En los últimos años de la década de los 90, Telecinco contó con una estrella del todo insospechada: El Padre Apeles. Se trataba de un polémico sacerdote, ataviado con alzacuellos y ‘cleriman’, que polemizaba en las tertulias de Telecinco y llegó a tener un delirante ‘talent show’ propio que se emitía en el late night de los viernes: 'Cita con Apeles'. Sin embargo, con la llegada de nuevos rostros surgidos de las primeras ediciones de GH dejó de aparecer en pantalla y su fama se diluyó como un azucarillo. ¿Quieren saber qué fue de él?
José Apeles Santolaria De Puey Cruells, nombre completo del sacerdote, continúa ejerciendo de ministro de la Iglesia Católica y desde hace un tiempo reside en Roma. Según comenta en una entrevista concedida recientemente a la revista ‘Semana’, decidió mudarse a la ciudad eterna cansado del clima político de Barcelona, donde vivía. “Estaba harto de tanto separatista y perroflauta y me fui a una ciudad en la que aún hay una importante vida cultural y social”, comenta si pelos en la lengua.
A pesar de que asegura que la capital italiana le hace muy feliz, la realidad del Padre Apeles no resulta del todo sencilla. A pesar de que mantiene su carácter optimista, reconoce que su salud “es muy delicada” y “estoy pensando más en el otro mundo que en este”. Gracias a su fe católica esta situación no le provoca desazón, sino que se siente dichoso de dejar su destino en manos del Altísimo.
A pesar de que recuerda con cariño sus años de explosión mediática, no parece que tenga ganas de volver a la pequeña pantalla. Asegura que ofertas no le faltan, pero "tengo que atender a lo que me conviene y esa etapa ya pasó". En su época dorada trabajó con los más grandes (Xavier Sardá, Jordi González, Terelu Campos…) y conoció a los artistas más importantes de la época, pero tras dar carpetazo a su faceta televisiva no ha vuelto a mantener contacto con ellos. “Amigos de verdad conseguí muy pocos, pero en la vida apenas hay. Pocos amigos, muchos conocidos y muchísimos ‘saludados’”, reconoce.
A pesar de que no es un esclavo del altavoz ‘social media’, Apeles cuenta con perfil propio en Instagram. Tiene poco más de 1500 seguidores y allí cuelga imágenes diversas de su vida social: jornadas de paseo a caballo, presentaciones literarias o tertulias radiofónicas forman parte de algunas de las actividades que comparte con su comunidad de seguidores.