La exconcursante de la tercera edición de 'Gran Hermano' ya puede decir que es una mujer libre, aunque ha pagado un precio muy alto por su divorcio, tal como ha contado en exclusiva para 'Jaleos'. Raquel Morillas ha logrado firmar el divorcio de su exmujer, pero en el reparto de bienes no ha salido bien parada.
Tras ocho años de noviazgo y ocho meses de fugaz matrimonio, una tercera persona precipitó la decisión de separarse y desde entonces Raquel y su ex no han tenido margen para un acercamiento o conciliación. La solución pasaba por el divorcio y hoy Raquel celebra que vuelve a ser una mujer libre, "aunque mi exmujer se ha quedado con todo lo que era mío", han sido sus primeras palabras.
Las razones que han llevado a que Raquel Morillas pierda casi todo con el divorcio se deben a que la que un día fue pareja vivía en la casa de la exmujer. Al entrar Noah, la nueva novia de la Morillas en escena, se precipitó el final de todo y fue Raquel la que se separó y decidió irse de allí. Esa decisión de marcharse le ha valido quedarse sin todo lo que había en el interior de la casa, además del coche que puntualiza que "pagaba yo, pero estaba a su nombre, aunque ella no tenía ni carné de conducir".
El divorcio ha concluido con el fin de todo contacto con la que un día fue su mujer: "Me ha bloqueado en el móvil, como si tuviéramos 10 años. Es una vergüenza terminar así", ha dicho Raquel, aunque se siente después de todo feliz porque con el divorcio cierra una etapa de su vida y puede comenzar otra plenamente.
"No descarto volver a pasar por el altar", ha confesado sobre sus próximos planes con su pareja Noah, aunque no sea algo prioritario. Enamorada, liberada y con su faceta de youtuber en éxito con su canal, Raquel ha hablado abiertamente sobre el sexo entre chicas, cómo es su primer día de trabajo como teleoperadora y hasta ha hecho la presentación oficial de su nueva mujer. Un perfil que no ha hecho nada más que crecer desde que lo anunciase hace unos meses y que junto a su chica es lo que de verdad ahora le ilusiona.