En el universo 'GH', mucho antes de que Arturo Requejo revolucionase la casa de Guadalix con su delfín y sus polémicas, hubo otro Arturo. Su famoso 'hellooooo' se convirtió probablemente en el saludo más repetido de aquella época, traspasando incluso las barreras del universo 'Gran Hermano'. Hablamos de Arturo Sisniega, el carismático concursante que compartió casa con Pepe Herrero, Dayron o Raquel Abad en su séptima edición.
Arturo, primer concursante gay que pisó 'GH', se presentaba a sí mismo como "súper hiperactiva, amante del orden y la limpieza, demasiado directo y muy hiriente". Entró pidiendo a San Judas que le ayudara a encontrar el amor y a llevarse el maletín de 300.000 euros. Pero ni lo uno, ni lo otro. Sus compañeros no llegaron a entender su particular sentido del humor y a los 77 días fue expulsado del 'reality' con un 44% de los votos. "A mí no me lloren, ¿entonces pa' qué chinga me nominan? ¿pa' qué me dan los puntos?", preguntaba con razón el mexicano al ver la reacción de algunos de sus compañeros tras conocerse el veredicto de la audiencia.
Arturo no consiguió lo que quería, aunque 15 años después no le va nada mal. Hablamos con él para saber qué es de su vida ¿Quieres saber a qué se dedica? Así es la nueva vida del exconcursante de 'Gran Hermano'
Volcado en su trabajo
Procedente de Tampico (Tamaulipas, México), Arturo llevaba dos años viviendo en España cuando decidió presentarse a 'GH'. Era licenciado en Administración de Empresas, aunque entonces trabajaba de coordinador y monitor de aerobic en un gimnasio de la capital. Su inagotable energía le ayudaba a motivar e incentivar a la gente a conseguir sus objetivos. Tenía 26 años. Ahora, con 41, continúa ejerciendo como instructor, aunque su rumbo profesional ha cambiado y mejorado considerablemente. En su currículum cuenta con licencias para enseñar Zumba, Aqua Zumba, Zumba Step… pero eso no es lo más sorprendente.
Y es que trabaja nada más y nada menos que de la mano de Cristiano Ronaldo. Sí, no nos hemos vuelto locos, hablamos del mismísimo CR7, al que por cierto, ha entrenado en alguna que otra ocasión. Aunque hace tiempo que el futbolista abandonó nuestro país, el astro del balón continúa poniendo nombre e imagen a la cadena de gimnasios estadounidense Crunch Fitness, de la que Arturo forma parte desde 2016. Una serie de centros premium, pero relativamente accesibles para la mayoría de los bolsillos, de los que Sisniega no es un mero entrenador personal, sino que tiene un puesto como directivo. ¿Cómo te quedas?
"Estoy muy bien. Trabajando muchísimo y volcado de lleno en mi trabajo desde hace ya más de 10 años. Trabajo actualmente de fitness manager de uno de los centros de CR7 Fitness by Crunch y, aparte soy el Director Nacional de Group Fitness", asegura orgulloso de sus logros profesionales. "Soy el coordinador de todos los centros de España. Formo a los entrenadores de cada centro y soy el vínculo entre USA y España ya que nuestros inversores son de USA", añade mientras matiza que también tiene "contacto con los clubs de Australia, Canadá, USA, Puerto Rico, Costa Rica y Portugal".
No hace falta hablar con él para descubrir lo implicado que está con su trabajo. Indagando en sus redes sociales, descubrimos que aunque en sus perfiles publica bastante contenido de índole personal, también comparte – y con bastante frecuencia- posts relacionados con su vida en el gym.
La situación actual no ha puesto nada fácil el trabajo al exconcursante de 'GH', sin embargo, como buen entrenador 360º que es, durante el confinamiento estuvo impartiendo clases online tanto a través de Facebook como de Instagram para que sus alumnos y seguidores pudieran seguir trabajando desde casa. Total 'trainings' para trabajar fuerza, cardio y core, clases de aerobic, pilates… no hay disciplina que se le resista. En los centros cuenta con máquinas de alto rendimiento, las mismas que tiene CR7 en su gym privado, pero en casa, Arturo ha demostrado que puede hacerse mucho con muy poco material.
Alejado de los focos, pero en contacto con el universo 'GH'
En la actualidad vive alejado prácticamente por completo del mundo mediático, de la pequeña pantalla y del papel couché. No obstante, continúa manteniendo contacto con numerosa gente del medio: "Tengo contacto con mucha gente de 'GH' y de diferentes ediciones, ya que tenemos un chat y hablamos todos los días y a todas horas. Inclusive quedamos 1 vez al año, normalmente en noviembre, y nos reunimos muchos (60-100) en una cena". Confiesa que mucha gente le sigue reconociendo por la calle, aunque la presión por la pérdida del anonimato que le preocupaba hace unos años ya no es la que era: "Han pasado 15 años desde mi salida de GH así que ya tampoco es el agobio de entonces ni nada por el estilo".
Aun así, y a pesar de estar 100% volcado en su trabajo, en su tiempo libre, tal y como puede verse en sus redes sociales, aprovecha para disfrutar con amigos de buenos restaurantes en la capital y, tomarse de vez en cuando algún que otro cóctel (si puede ser un margarita en honor a su tierra, mejor). Tal y como puede leerse en alguno de sus perfiles, para él "solo tenemos una vida y tenemos la obligación de vivirla intensamente". Un lema que intenta aplicar en su día a día.
En busca del amor
El amor, ese que tanto buscaba, aún se resiste a llegar, aunque esto no es algo que le preocupe demasiado. "Aún sigo sin encontrar el amor – risas-, el principal problema seré yo que soy más selecto o también porque ocupo mucho de mi tiempo en el trabajo y tengo una vida social casi nula. Sigo soltero y con ganas de conocer a alguien, pero tampoco estoy mal solo", afirma.
Arturo siempre fue una persona muy familiar. Durante su estancia en Guadalix, hizo mención en repetidas ocasiones a su madre y a su hermano, por quienes sentía devoción. Les echaba de menos cada día y no precisamente por su encierro en 'GH'.
Aunque él llevaba una temporada viviendo en España, su familia continuaba en México y solamente podía verles un par de veces al año. El día de su expulsión, ambos pudieron estar a su lado. Recientemente, el de Tampico se enfrentaba a la dura pérdida de su progenitora. Un triste y difícil momento que aún le cuesta superar y que ha provocado que varias de sus últimas publicaciones estén dirigidas a ella.