2020 ha sido un año “vertiginoso” para Sonsoles Ónega. Profesionalidad, rigor, cercanía y simpatía son algunas de las palabras que mejor definen a la presentadora de ‘Ya es mediodía’, quien, desde el pasado mes de marzo, cuando estalló la crisis sanitaria, se encarga de informar desde primera línea a los telespectadores de Telecinco. No hay nada que frene a la también escritora, que incluso se ha atrevido a probar suerte como conductora de un ‘reality’ en ‘prime time’, ‘La Casa Fuerte’, una nueva experiencia profesional que asegura que la dejó “exhausta”.
En estos últimos y agitados meses, la periodista ha contado con el apoyo del arquitecto César Vidal, el hombre con el que ha rehecho su vida sentimental tras poner fin a sus once años de matrimonio con el abogado Carlos Pardo. Sin embargo, este nuevo amor no es la única novedad en la vida de Sonsoles, quien ha hablado con plena naturalidad y cercanía para Outdoor. La presentadora nos da pistas sobre el nuevo proyecto literario que tiene en mente, nos explica cómo ha vivido el confinamiento con sus hijos, cuál es su relación con los colaboradores del ‘magazine’ y hasta se atreve a pronunciarse sobre el conflicto del momento, el protagonizado por Kiko Rivera e Isabel Pantoja.
P: ¿Cómo has vivido y estás viviendo la pandemia?
R: La he vivido de una manera muy distinta a la del resto de mi entorno porque los que estábamos trabajando no hemos tenido un confinamiento total. Así que, con cierta normalidad profesional, pero con todo el estupor compartido por todos, sobre todo cuando hemos visto que a la primera ola le ha seguido la segunda, después, la tercera y ahora nos preguntamos si habrá una cuarta.
P: Después de tantos meses hablando de coronavirus, ¿cómo te encuentras anímicamente?
R: Ahora, que estamos a punto de cumplir un año del decreto de Estado de Alarma, empiezo a sentir esta fatiga pandémica de la que tanto hablan los expertos. Además, hemos interiorizado una rutina terrible, que es la de esperar el dato cada tarde. Cuando te llega la alerta del dato que ofrece el Gobierno con los contagios y los fallecidos es un poco descorazonador.
Por otra parte, te das cuenta de que es un sentimiento muy transversal, que no solo nos pasa a nosotros que estamos en una primera línea informativa. Todos vemos que esto no termina y que la vacuna, que nos había generado una expectación de normalidad, no termina de ser del todo así. Creo 100% en la vacuna, pero el proceso va a ser más lento de lo que habíamos imaginado. Así que, intentando sortear la fatiga con las ganas de seguir contándolo cada día.
P: ¿Es complicado informar diariamente de un asunto tan trágico?
R: Sí. Además, te tienes que vacunar contra la frialdad de los datos. Porque, desde marzo, estamos contando fallecidos y parece que solo ofreces al espectador un dato frío y aséptico. Detrás de cada uno, hay una historia personal, un drama, dificultades para acompañar a los enfermos… Eso sigue ocurriendo aunque parezca que no. Así que, vacunándonos contra la indiferencia. Eso es algo que no nos puede pasar. Tenemos que humanizar la pandemia, y no quedarnos solo con los datos.
P: ¿Cómo recuerdas los primeros días?
R: Hemos pasado la pandemia por el filtro intelectual y quizás ya no estamos ‘contaminados’ por las obsesiones, pero, al principio, todo era una verdadera locura. ¡Nos faltaba rociarnos con lejía al llegar a casa! Hubo mucha desinformación y muchos mensajes contradictorios sobre lo que teníamos que hacer y cómo lo teníamos que hacer.
Teníamos miedo a contagiarnos, pero sobre todo a contagiar a los nuestros. Afortunadamente, creo que eso se ha superado y hemos interiorizado todo lo que hay que hacer para evitar un contagio, más allá de que no podemos bajar la guardia ni medio segundo porque estamos en plena tercera ola. Todo ha sido un aprendizaje progresivo y confieso que vivo más tranquila que antes.
¿Tienes momentos de debilidad?
