Apoyados en la barra, Javier hace una reflexión económica con Sergio:

—¿Qué prefieres, trabajar 10 horas y cobrar cada una a 3 o trabajar 5 bolos y cobrarlos a 6? —la pregunta, claramente, tiene una respuesta fácil, y ambos coinciden en que la segunda opción es la más atractiva.

Mientras tanto, en la habitación, la conversación entre Daniel y Óscar sigue su curso, aunque con un tono algo más tenso. No parece haber llegado aún a un consenso, pero ambos siguen discutiendo con respeto.

En el salón, Maica, aprovechando un momento de tranquilidad, confiesa abiertamente los problemas que ha tenido cuando se ha lanzado a tener una relación. Habla sobre sus miedos y las dificultades, aunque también muestra una gran madurez al reconocer sus fallos y aprendizajes.

La casa bulle a estas horas de la noche, pero con el ambiente algo más calmado, es hora de irse a descansar.

—Si te han quedado ganas de más, sigue la vida en directo en www.mitele.es. Nos vemos mañana.

Sergio y Javier se relajan con otra ronda de leche con galletas antes de que Jaimy y Marieta también se preparen para ir a dormir. La tranquilidad de la noche parece apoderarse de la casa, con todos yendo poco a poco a sus habitaciones.

Mientras tanto, en el otro lado de la casa, la conversación entre Óscar y Dani sigue en marcha. Ambos están de acuerdo en algo importante: si fueran personas rencorosas, no estarían hablando ni intentando acercar posturas.

—Es que, si nos hubiéramos quedado con la resentimiento, ya ni estaríamos aquí charlando —dice Óscar, mientras Dani asiente.

Marieta felicita a Óscar por abordar con valentía los temas más candentes que rondan la casa.

—Hay muchas cosas de las que hablar, y al principio, con lo de la radio, parecía que me estaba durmiendo. Así que gracias por salirte del guion, cambiar la escaleta y hablar de lo de bendecir la mesa, porque si no se hablan las cosas, hay problemas —comenta con sinceridad.

Con su característico tono directo, añade:

—Llevamos aquí tres semanas y somos cada uno de su padre y de su madre. Es normal que pasen cosas, pero si no las afrontamos, nos vamos a ir acumulando líos.

Óscar agradece el reconocimiento mientras el resto de los compañeros asienten, evidenciando que la conversación no solo sirvió para aclarar tensiones, sino para reforzar la importancia de mantener una comunicación abierta en la convivencia.

Aunque el tema del filete parecía resuelto, quedaban todavía asuntos guardados en el cajón. Por un lado, seguía en el aire el hecho de que a algunos les molestaba la posición que Miguel adopta al sentarse a la mesa. Por otro, las imitaciones que hace Miguel resultaban incómodas para algunos, aunque estos comentarios, casi a modo de rumores, no estaban fundamentados en nada sólido.

La conversación comenzó con cierta tensión, especialmente porque nadie quería señalar directamente ni crear conflictos mayores. Sin embargo, poco a poco, la madurez y responsabilidad de los involucrados lograron convertir el momento en una oportunidad para dialogar. Al final, se consiguió tender puentes, fortaleciendo la convivencia y dejando claro que el respeto mutuo sigue siendo una prioridad en la casa.

Maica no tarda en tomar la palabra para proponer en qué invertir el dinero que podrían ganar con el próximo reto: una limpieza en profundidad para la casa. Con su característico entusiasmo, describe el plan:

—Con máquinas de vapor, no quedaría ni un microorganismo unicelular vivo —asegura con convicción, arrancando risas y miradas de aprobación entre sus compañeros.

Aunque la propuesta de Maica no deja indiferente a nadie, el debate sobre si es la mejor opción está servido. 

Las presentadoras de esta noche regalan un momento especial con una pausa musical a favor de Marieta, quien disfruta visiblemente emocionada mientras suena la canción Bajo la luna de Hilario.

María y José suben al estrado de Radio GH, donde los concursantes, haciendo las veces de un tribunal improvisado, no tardan en bombardearlos con todo tipo de preguntas. Entre las más destacadas están:

—¿Te tomarías un vino en un atardecer con María?

A lo que José responde con un firme "sí", dejando entrever cierta complicidad.

—¿Pasarías una hora sin cámaras en esta casa?

Aquí la respuesta es menos entusiasta: "no", sin necesidad de muchas explicaciones, ya que todos comprenden lo delicado que sería un momento fuera de la vista del público.

El ambiente se llena de risas y curiosidad mientras los demás concursantes continúan lanzando preguntas, ansiosos por descubrir más sobre sus compañeros y sus pensamientos.

La radio está a punto de comenzar, y Romina ya tiene claros los temas que se van a tratar en esta emisión. La lista promete una noche llena de debate y emociones:

La radio aún no ha empezado, pero ya comienzan a sentarse alrededor de la mesa de sonido. Sergio y Manuel aprovechan la espera para contar chistes. Aunque son divertidos, el concursante andaluz asegura que su hermano es mucho más gracioso que él:

—Cuando empieza a contar chistes, ya no para —comenta entre risas.

Mientras tanto, en el sofá, algunos habitantes ya están preparados, expectantes por el programa de esta noche. Romina, visiblemente emocionada, adelanta parte del contenido:

—Esta noche se van a tratar temas interesantes, tenemos varios: las quejas de Maica y alguno más.

