"He sido capaz de no volver la cara. Durante mucho tiempo, cuando salía alguien con cáncer, no podía mirar por el miedo a la enfermedad", ha explicado María Teresa Campos a Bayona. "Creo que es lo bonito de la película, que te ayude a perder el miedo. El dolor es una cosa muy subjetiva, pero tiene una parte sanadora", ha afirmado el director.