Desde que Tadeo cayó en la tentación con Mayeli con un apasionado beso en el jacuzzi de 'Villa Montaña', el novio de Sthefany no para de dejarse llevar con la tentadora. Cada vez pasan más tiempo juntos y ya incluso hablan de planes de futuro.
Durante una conversación en la cama de la habitación de Tadeo, este no ha dudado en sincerarse con la tentadora y confesarle que, a pesar de tener en mente a su novia, se siente muy cómodo con ella: "Aunque yo evidentemente tengo presente a mi novia y sé que todavía siento un montón de cosas por ella y tal, también es cierto que al final estoy pasando tiempo aquí contigo", comenzaba.
"Tengo mucha afinidad contigo, para mí eres una tentación real, cada día me lo pones más difícil. Evidentemente ya ayer fue complicado no resistirme", continuaba recordando el momento en el que decidió sobrepasar todos los límites y besarse con Mayeli por primera vez.
Tras escuchar sus palabras, la soltera no dudó en lanzarle una propuesta de cara al fin del programa: "¿Entonces vas a venir a Madrid a verme algún día?". Tadeo respondía al instante: "Posiblemente. Me tienes que llevar a restaurantes". Propuesta que ella aceptaba sin pensárelo dos veces: "Yo te llevo".
No obstante, una mañana en 'Villa Montaña', Tadeo se despertó un tanto preocupado y no dudó en compartir con sus compañeros cómo se sentía. La noche anterior se había activado la luz de la tentación, y temía que hubiera sido su novia Sthefany quien la hubiera hecho saltar.
"Estuve hablando con Mayeli. Me dijo que no me preocupara, que podría haber sido otra persona", comenzaba. Entonces Montoya le sugería algo: "Te emparanoiaste un poquito". Y, en efecto, Tadeo le reconocía que así fue: "Claro, porque visto lo visto, la otra vez vio las imágenes y en vez de tomárselo con mente fría, actuó como actuó".
"Tú no estás haciendo nada", le consolaba el novio de Anita. "La conversación que tuve fue con Mayeli. Estuvimos bastante cómodos ahí y yo creo que esa complicidad es lo que ha hecho a mi novia darme el espejo. Eso y lo de la piscina, punto. Porque no hay otra cosa", zanjaba Tadeo autoconvenciéndose.