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La isla de las tentaciones

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Las parejas ponen sus límites y uno de ellos hace saltar 'La luz de la tentación' en las primeras horas

En 'La isla de las tentaciones', cada pareja tiene la libertad de establecer los límites que considere oportunos. Antes de embarcarse en la experiencia que pondrá a prueba su relación y que decidirá si están hecho el uno para el otro, todos ellos deciden hasta dónde pueden llegar.

En caso de que uno de los dos miembros de la pareja sobrepase alguno de los límites acordados, ya sabemos lo que ocurrirá: la famosa 'Luz de la tentación' inundará la otra villa. Conocemos su sonido a la perfección y, en esta octava edición, no hemos tardado nada en escucharla por primera vez.

Pero, ¿quién habrá hecho saltar la alarma por los aires? Ha ocurrido en Villa Montaña. Los chicos se encontraban dándose un baño en la piscina junto a algunas de sus tentadoras. Uno de ellos ha salido, se ha tumbado y... ¡La alarma se ha activado en Villa Playa!

Te contamos cuáles han sido los límites que las parejas han establecido en su paso por 'La isla de las tentaciones'.

Los límites de las chicas

En Villa Playa, las chicas tienen muy claro qué es aquello que no podrían perdonar ni pasar por alto. Casi todas han coincidido en sus límites, y se los han transmitido a Sandra Barneda. "El límite que creo que no debería cruzar Montoya es hablar mal de mí, que tenga complicidad con alguna chica, que se bañe con ella en un jacuzzi, cosas que normalmente hace conmigo", comenzaba Anita.

"La complicidad, que sea una conexión muy fuerte, de decir que quiere pasar más tiempo con ella porque esté muy a gusto con ella… Un masaje, un beso en el cuello, dormir juntos", continuaba Alba, asegurando que una caricia no supondría un problema.

Por su parte, Bayan aclara que su límite "son las faltas de respeto": "Para mí meterte en el jacuzzi con una persona a solas es una falta de respeto si tienes pareja, o si bailas de forma acalorada, sin mantener un poco la distancia”. Andrea, muy de acuerdo con sus compañeras, suscribía lo que ellas habían dicho: "Que hable mal de mí, que tenga complicidad con alguna chica, que la meta en su habitación, que se meta con ella en el jacuzzi, que esté todo el rato con ella…".

Para terminar, Ana expresaba unos límites algo diferentes: "Mi límite más bajo es un beso en la boca. No quiero que suene la alarma por el resto, porque somos seres humanos. Venimos aquí a ponernos a prueba y yo sé que le puede parecer guapísima una chica y tener compatibilidad. Mi límite es ese, a partir de un beso en la boca".

Los límites de los chicos

Sandra Barneda también visitaba Villa Montaña. Allí se encontraban los chicos, que se encargaban de transmitir a la presentadora cuáles iban a ser sus límites de cara a 'La luz de la tentación'. "Para mí un límite muy importante sería que no hablara mal de mí, al margen de cualquier comportamiento de pareja que pueda tener, como besos, caricias fuera de tono, obviamente relaciones sexuales, una química especial… Todo esto", comenzaba Fran.

Joel coincidía con Fran: "Creo que tengo un límite bastante claro sería que hablase mal de mí. Un beso, que se acueste, que entre un chico al cuarto… Y sobre todo que se comportase con algún soltero de alguna manera que conmigo le cueste".

Por su parte, Montoya iba más allá y se centraba en la química: "Entre ella y yo lo que más ha llamado ha sido la sonrisa. Una sonrisa con 'feeling'. Aparte de que no se acueste, que no se bese. Pero una sonrisa con química y tocamiento y caricias en las que reconozca a la verdadera Anita".

Gerard coincidía con sus compañeros: "Que no pasara un chico a su habitación a solas con ella. Que no me deje en mal lugar ni hable mal de mí. Nada de besos en boca, cuello, tetas y culo. Y poco más". Y por último, Eros, que hacía un remix de todo lo que habían comentado anteriormente el resto: "Que hablara mal de mí, que fuera cariñosa, que se deje hacer caricias, que estén muy juntos, pegados en el jacuzzi o la piscina. También besos tontos, que le deje entrar en la habitación".