Los concursantes ya están listos para la gran final del concurso y la casa también está lista para que de comienzo la gala más esperada de la edición. Ruvens, Óscar o Juan, ¿quién será el ganador de los 300.000 euros?

Los tres finalistas empiezan a vestirse mientras hablan de lo que van a hacer esta noche cuando termine la gran final. "Hoy a salir a tomarnos algo con nuestros amigos, eso tiene que ser así Óscar", dice Ruvens y el vasco responde entre risas: "Dejaré mi affaire para mañana...". "Qué affaire ni que affaire...", añade Ruvens mientras se ata el nudo de su corbata.

Juan y Ruvens ya están listos pero aun no quieren vestirse para no mancharse el traje así que esperan hasta el último momento para cambiarse. "Estoy muy intranquilo, como nunca eh...", comenta Ruvens mientras anda de un sitio a otro del baño. Juan sigue sentado y pensativo en la butaca verde. "Yo he estado tranquilo todo el día pero ahora madre mía..., se acerca el momento", añade Óscar.

Los finalistas terminan de pasar por peluquería y comienzan a probarse sus trajes de chaqueta y sus pajaritas. "Estoy muy emocionado, como nunca antes vaya", asegura Ruvens y Juan añade que: "Cuanto más lo pienso más nervios me entran, esto es muy fuerte tío". "¿Cuánto creéis que faltará, dos horas o así? Yo estoy atacado", añade Óscar,

Los tres finalistas ya casi están terminando de pasar por peluquería. A Juan se le ha quedado el pelo totalmente blanco mientras que Ruvens tiene una cresta azulada. Óscar luce su mismo corte de pelo pero un poco más corto. Ahora, deciden afeitarse y definirse las barbas, Juan ayuda a Ruvens a recortar su barba y la Mari, la peluquera, los ayuda con la toalla.

Tras 105 días de convivencia, ‘Gran Hermano' está a punto de cerrar sus puertas y proclamar a su flamante ganador entre sus tres finalistas: Juan, Óscar y Ruvens. Y lo hará como el programa de prime time más competitivo de la temporada, al promediar con sus galas principales un 16,1% de share y 973.000 espectadores, dos puntos más que la segunda opción en este ranking.

Juan y Ruvens siguen con el tinte, mientras tanto le hacen a peluquera que se llama Mery un house tour por la casa para que la conozcan. "He venido varias veces a maquillaros y tal pero nunca vi la casa, del baño casi que no he salido", dice la peluquera entre risas y los finalistas se prestan a enseñársela. Óscar sigue recogiendo todas sus cosas del vestidor mientras Juan y Ruvens también van llenando sus sacos poco a poco.

"Yo no soy malo pero me encanta pinchar, por eso me puse el pelo rosa para pinchar un poco a las fresis que sino que aburrido. Pero mi color es el azul, eso está claro vamos", dice Ruvens mientras observa como el tinte va cogiendo el color. Óscar es el siguiente en pasar por peluquería y solo quiere que le recorten un poco el flequillo pero la peluquera le aconseja cortar más para darle forma al peinado. En el salón, llegan los trajes de los finalistas para esta noche y Juan y Ruvens los recogen para ver dejarlos en el vestidor.

Mientras a Juan le hace efecto el tinte, Ruvens se sienta en la silla y la peluquera empieza a raparle el pelo, Ruvens quiere que le haga una cresta teñida de azul.

La peluquera profesional sigue con Juan arreglándole el color del pelo, eliminando amarillos y volviendo el tono más blanco. "Ya empiezo a notar como pica el tinte", dice Juan y la peluquera añade: "Eso es que ya está subiendo el tono". "Qué alegría poder tener a alguien profesional aquí para esto, después de tres meses haciéndonos nosotros lo que queremos sin tener ni idea de nada... Es que sino vaya cuadro de final", comenta Juan mientras la peluquera se ríe.

Mientras Ruvens y Óscar terminan de almorzar, llega una peluquera y maquilladora para dejar bien guapos a los tres finalistas. Juan es el primero en entrar al baño con ella ya que quiere arreglarse el color del pelo y el corte.

En la cocina, Ruvens saca la tarta de queso de la nevera y corta un trozo para cada uno, Juan se come el suyo, Óscar también y Ruvens apura dos trozos. Después pasa a hablar de amor con Óscar mientras se comen la tarta. "Mis hijos serán libres, lo más libres que puedan, eso es así. Me gustaría que después se peleasen con los tuyos en el parque, sería buenísimo", comenta Óscar y Ruvens añade: "Mis hijos serán manchegos y punto".

Buenas tardes, soy Berto González y relevo por última vez en el año a mi compañera Ada con el minutado, aunque en enero nos volveremos a leer de nuevo. Por ahora, seguimos conectados a la señal 24h PLUS en la que vemos a Juan muy pensativo en la barra de la cocina cuando Ruvens se acerca pro detrás y le da un buen susto. "Tío, estaba en paz con la vida y casi me matas del susto. Da gracias que es el último día aquí que sino..., con los nervios que tengo de todo el día...", dice Juan mientras se empieza a hacer una de las hamburguesas que ayer preparó Óscar. "Eso es una hamburguesa para tres personas", broma Ruvens y Juan añade: "Es que no las he visto más grandes".

Pues aquí lo dejo hoy. Con Juan cocinando y Óscar y Ruvens aún descansando. Se me van a hacer muy raras las mañanas sin las conexiones con la casa, sin las duchas y los desayunos, los jaleos y conspiraciones, aunque... no va a ser tan largo. Yo le paso el minutado a Berto y por mi parte, en enero más.

Ahora es cuando sale el conejo de la Warner y se va.

Juan no termina de conciliar el sueño. Se incorpora y le pregunta a Óscar si tiene hambre. Óscar propone patatas o lo que haya, de momento se queda en el sofá con una toalla rosa en la cabeza. Dice que así le hace más efecto.

Juan se levanta y pasea hasta la cristalera. Mira el jardín de Navidad, pasa el dedo por el cristal y vuelve a pasear.

Estamos como a las ocho, pero a color.

Los que no dormían, ya lo hacen. Juan ha cerrado los ojos y Óscar ha ido a por un edredón y duerme o lo intenta para que se le pase el dolor.