Edi y Ruvens comentan en la habitación lo impactante que son las luces. "Veo la cantidad de luces de Navidad que tenemos en el jardín y me doy cuenta de lo fuerte que es estar aquí", dice Edi, admirando el espectáculo lumínico.

Mientras tanto, intentan adivinar qué pasará esa noche en el debate. Según ellos, las actividades que se llevarán a cabo serán:

1. Línea de la vida de Jorge.

2. Posicionamientos.

3. Algún tipo de encuentro o alegato de los colaboradores.

Por otro lado, en el baño, el resto de los concursantes se dan los últimos retoques mientras debaten sobre cómo serán los próximos días en la casa y cuándo se terminará el concurso. La incertidumbre sobre el final de la experiencia y lo que les espera fuera de la casa está en el aire mientras se preparan para lo que será otra noche llena de emociones.

Yo me despido ya por aquí para continuar minutando El Debate, del que ya podemos disfrutar en la señal de Mitele Plus. ¿Qué sorpresas nos tendrán preparadas? ¿Les dedicará Maica algunas palabras a sus compañeros?

Edi comienza a prepararse para el debate, mientras que a Jorge le invaden las dudas: "¿Me tocará hoy hacer la curva de la vida? Ahora estoy nervioso solo de pensarlo".

Óscar, por su parte, se coloca una toalla en la cabeza para bloquear la luz y tratar de quedarse dormido. Mientras tanto, Edi y Ruvens charlan sobre la ropa que les queda y qué se pondrían en caso de llegar a la final. "Antes podía pedirle ropa a Manu o Adri, pero ahora ya no tengo a quién pedirle nada. El estilo de Juan no me va y vosotros usáis menos talla", comenta Edi.

La conversación se dirige luego al debate y lo que creen que Maica les dirá esta noche en su despedida desde el plató. "Maica ya ha salido, y yo ya dije que no voy a hablar mal de ella", aclara Ruvens.

"Yo de las fresis con la que me quedaría, aunque no te guste, es con Lucía. Nunca tuve problemas con ella", le dice Edi.

Parte de la casa empieza a prepararse para el debate de esta noche: duchas, ropa, peinados y maquillaje.

Mientras tanto, Edi, Ruvens y Óscar están en la habitación, cantando y rememorando algunos de los temazos de Ladilla Rusa que quieren pedirle al Súper. Ruvens se sabe las canciones de memoria y las interpreta para sus compañeros, destacando lo increíbles que son sus letras.

La conversación pronto cambia a otros grupos musicales, y Óscar y Ruvens realizan ante Edi un concierto privado, mientras él los observa con estupor.

Ruvens y Óscar siguen hablando sobre amoríos.

"Se te va a atrofiar cierto órgano de no usarlo", le dice Óscar a Ruvens.

"¿Qué quieres, que lo use contigo?", responde Ruvens.

"¡No, eso saldría fatal!", exclama Óscar de inmediato.

La conversación cambia de tema y pasa a centrarse en Edi. A Ruvens le gustaría saber si Óscar tendría una relación con él, pero Óscar se pone algo vergonzoso y le pide que no meta a Edi en el asunto.

"¿Con quién prefieres pasar una noche de amor, con Edi o con Manu?", pregunta Ruvens.

"Con los dos", responde Óscar sin dudarlo.

Violeta y Edi, entre besos y abrazos, fantasean con cuál será la reacción de la madre de Violeta cuando vea a Edi en persona.

Por otro lado, Ruvens comenta la cantidad de merchandising que podría hacerse de GH19: "Los garbanzos de Luis, las pulseras de Óscar Landa, la máquina debatidos...Estamos perdiendo tiempo chicos, tenemos que hacer merchan"

Óscar logra finalmente que Ruvens se abra un poco más sobre el amor:

"¿No quieres a alguien que te quiera?", le pregunta Óscar con curiosidad.

"Sí quiero, pero soy una persona complicada y no creo que eso me pase. Pero estoy abierto al amor", responde Ruvens, revelando una faceta más vulnerable de sí mismo.

Óscar, siempre sincero, no duda en compartir su perspectiva. "Yo sé que soy insoportable. Para estar conmigo y aguantarme, hay que quererme mucho", admite con un toque de autocrítica.

"Para que alguien esté conmigo, debe ser o muy parecido a mí o muy opuesto. Ser parecido a mí es muy difícil", añade Ruvens, reflexionando sobre sus propios estándares y su visión del amor.

