Aunque está en el ojo del huracán, Rocío Flores cuenta con un refugio seguro en el que, pase lo que pase, se siente protegida y a salvo. Es refugio tiene nombre y apellidos y no es más que Lola, su hermana pequeña, fruto de la relación de Antonio David y Olga Moreno. La hija de Rocío Carrasco ha encontrado en la pequeña una especie de salvoconducto para tratar de esquivar todas las polémicas que la salpican. La que fuera concursante de 'Supervivientes' muere de amor con su hermana y, por eso, no duda a la hora de presumir de ella en su perfil oficial de Instagram.
Lola es para Rocío mucho más que su hermana. Es su mejor amiga, su cómplice y su compañera de viaje. A su corta edad -tan solo tiene 8 años-, la hija de Antonio David y Olga ha hecho por su hermana lo que parecía imposible: conseguir que se evada en una de sus etapas más delicadas. A base de juegos, tardes de películas y muchos mimos, la influencer ha encontrado en la pequeña la excusa perfecta para adentrarse en un mundo de fantasía en el que nada malo puede pasar.
No hay más que hacer un pequeño repaso por las redes sociales de la exsuperviviente para comprobar que Rocío y Lola son el tándem perfecto. Con una relación impecable y una conexión capaz de sobrepasar la pantalla, la nieta de Rocío Jurado y la hija del que fuera colaborador de 'Sálvame' son como uña y carne y se complementan a la perfección.
Como íntimas que son, no hay nada de la una que se le escape a la otra. Conocen al dedillo cada uno de sus puntos débiles, sus lugares y planes favoritos y hasta sus defectos más personales. Prueba de ello es uno de los vídeos que la finalista de 'Supervivientes 2020' ha compartido en sus redes sociales. Un divertidísimo 'tag de la hermana' en el que hemos podido ser testigos del grado de unión que hay entre ellas.
Con los ojos cerrados y tan solo señalando con su dedo índice, Rocío y Lola son capaces de responder a una complicada ronda de preguntas gracias a las que han compartido con los muchos fans de la familia algunos detalles de lo más desternillantes como, por ejemplo, quién de las dos es más sensible, quién organiza mejor la casa e, incluso, cuál de las dos presume de tener las calificaciones escolares más altas.
Rocío ha aprendido de la mano de su hermana a disfrutar de los pequeños detalles de la vida: desde una mañana en el sofá sin nada que hacer más que ver la televisión, pasando por una jornada de juegos debajo de una tienda de camapaña improvisada, hasta infinitas dosis de cariños. Y es que es raro ver a Rocío separada de su hermana, a quien considera su 'mini yo'.
Y es que la nieta de la Jurado ve en su hermana un reflejo exacto de su propia persona. Y ya no solo por el parecido que guardan físicamente, sino porque la pequeña siente tal admiración con su hermana mayor que va siguiendo todos los pasos que previamente Rocío ha ido allanando en este pantanoso camino que se llama vida.
"Sigue brillando como lo haces, nos das vida. Te amamos", escribía la exconcursante de 'Supervivientes' el pasado mes de diciembre con motivo del octavo cumpleaños de la peque, que es su verdadero rayo de luz en los días más oscuros. "Mi otro regalo eres tú", escribía la influencer en esta preciosa dedicatoria de amor con guiño incluido a su otro hermano, al que también se come a besos siempre que puede.
Venga lo que venga y caiga lo que tenga que caer, lo cierto es que Rocío Flores ha formado junto a sus dos adorados hermanos, Lola y David, una unión imposible de franquear. Y es que la hija de Rocío Carrasco no tiene un talón de Aquiles, tiene dos: sus dos hermanos, los verdaderos amores de su vida -con permiso, por supuesto, de su pareja, Manuel Bedmar-.