleducado” y terminó acusándole de no hacer nada la última semana, ni siquiera la prueba. Aparte de los improperios ya señalados. Pendiente queda resolver el asunto de Violeta y lo que tuvo con ella, que Jorge siempre trata con un misterio inexplicable aduciendo que ya lo hablará cuando esté ella delante. Parece olvidarse de que Violeta vivió en esa casa los cinco primeros días y en ningún momento hablaron de eso tan bonito que vivieron juntos. A Daniela le aclaraba una vez que no hicieron nada, y llena de razón le preguntaba esta compañera que cómo habrían podido tener algo si estaban en un casting. El detalle de que Violeta le presentó a su familia parece solamente válido para agrandar algo que está únicamente en la imaginación o el deseo de Jorge.

El rifirrafe con Jorge le ha valido a Lucía para sacar su auténtico carácter y eso da valor a su entrada en la casa oficial esta misma noche. Es de esperar que tras haber hablado estos días con Vanessa y Daniela, las mellizas sepan acertar con sus intenciones. Habrán decepcionado a una parte importante de la audiencia si se unen a la borregada del grupo mayoritario, donde Ruvens ejerce cada vez más el papel de líder, aunque utiliza a Maite para hacer los trabajos más antipáticos. Lo vimos anoche en el ‘Tribunal de los oficios’, donde Maite fue elegida por la mayoría como el brazo ejecutor de Ruvens.

Mal empezó la ‘nini’ Maite, que se asignó dos tareas pudiendo quedarse sin hacer ninguna labor, lo cual es de apreciar. Pero su decisión respecto a la cocina vino con una acusación a Óscar carente de sentido. Afirmó que ha desistido de la cocina después de que haya estado cocinando mañana, tarde y noche durante más de una semana, con la ayuda de Laura y otras más esporádicas. Ayer habían pactado que Óscar se tomase un día de descanso, que le vino particularmente bien tras lo vivido el domingo por la noche. Eso no es desistir, tan solo tomarse un día libre.

Al final Maite dejó a Óscar en cocina, lo cual este agradeció. A continuación, el reparto de labores para esta semana: Maica, Maite y Nerea los baños; Elsa, Adrián y Edi la limpieza; Laura, Juan y Maite la lavandería; Óscar, Luis y Laura la cocina; Violeta, Vulcan y Ruvens fregar los platos, para terminar con Elsa y Nerea en el jardín. Estas últimas son las más afortunadas porque por la experiencia acumulada como espectador tengo claro que el jardín es lo que menos trabajo da. Tengo la impresión de que cuando no sea Maite quien reciba el mayor número de medallas para elegirla la patrona que reparte tareas en la casa ese será el momento que Ruvens habrá decidido que la de las anchoas le sobra.

Ruvens se apresura a poner la puntilla a Óscar

Tras la encerrona del domingo por parte de Maite y Elsa, Óscar hubo de soportar ayer el turno de Ruvens, dispuesto a poner la puntilla final. Primero hablando de él con otros compañeros, luego intentando ponerle en un aprieto en la radio de Gran Hermano y, por último, abordándole en el jardín en un tono realmente duro. Diría más bien que despiadado. Le acusó de colgarse de él para evitar la expulsión, llamándole “correveidile” y “paranoico”, entre otras cosas. Llegó incluso a decirle que le “falta higiene”. Esto sí que no lo creo porque de ser verdad Maica no habría sido amiga suya hasta el domingo.

El grupo mayoritario no ha debido de valorar que aislando a Óscar, separándole del único apoyo que le quedaba (Maica), están siguiendo una estrategia peligrosa. Pensarán que están eliminando un rival, pero la forma utilizada hace que se les pueda volver en contra. Efectivamente, Óscar se ha equivocado pensando inocentemente que no le iban a pasar factura sus actos. Además, él también ha hablado mal de casi todos sus compañeros. Pero un Óscar aislado, vilipendiado e ignorado despertaría la compasión de la audiencia y todos sabemos lo que eso comporta. El panorama de todos contra uno describe una mayoría cobarde frente a un sufridor. Me gustaría ver los próximos episodios de esta historia, para lo cual no debería salir Óscar este jueves.

Moleskine del gato

Los porcentajes ciegos estaban así anoche durante el Última hora presentado por Laura Madrueño: 42 %, 35 %, 18 % y 5 %. Se reduce 5 puntos la diferencia entre los dos primeros respecto al domingo en El Debate. Teniendo en cuenta que quedan dos días hasta el jueves, a este mismo ritmo podríamos dar la bienvenida a Santa Sorpasso, que a veces es nuestra última esperanza.

Y en el vídeo de hoy hablo de Maica y la ley de Poe, en una versión adaptada a la realidad de esta concursante fanática de la lejía.