El actor y director Paco León no es una persona convencional y tampoco lo es su vida familiar. El sevillano es padre de una pequeña llamada Manuela, de 12 años, que tuvo con la guionista y directora catalana Anna Rodríguez Costa. Ambos formaron durante 14 años un clan muy peculiar en el que también estaba Eloi Costa, el hijo mayor de Anna y que tiene ahora 27 años y también trabaja en el mundo de la escena.
El cineasta es muy celoso de su vida privada pero también es una persona muy natural, por lo que no ha tenido reparos en hablar de su relación con Anna, de la que se separó en 2020. La suya ha sido una historia tan pintoresca como podría imaginarse: Cuando se conocieron en 2006, en un corto que ella dirigía y él protagonizaba, Paco tenía novio, pero la química entre ambos fue tal que sus planes vitales saltaron por los aires. “Tuve clarísimo que podíamos llegar a viejitos juntos”, dijo el director de 'Carmina o revienta' en el programa de Bertín Osborne cuando aún eran pareja.
Anna encajó a la perfección con la familia de Paco y, tanto su madre Carmina como su padre, y sus hermanos la acogieron como una más: “Ella es muy afín a Paco, es como alguien que lo compensa y que comparte su sentido del humor, aunque su aspecto es mucho más serio y apocado que el de la familia León”, declaraba hace un tiempo un allegado del clan sevillano. La felicidad fue completa cuando el 14 de marzo de 2010 llegó la pequeña Manuela a tan peculiar engranaje familiar
Más allá de ser la ex de Paco León y la madre de su hija, Anna Rodríguez Costa cuenta con un dilatado currículo como profesora y dramaturga: Ha escrito obras como 'El manual de la buena esposa', 'El banquete' o 'Adiós presidente, adiós' y ejerció de guionista de los grandes éxitos audiovisuales de su ex, como la serie 'Arde Madrid'. Muy preocupada por su intimidad, en su cuenta de Instagram solo atiende a cuestiones profesionales, podemos adivinar por algunos posts que es feminista y fan de Rosalía.
El propio Paco ha hablado de que Anna ha sido un contrapunto importante para equilibrar la educación de Manuela: “He tenido esa cobertura y esa complicidad con Anna, que se dedica muchísimo más a todo lo que es el cuidado y la crianza de nuestra hija. Yo soy padre consentidor, a la antigua”, admitía con Bertín.
De hecho esa faceta conservadora la mantiene en lo que respecta al futuro de su pequeña, ya que prefiere que no sienta la llamada de la interpretación: “Prefiero que sea protésica dental o algo así más tranquilito. Pero luego nunca sabes, claro”, se sinceraba en una revista.