Nunca hubiera imaginado que se vería desolada por una profunda tristeza y menos aún que podría poner todo esto después en palabras. Sin embargo, Mercedes Milá caracterizada por no tener nunca pelos en la lengua ha batallado con la enfermedad y ahora puede decir en alto cómo va su pelea y por todo lo que ha pasado: "He vivido en la depresión, el llanto y la angustia".
La presentadora de garra y de vieja escuela se veía vulnerable y tenía que parar su ritmo frenético para descubrir nuevos alicientes en la vida. La Mercedes Milá arrolladora daba paso a una mujer frágil y confesaba lo que nunca se llegó a imaginar. "Soy una tía con una personalidad que parece raro que le dé depresión. La primera sorprendida fui yo, pero tuve un desgaste muy profundo" ha dicho para Lecturas y cómo ha conseguido después de eso superar esa grave depresión.
Además de su familia que ha sido fundamental en todo el proceso, Mercedes Miá ha contado también con un compañero de camino en un principio impuesto y ahora indispensable. Su perro Scott le ha ayudado a tener paciencia y a no tener por qué saberlo todo, a escuchar sin conocer y a valorar los pequeños detalles.
La mascota que, en un principio era un regalo para su madre tras fallecer el padre le ha servido a Mercedes Milá como una gran compañía y, poco a poco "esta criaturita se ha ido metiendo en mi vida", ha confesado la presentadora.
Junto a él ha aprendido una nueva filosofía de vida en la que la terapia, el yoga y la meditación son sus grandes pilares para esperar a que las cosas lleguen sin forzar "para que lleguen bien", puntualiza la Milá.
Y ante los que hablaron de ella, la presentadora tiene para todos ellos una respuesta: "No espero que nadie lo entienda". Mercedes Milá sabe que su mascota le ha ayudado a serenarse y en esta etapa ha aprendido una importante lección y es que "la impaciencia no conduce a nada". Una nueva vía para dejarse sorprender más y dejar menos hueco a la mujer obsesiva.
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