Erick y León se encuentran en graves problemas. El profesor Genaro Carreño apareció sin vida en el fondo del lago en las ruinas próximas a la escuela antigua. Una llamada anónima informó al hijo del fallecido que los culpables no eran otros que los hijos de Juan Reyes y Norma Elizondo.
Los mellizos fueron alumnos de Genaro y fueron víctimas de sus múltiples abusos y castigos. Por este motivo, nadie duda que sean los autores del crimen. Sin embargo, una nueva tragedia y un dato revelador podrían esclarecer el asesinato.
Los hijos de Genaro, Félix y Adela, fueron quienes más sufrieron la ira del maestro. Su tío Pascual, quien también aparece brutalmente asesinado, se convirtió en el principal defensor de los jóvenes y trató de todas las maneras posibles que su hermano cambiase de actitud.
"¿De qué manera les castigaba su padre para que su tío se indignara tanto?", le pregunta uno de los tenientes a Félix. El hijo de Genaro le cuenta que el profesor les ataba a una silla y les hacía permanecer sentados y atados en días muy calurosos. "Un día nos amarró a una terraza y nos hizo estar en la terraza durante todo el día".
"¿Te das cuenta del detalle? Qué coincidencia, a tu papá le asesinaron amarrado a una silla", reflexiona el teniente.