R: Por supuesto. Hay veces que levantas un poco la mano porque ya no puedes más. Es ahí donde tenemos que hacer el esfuerzo.
P: ¿Has vivido el confinamiento con tus hijos? ¿Cómo ha sido?
R: Una parte del confinamiento estuvieron con su padre y otra parte estuvieron conmigo. Reconozco que lo más duro, a parte del miedo a contagiar que estuvo presente cada día, fue adaptarnos a la educación a distancia ‘online’. No estábamos acostumbrados.
De repente, padres y madres nos vimos presentes en espacios que habitualmente hemos delegado y me costó bastante adaptarme. Incluso descubrí que no era tan tecnológica como yo creía. Luchar contra su aburrimiento también ha sido muy complicado. Hemos tenido que cambiar la mirada sobre algunas rutinas instaladas en casa, pero tenemos que ser compasivos con nosotros mismos y entender que no estamos renunciando a la educación que queremos para nuestros hijos, sino que las propias circunstancias nos han obligado a levantar un poco el pie del freno.
P: Y aún con todo, sacas un hueco para escribir. ¿Cómo lo haces?
R: Cada vez que entrego una novela, echo la vista atrás y pienso: ‘No sé cómo lo he hecho’. Escribir es una ocupación muy solitaria que no te permite compartirla con nadie y para la que necesitas un espacio de cierta tranquilidad, a veces incompatible con la vida familiar. A veces cuando trato de pasar a limpio cómo he hecho cada novela, se me cruzan los cables. Digo ‘ahora no sería capaz’, pero siempre eres capaz quizás porque la vena creativa fluye con fuerza y entonces no me imagino la vida sin escribir.
Ónega: “Para el insulto, para la exageración y para la desinformación existen otros canales, pero no la tele”
P: ¿En qué te inspiras?
R: Normalmente es la historia que tengo entre manos la que me inspira y la que me empuja a avanzar. Me pillas en un momento en el que he terminado la promoción de mi última novela y estoy en proceso de creación de la siguiente. Estamos peleando porque los libreros no retiren de sus mesas de novedades ‘Mil besos prohibidos’. Los libros a veces tienen vidas muy efímeras y al final es el lector el que decide si quiere que estés ahí o no.
P: Próxima novela en proceso, ¿en qué punto se encuentra?
R: Estos días reflexionaba porque me surgen ideas muy distintas y trato de relativizar. ‘¡No te angusties!’, me digo. Eso siempre pasa: empiezas una novela y la dejas porque de repente te ha surgido otra o una historia te ha inspirado más que la que habías empezado. Así que estoy en eso, en proceso de borradores, de mucho cuaderno, de una carpeta en el ordenar que aún no va a ningún lado y, sobre todo, rascando tiempo. Con todos los libros te tienes que reorganizar el tiempo y encontrarlo. Pero insisto, siempre lo encuentras. Con cada libro recuperas la ‘virginidad’ creativa. No sabes cómo te vas a sentir ante lo nuevo.
P: ¿Qué momento del día dedicas a escribir?
R: Con el programa, he tenido que cambiar alguna rutina. Era muy noctámbula y escribía cuando acababa Informativos Telecinco por la noche, cuando los niños ya dormían y había un espacio de paz y silencio en casa. Pero ahora es todo lo contrario. Madrugo muchísimo más y necesito tener la cabeza muy despejada para hacer el programa y esto me ha hecho cambiar esta rutina de escribir de noche. ¡Y lo noto! Me cuesta escribir de día porque me inspira la noche.
P: De reportera de 'Informativos Telecinco' a presentar un programa en ‘prime time’. ¿Cómo ha sido ser presentadora de ‘La Casa Fuerte’?
R: Fue una súper experiencia. ¡El año 2020 ha sido vertiginoso! ‘La Casa Fuerte’ fue la primera experiencia de presentar un ‘reality’ y me dejó realmente exhausta por lo exigente que es el registro y porque hacer entretenimiento no es nada fácil, sino todo lo contrario. Feliz de haberlo hecho por probarlo, así que se queda archivado como una experiencia muy enriquecedora. Cuando veo a Sandra Barneda, Jorge Javier Vázquez o Lara Álvarez pienso: ‘¡Madre mía! ¡Qué mérito tienen!’. Me quito el sombrero porque son programas muy largos y en los que tienes que mantener la tensión cada minuto.
