Kiko Jiménez y Maite Galdeano ganaban la prueba de recompensa y, con ella, un auténtico banquete. Además de unos cuantos dulces, los concursantes recibieron costillas con patatas. Tuvieron la oportunidad de comerlo en el momento, pero prefirieron guardarlo para más tarde.
Suegra y yerno decidieron disfrutarlo delante de todos sus compañeros con los que, por cierto, no podían compartirlo. Su actitud no sentó nada bien al resto de granjeros y muchos de ellos optaron incluso por quitarles su ración de comida.
Borja Estrada, como capataz, decidió que finalmente recibieran la porción que les correspondía, como todos los demás. Y, mientras todos comían judías, ellos decidieron comer judías y costillas. Eso sí, se quedaron solos. Todos los concursantes cambiaban de mesa: “Yo no voy a comer con gentuza así”, decía Avilés.
Después de acabar con los costillares, Kiko y Maite se levantaba: “Ala, que limpien ahora, ¿no?”, apuntaba ella. Y se levantaban, en efecto, sin recoger. Las cosas no se iban a quedar así y Tania Deniz se lanzó a darles su propia venganza: “Les voy a hacer la vida imposible”, decía la canaria.
“Como la bandeja es de ellos, la bandeja va para su cama”, y sin pensárselo dos veces la cogía y se la llevaba a la habitación. “Si quieren jugar, vamos a jugar. Como no recogen, ahí se queda la comidita”.