En las camas de enfrente, Juan y Jorge comparten anécdotas nostálgicas que refuerzan aún más su conexión y amistad. "Mis padres estaban divorciados, me he pasado toda mi vida con maletas. Nunca he tenido un hogar", le confiesa Jorge.

"Te entiendo perfectamente", responde Juan. "Yo desde los 18 siempre he vivido en hoteles". El relato de ambos resalta las dificultades que han enfrentado, pero también la fortaleza que han ganado.

"Si quieres hablar conmigo, ponte la gorra, que pareces la tía Pili. No puedo mirarte a la cara con ese pelo", le espeta Ruvens a Óscar, arrancando risas en el grupo.

A pesar de la broma, los dos siguen charlando sobre el amor, un tema que, como sabéis, no es el favorito de Ruvens. Óscar, siempre curioso, intenta sacar algo de información sobre su visión del amor, pero Ruvens esquiva las preguntas con astucia, manteniendo su misterio habitual.

En un cambio de tema, Ruvens encuentra un sujetador y no puede evitar comentar sobre el efecto push-up, lo que provoca una nueva ronda de carcajadas entre los concursantes.

Mientras tanto, Violeta, Juan y Jorge se sumergen en una conversación sobre pájaros. Jorge defiende con pasión que los pájaros deberían ser libres y no vivir enjaulados. "Yo tenía un pájaro que se llamaba Tituti, lo dejaba libre y se posaba en la cabeza de mi abuelo", cuenta Violeta con nostalgia. La conversación se desvía hacia las mascotas, y Jorge comparte que su gato se llama Botas, además de recordar a un perro que tuvo, llamado Tontín. Los concursantes intercambian anécdotas sobre los animales que han tenido a lo largo de su vida.

Óscar se despereza y decide cambiarse de ropa mientras se queja del malestar que le ha provocado la comida. "Estoy doblado", dice. Poco después, aparece en el baño con una combinación peculiar: camisa, chaleco, pantalones de pijama y una gorra puesta hacia atrás. 

"¡Vaya pintas llevas!", le comenta Violeta, desatando las carcajadas de todo el grupo. 

Más tarde, los concursantes se reúnen en la habitación y se acomodan bajo los edredones, intentando combatir el frío. Óscar insiste en que sigue destemplado y que no termina de encontrarse bien. Mientras tanto, comienzan a charlar sobre los outfits que lucirán en el debate de esta noche. También se preguntan cuánto tiempo falta para que comience y qué hora será. Al parecer los concursantes están muy expectantes por el debate, al igual que nosotros.

"No sé cómo podéis llevar un calendario mental y saber en qué día estamos", confiesa Óscar con cierta admiración. "Si no fuera por vosotros, yo no sabría ni en qué día vivo". 

Edi y Violeta se acurrucan en la cama y debaten sobre los posibles destinos vacacionales que visitarían una vez salgan de la casa de Gran Hermano. 

"Yo creo que tendríamos que ver Granada, Córdoba y Sevilla. Tienes que ver Granada", le propone Violeta con entusiasmo. 

"Si vamos fuera de España, deberíamos ir a París o Ámsterdam", añade Edi, esbozando una sonrisa. 

Entre risas y complicidad, ambos permanecen tumbados y abrazados, dejando volar su imaginación mientras fantasean sobre los viajes y aventuras que sueñan compartir en el futuro.

A toque de corneta, el Súper intenta despertar a toda la casa y animar a los concursantes a retomar la actividad. 

"Ha puesto a todos firmes", bromea Jorge, que ya está completamente despierto y se dirige a la cocina acompañado de Juan, quien comienza a prepararse un café para afrontar la tarde. 

Mientras tanto, Nerea y Violeta abren los ojos, pero deciden quedarse un rato más en la cama, charlando sobre qué outfit elegir para la noche. Quieren lucir guapas, pero sin pasar frío. 

Por otro lado, Jorge, lleno de energía, empieza a poner lavadoras.

Parece que la clase de baile se ha suspendido, las dos amigas han decidido unirse al resto de la casa y pasar al modo siesta.

Después de recoger la cocina, Nerea y Violeta se sientan juntas en la mesa para disfrutar de sus tortitas con chocolate.

Paseando por la casa en busca de un rincón cálido donde pasar la tarde, a Violeta se le ocurre una idea. "¿Y si hacemos una clase de baile?"

"¡¡¡SÍIIIIIII!!!", responde Nerea emocionada.

