Dehesa Yerbabuena: el interior de la finca que fue el último refugio de Rocío Jurado y Ortega Cano
La finca sevillana fue protagonista de grandes momentos y celebraciones para Rocío Jurado y su familia
En la actualidad, la Dehesa Yerbabuena es un enclave perfecto con sus 800 hectáreas para organizar bodas y eventos
Una tarde de toros en la que Rocío Jurado fue a ver a José Ortega Cano torear en Valladolid fue el origen del que sería sin lugar a dudas un lugar emblemático para la pareja y para toda la saga familiar. Era 1992 y la artista le arrojó al diestro un manojo de hierbabuena. Así es como surgió el nombre del que se convertiría a los años en el sitio preferido para sus celebraciones: Yerbabuena.
La finca sevillana, de 800 hectáreas y, situada en el municipio de Castilblanco de los Arroyos, fue testigo de importantes momentos familiares. José Ortega Cano la adquirió de Juan Antonio Ruiz, 'Espartaco' y lo primero que hizo fue bautizar con otro nombre a esa dehesa. De Matute que era el original se pasó a la idea de esta planta aromática que tanto valor simbólico tenía para el diestro y Rocío Jurado.
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Tal como prometieron sería un lugar especial y así quedó demostrado cuando el 17 de febrero de 1995 ante 1.500 invitados contrajeron matrimonio en la ermita que habían construido en Yerbabuena. Un evento que se repitió también para celebrar la boda de su hija, Rocío Carrasco con Antonio David Flores en marzo de 1996 o también el bautizo de Gloria Camila y José Fernando en el 2000 entre otros eventos.
De esa fecha hasta ahora han pasado 26 años, numerosos acontecimientos, la finca ha pasado a otras manos, pero sigue de plena actualidad. A raíz de la herencia de Rocío Jurado, su querida finca ha vuelto a salir a la palestra por las valoraciones que hizo de todo ello la albacea. De Yerbabuena ha hablado Rosa Benito y de sus ventanas muy altas y también Amador Mohedano. Se dicen muchas cosas de ella, pero ¿cómo está en realidad ahora este lugar que está a un paso de Sevilla?
Del enlace de Rocío Jurado y su hija a eventos multitudinarios
El lavado de imagen que ahora tiene la denominada Dehesa Yerbabuena está pensado para disfrutar de la naturaleza de manera plena en un enclave único para celebrar eventos, tal como en su día hicieron de manera más íntima Rocío Jurado y su familia. Las posibilidades ahora de la finca son innumerables que definen desde su propia web como 'un teatro al aire libre'.
Una de sus actividades estrella es precisamente la celebración de bodas en donde sus tres salones invitan a distintos tipos de celebraciones. Desde el que cuenta con una capacidad de hasta 600 personas (que resulta difícil de ver en los tiempos del covid) hasta el que tiene su propia chimenea o un horno de asar segoviano. Todo ello enmarcado por 1.800 metros cuadrados de jardines y muchos detalles en el exterior para que la experiencia de estar en Yerbabuena sea inolvidable.
Motivos taurinos recuerdan el origen de la finca que en su día adquirió José Ortega Cano, fuentes, carpas y un porche de 450 metros cuadrados son el marco que completa este lugar destinado a hacer celebraciones multitudinarias en el que no falta un piano de cola y todo un sistema de audio y vídeo que aprovechan los invitados para hacer montajes o sorpresas más personales.
La millonaria nueva propietaria de Yerbabuena
Tras la muerte de Rocío Jurado el 1 de junio de 2006 nada fue igual. José Ortega Cano siguió haciendo grandes reformas en la finca entre las que destacó una zona que se convirtió en museo en el que evocar a la cantante fallecida. Sin embargo, la historia de Yerbabuena estaba destinada a que tuviese una segunda parte con otra Rocío como protagonista: la empresaria peruana Rocío Torres Carcasi fue la compradora de la finca en 2013.
A partir de esa transacción cuyo precio medio fue de ocho millones de dólares (casi seis millones de euros) se ha levantado un negocio familiar que es una mina de oro que factura 50 millones de dólares anuales (unos 37 millones de euros). El lugar que era clave para las celebraciones íntimas de Rocío Jurado y José Ortega Cano ha pasado a abrir al público sus puertas centenarias para compartir su origen y montar recorridos guiados.
Con toda sus hectáreas de extensión se han montado además de las celebraciones de eventos como bodas, numerosas actividades en torno a este emblemático lugar que contempla visitas guiadas cerca del ganado, rutas en carros rocieros para conocer la ganadería de sus toros bravos, rutas a caballo o la visita de su plaza de toros o de la ermita que acogió los eventos más íntimos y familiares para la familia de Rocío Jurado.