Yiya se ha sincerado como nunca hablando sobre su vida privada. La exconcursante de 'Supervivientes 2020' ha concedido una entrevista exclusiva para 'Lecturas' y ha relatado una de las etapas más difíciles de su vida: su problema con la anorexia. La periodista se ha abierto en canal confesado los duros momentos que vivió y cómo le marcaron.
Tal y como ha contado ella misma, padeció anorexia desde los 12 hasta los 18 años: "Lo controlaba todo. Viví cosas muy feas. Todo empezó por un comentario. Yo no estaba gorda, estoy más ceporra ahora. Un tío mío me tocó la pierna y me dijo: ‘Gruesota’. Esa navidad adelgacé 8 kilos".
Yiya ha detallado las cosas que llegó a hacer para adelgazar y cómo trataba de esconder lo que estaba haciendo para que su familia no se percatara: "Me servía comida y, cuando mi madre se iba a la cocina, la devolvía a la fuente. Manchaba el plato y si tenía comida en la boca hacía como que tosía, me limpiaba la boca y echaba la comida que tenía".
La exsuperviviente ha confesado que su madre se dio cuenta de todo porque un día no tiró de la cadena del váter y allí estaba "la comida sin masticar" envuelta en un papel. "Mis padres nunca quisieron llamarlo por su nombre, pensaban que era una tontería de la edad. Nunca fue una tontería de la edad. Era mentalmente inhumano, una gran autodestrucción", ha señalado.
Al ser preguntaba sobre si estuvo enferma muchos años, la joven ha asegurado que sí. “Recuerdo que comía tres cucharaditas y a las tres de la tarde, con un calor de muerte, me iba a correr una hora. He llegado a tirarme en un portal porque me había dado una lipotimia", ha relatado en esta complicada entrevista.
Asegurando que lo suyo no fue “una anorexia extrema”, ha contado que su problema acabó cuando se fue a estudiar a Sevilla y comenzó a engordar: "Tenía que subsistir y comía mucho arroz. Si lo que quería era ser libre, tenía que comer en base al dinero que tenía. Y me puse gordita. Superpuse la libertad a mi problema alimenticio".