En la cocina, Nerea por fin logra perfeccionar su técnica: la última tortita sale impecable. Tanto ella como Violeta sonríen, satisfechas por el resultado, mientras comienzan a limpiar el desastre de sartenes y utensilios que han dejado en el proceso. 

En un descuido, Violeta roza una sartén caliente con el dedo y suelta: "¡Madre mía, Nere! Me quedo sin huellas dactilares".

Minutos después, cuando ya casi han terminado de limpiar, Nerea, distraída, está a punto de echar producto de limpieza sobre las tortitas en lugar de la encimera. Por suerte, Violeta reacciona a tiempo y aparta el plato rápidamente.

Ruvens despierta a Óscar, que se había quedado dormido en el sofá, y le insiste en que se vaya a la habitación para que esté más cómodo. Óscar se marcha a la habitación azul junto a su habitual copita de agua. Apenas se tumba en su cama, el cansancio lo vence, y en cuestión de minutos, cae rendido al sueño. Juan sigue a su compañero y se tumba en la cama, apuntándose al momento siesta.

El resto de la casa sigue en la cocina, están hablando de anécdotas de la infancia y de cómo eran en el colegio. "Yo era muy contestona, mi hermano siempre ha sido más bueno que yo", comenta Violeta. "Pues yo siempre he sido muy buena", apunta Nerea.

Mientras las chicas siguen cocinando, Edi se queja de que le duelen las piernas. "Lo primero que haré al salir de aquí es ir al fisio".

Tomo el relevo en esta fría tarde de domingo para continuar informando sobre lo que acontece dentro de la casa de Gran Hermano. 

En la cocina, Nerea y Violeta están en plena faena preparando unas tortitas navideñas para todos los concursantes. Nerea intenta perfeccionar su técnica de girar las tortitas en el aire, aunque no sin consecuencias. La encimera se está llenando de manchas de masa, pero las risas de los concursantes, que disfrutan del espectáculo, hacen que el desorden pase a segundo plano. "Que se preparen los bomberos de Madrid", bromea Edi.

Mientras tanto, en el salón, Óscar está tumbado en el sofá. Comenta que no se encuentra muy bien. Ruvens, se sienta a su lado para darle conversación y compañía, intentando animarlo.

Terminan la prueba y Edi es elegido ganador. Todos coinciden en que Nerea lo ha hecho muy bien como presentadora. El Súper avisa que la prueba semanal ha terminado, los chicos le preguntan que si se pueden comer las cosas de la cesta de navidad, pero no les dejan.

Juan le pregunta a Óscar que si va a planchar hoy, pero Óscar no sabe, de momento se va a dormir un rato. Nerea y Violeta se van a echar un rato también, porque Violeta no se encuentra bien y cree que está "incubando un catarro o algo". Óscar (que se iba a tumbar), anda por el salón reorganizando los paquetes de regalo, y se queja de que está todo lleno de harina por las bromas de antes.

En la habitación, vemos a Violeta y a Edi abrazados en la cama. Parece que Violeta ya se encuentra mejor. Violeta le está animando, ya que Edi anda un poco bajo de moral porque ha cogido peso. Se han susurrado unos cuantos "te quiero".

Yo ya me despido, y les paso el relevo a mis compañeros. Que tengáis una feliz tarde de domingo.

Óscar se pone el bigote de la prueba de "el cuñado", y el Súper le pide que, como buen especialista capilar que es, les dé consejos para no quedarse calvo. Óscar recomienda rapado anual a los chicos, y saneado de puntas a las chicas. Recomienda también no abusar de tintes, y aclarase siempre el pelo con agua fría.

Siguen con la prueba semanal. Ruvens ha escrito su carta a los Reyes Magos, Edi se ha dado un beso bajo el muérdago (piquito en la nariz con Ruvens), Juan se ha comido las doce uvas al ritmo de las campanadas y Óscar ha paseado en trineo tirado por Juan.

Ruvens, Óscar, Nerea, Juan y Edi siguen celebrando "El Gran Show" de la prueba semanal. Van superando todas las pruebas, aunque Óscar se queja de que están tardando demasiado.

Violeta sigue metida en la cama, y parece que dormida.

Comienza la prueba del calendario de adviento, con Nerea como presentadora, y Ruvens, Óscar, Edi y Juan como participantes. Violeta y Jorge descansan esta vez, y Violeta aprovecha para meterse en la cama.