Mientras tanto, en otra habitación, Romina pasa la famosa aspiradora, aparentemente cumpliendo con su tarea, mientras Maica, con mucha prudencia, disfruta de unas tostadas... ¡sobre las sábanas de Miguel! Una escena que probablemente no pasará desapercibida para el resto.

Sergio cree que Jeimy es la concursante con más riesgo de ser expulsada, pero, como él mismo dice con tranquilidad:

—España decide.

Por su parte, Manuel, que también participa en la conversación, recuerda una curiosa frase que Vanessa dijo en su momento:

—Esa chica es una lámpara.

La leche con galletas parece estar triunfando en la casa, y las versiones para disfrutarla son tan diversas como los concursantes. Por un lado, Sergio y María son del equipo "papilla": María prefiere su mezcla a cachos, mientras que Sergio opta por triturarlo al 100%, añadiendo yogur y piña.

Sergio, muy orgulloso de su receta, insiste a sus compañeros para que la prueben, pero, a pesar de su entusiasmo, todos rechazan amablemente la invitación. Cada uno parece tener sus propios gustos, y la mezcla de Sergio no termina de convencer a los demás.

Hoy, la radio parece estar en manos de María, quien, según todo apunta, está lista para presentar el programa. Sin embargo, el reparto de roles no ha sido muy popular y la habitación empieza a desorganizarse. Mientras tanto, Miguel, Javier y Óscar establecen alianzas, probablemente en busca de apoyo en medio del caos y las tensiones que empiezan a surgir.

Romina no quiere encargarse de los baños ni de fregar. Explica que Maica hace los baños muy bien y que ella no se va a meter en esa tarea. En cuanto a fregar, menciona que sus manos no toleran ciertos productos.

Daniel, en un tono muy simpático y conciliador, insiste en que es necesario rotar las tareas. Sugiere, aunque de manera sutil, que quizás Romina no está desempeñando su tarea con el mismo empeño:

—Escucha, Romina, cuando te toca hacer las moquetas, no basta con aspirar, porque la aspiradora no limpia de verdad. Hay que agacharse y frotar, y aunque no estemos comiendo allí, la alfombra también hay que pasarla.

La sugerencia de Daniel intenta recordar la importancia de compartir las tareas de manera justa y completa.

Miguel, Óscar y Javier establecen una alianza al darse cuenta de las cosas que los unen y las referencias comunes que comparten. Miguel señala que esta relación triangular está empezando a generar tensiones en la casa, pero acepta que no puede tener el mismo tipo de humor que Jaime, a quien pone de ejemplo, diciendo que tiene 10 años menos, o con los otros chicos, quienes no pueden entender su humor.

Además, Miguel añade que entre Óscar y él, el factor de que ambos sean homosexuales es innegable y juega un papel importante en su unión. Óscar, por su parte, asiente y reconoce que, efectivamente, es un factor que los conecta.

Óscar, en la soledad del salón, friega con parsimonia pero sin detenerse. Entre balbuceos, se pueden intuir algunas frases como:

—¡Ay, madre!

—A ver esto... ¿dónde va?

Su tono refleja cierta frustración o confusión mientras continúa con la tarea, como si intentara entender algo que no termina de encajar.

Si quieres acceder a este contenido y muchísimo más, imágenes incluidas, accede al canal 24hplus, donde encontrarás otro directo de la casa, ¡y no perderás ni un solo detalle!

Sergio ha entrado en el baño, donde la mayoría de las chicas siguen con su tarea de cuidado personal, o como bien ha dicho Marieta, "tarde de cremas". Mientras ellas se aplican sus productos y disfrutan del ritual, Sergio observa un poco desconcertado, ajeno a la rutina de belleza que las chicas están llevando a cabo.

Miguel parece encontrarse mal. Al parecer, su última merienda, una leche con galletas, le ha sentado mal y no duda en expresar su malestar a Óscar y a Javier. Óscar, con su estilo directo, le consuela diciendo:

—Eso es algo que has comido.

Por el contrario, Javier, con un tono más cómplice, añade:

—Tenías una cara de disgusto cuando comías las galletas, seguro que ha sido eso.

Miguel insiste en que no suele comer ese tipo de productos y asegura que ese ha sido el motivo de su malestar.

Mientras Javier se toma un vaso de leche con galletas, reflexiona sobre la dificultad de bajar de peso a cierta edad. El gallego recuerda que hace algunos años, con solo hacer algo de ejercicio, comer un poco de ensalada y poner las cosas a la plancha, lograba perder peso sin problemas. Sin embargo, ahora reconoce que después de haber bajado 8 kilos, las cosas se le complican.

—Lloro cuando tengo que bajar nueve kilos, porque el último es imposible. Lloro de verdad, lloro —comenta, con la voz cargada de frustración.

José María y Sergio, cansados de estar sin hacer nada, se quejan de la falta de actividad en la casa. Después de un rato buscando algo que hacer, la primera persona que aparece en su camino es María Sánchez, quien les sugiere unirse a Manuel en sus cuidados personales. Les comenta que Manuel está ocupado con su rutina de skincare y otros tratamientos, y que, si se suman, podrían pasar un rato entretenido mientras cuidan de sí mismos. Aunque al principio dudan, finalmente deciden seguir su consejo y unirse al grupo.