Sonsoles Ónega se pronuncia sobre el enfrentamiento entre Kiko Rivera e Isabel Pantoja
P: ¿Repetirías?
R: Si surge la oportunidad, sí… Pero no es algo que me planteo ni que pienso. Igual que no lo pensé cuando llegó. Yo me encuentro muy cómoda con ‘Ya es mediodía’ que es un programa que combina todos los registros.
P: En ‘Ya es mediodía’, cuentas con una mesa de colaboradores con opiniones muy dispares. ¿Te cuesta limitarte a tu papel de mediadora?
R: Con el tiempo, tú misma vas encontrando ese papel de mediación en las mesas, pero sin renunciar a marcar posición cuando hay que marcarla, que no sé si es la correcta. Esta es una eterna duda que creo que todos tenemos. Lo que dice el presentador no va a misa, pero sí que ejerce un papel de moderación cuando hay opiniones que pueden ir en contra de según qué cosas. Y ahí sí creo que el presentador tiene que intervenir de forma tajante y marcar perfil, sin que te importe imponerte al resto de colaboradores.
Para el ‘desparrame’, para el insulto, para la exageración y para la desinformación existen otros canales, pero no la tele. La televisión sigue teniendo esa obligación de ofrecer información veraz, de ofrecer opiniones que no colisionen con algunos consensos casi de país. Creo que ahí tenemos firmes y tajantes, aunque te cueste un aluvión de críticas en las redes sociales.
P: ¿Qué opinas de las redes sociales?
R: ¡Es la guerra! Los comportamientos en las redes sociales no representan a la sociedad. Tú puedes recibir insultos en Twitter, que creo que es la red más salvaje, que no ves que se reproduzcan en la calle. La gente que te para por la calle puede estar de acuerdo contigo o no, pero jamás insulta.
P: Alba Carrillo, Isabel Rábago, Rosa Benito… ¿Cómo es tu relación con los colaboradores del ‘Fresh’?
R: Creo que tenemos un cartel de colaboradores de crónica social y de ‘realitys’ muy simpático y que siempre ofrece opiniones que no son ofensivas ni agresivas, que es una de las señas de identidad del ‘Fresh’. Con todos me llevo muy bien y me hacen todos mucha gracia porque son personas muy creativas e ingeniosas. Es un espacio que tiene menos peso del que quizás debería. Miguel Ángel Nicolás, que es el coordinador del ‘Fresh’, ha intentado tener un equipo de colaboradores respetuosos, pero a la vez ingeniosos y que no se cortan en sus opiniones, pero sin llegar a herir ni insultar.
P: La ‘guerra’ familiar entre Isabel Pantoja y Kiko Rivera ha sido uno de los grandes temas del año. ¿Qué opinas de este mediático enfrentamiento?
R: Me duele lo que está pasando porque no deja de ser una pésima relación de una madre con un hijo. Detrás del producto televisivo, hay una parte personal terrible que es la ruptura de una familia y la separación de un hijo y una madre en unos términos muy duros y con acusaciones muy graves. Y, sobre todo, según va pasando el tiempo, las posibilidades de arreglo son menores. Veremos cómo acaba esto, pero buena pinta no tiene.
La presentadora de 'Ya es mediodía': "Me encantaría entrevistar a Isabel Pantoja"
P: ¿Te gustaría entrevistarla?
R: ¡Me encantaría! ¿Quién no quiere sentarse hoy delante de Isabel Pantoja y hacerle una entrevista? Quien diga que no quiere, miente.
P: Has empezado una nueva relación tras divorciarte de tu expareja, ¿esperabas encontrar el amor tan ‘rápido’?
R: Me divorcié hace año y medio. No buscaba el amor, pero las cosas surgen y estoy en un momento de aprovechar cada minuto y de intentar ser feliz con lo que tengo. Con esta nueva pareja, nos estamos dando todo el tiempo del mundo, sin prisas y sin pausas y disfrutando de cada minuto.