Hace 20 años dos jóvenes desconocidos se encerraban en una casa junto a otros compañeros en el primer ‘Gran Hermano’ de la historia de España. Entre todas las incertidumbres a las que se enfrentaban, la que menos podrían esperarse Israel Pita, celador en prácticas, y Silvia Casado, peluquera de barrio, era la de terminar enamorándose y protagonizar una de las parejas televisivas más importantes en la historia del reality.
Veinticinco días convivieron en amor y sintonía frente a la cámara Silvia e Israel, y todos los españoles pudieron ver nacer su amor durante ese tiempo. Justo cuando Israel se convertía en el segundo expulsado del concurso, Silvia decidía apostar por su relación y abandonar la casa junto a él con su ya famosa frase “Pues nos vamos los dos”. La apuesta de Silvia resultaba ganadora y ambos prosiguieron su relación hasta que en 2003, poco antes de que ella diese a luz al hijo que ambos habían gestado, decidieran poner punto y aparte a su historia de amor.
Un “punto y aparte” porque sus caminos han continuado en paralelo hasta el día de hoy: en la actualidad, Israel y Silvia forman una familia atípica junto a su hijo Hugo, sus nuevas parejas y los hijos que ambos tienen por separado.
A sus 44 años, la vida le sonríe. Aunque su ruptura con Israel llegó justo a punto de dar a luz a su primer hijo, ambos supieron mantener una buenísima relación y construyeron así una familia para su pequeño a pesar de vivir sus vidas por separado. La vida maternal de Silvia, por su parte, no terminó ahí: pocos años después volvió a ser madre de otro niño, Marco, y en la actualidad sus dos “pollitos” -como ella los llama- le llenan de alegría su día a día.
Además de compartir su vida junto a sus dos hijos, Silvia guarda un hueco en su corazón para su pareja. La peluquera ha vuelto a abrir su corazón a Jorge y disfruta de su vida en Málaga junto a él. En lo profesional no le puede ir mejor: poco queda ya de la joven Silvia de 24 años que trabajaba en una peluquería, actualmente Silvia es una reconocida estilista de novias, donde aún siguen reconociéndola como la exconcursante de ‘GH’.
Cuando su trabajo se lo permite, Silvia se dedica a recorrer el mundo acompañada de sus hijos o de quien le siga el ritmo. Ya son varios los destinos que Silvia ha ido apuntando a su pasaporte y guarda un gusto especial por Asia. Lo cierto es que esta ‘gran hermana’ disfruta de su anonimato y recuerda con un inmenso cariño su paso por la edición del reality que hizo historia:
Israel entró a la casa de ‘Gran Hermano’ como celador en prácticas, salió siendo más famoso de lo que se esperaba y, 20 años después, la vida le ha llevado de nuevo a su punto de inicio en la sanidad. Eso sí, pasando por una verdadera montaña rusa televisiva.
Cuando Silvia decidió continuar su vida en Málaga, Israel siguió sus pasos y también se instaló en la ciudad andaluza para estar cerca del hijo que ambos comparten y, así, darle a Hugo la familia que merecía. Allí conoció a la que es su actual esposa, con quien se casó en 2010 y tuvo recientemente una hija: Mía.
Aunque Silvia retomó pronto su vida anterior lejos de la fama, Israel continuó aprovechando su boom televisivo y pudimos verlo por diferentes platós de Telecinco tras su salida de ‘Gran Hermano’ allá por el año 2000. Su vuelta al anonimato no fue fácil, tal y como él mismo ha asegurado: llegó a sentirse tan famoso como los Rolling Stones y le resultó imposible encontrar un trabajo que no fuera en la vida nocturna.
Precisamente fue su esposa, Sandra, la que le ayudó a conseguir su actual trabajo como celador. En el hospital disfruta de su profesión como nunca y vive cien por cien comprometido con su profesión. Como al resto de sanitarios, a él también le ha tocado vivir la pandemia por Coronavirus en primera línea de batalla, por eso no se cansa de pedir apoyo y responsabilidad a sus seguidores para luchar contra el virus a través de sus redes sociales:
Junto a su mujer, su pequeña Mía y su hijo en común con Silvia ha construido una familia atípica y feliz de la que presume constantemente. “Dicen que soy el rarito de la familia”, asegura:
Sin duda alguna, Silvia e Israel siguen profundamente conectados con una buena relación y, en sus vidas por separado, han sabido encontrar un nexo de unión perfecto para poder ofrecer todo el cariño de ambos a su hijo Hugo, permitiéndoles disfrutar de una vida plena y feliz junto al resto de cada una de sus familias.