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Ana Obregón ha sido siempre una persona afortunada laboralmente hablando, en lo referente a su lado más personal la actriz y bióloga ha tenido que despedir a lo largo de su vida a dos de sus grandes amores. Su hijo Alex nos dejaba hace casi dos años a causa de un cáncer con el que luchó hasta el último momento. Años antes, también tuvo que despedirse de Fernando Martín, el jugador de baloncesto con quien salía cuando sufrió un accidente de coche.
La actriz siempre ha creído en el amor y ha disfrutado de grandes momentos gracias a cupido. Ana ha vivido historias de amor largas, cortas, televisadas, televisivas… pero todas ellas desde el corazón. Fernando Martín, Miguel Bosé, Alessandro Lequio, Davor Suker y Darek son algunas de sus conquistas más sonadas.
La presentadora ha sido toda una rompecorazones, a estos hombres mencionados anteriormente hay que sumar algunas relaciones fugaces como con Tony Cantó, Alberto de Mónaco, Julio Iglesias, Tony Curtis, Steven Spielberg, Rafi Camino, Carlos Moyá, Finito de Córdoba o David Beckham, entre otros.
Nos centramos en los hombres de la vida de Ana que más le han durado y de los que se enamoró locamente y además compartió con nosotros.
Miguel Bosé fue el primer novio oficial de Ana Obregón, ella misma confesaba en su libro `Así Soy Yo´ que su primer amante fue el cantante. “Fue mi primera vez. Y fue con amor. Resultó tan bonito como había imaginado que sería. Me quedé toda la noche dormida pegada a su cuerpo y vestida con su camiseta de Mickey Mouse”, explicó en su biografía. Estuvieron juntos algo más de tres años y en una ocasión la presentadora llegó a decir que no le habría importado casarse con él.
La pareja compartió un momento especialmente bonito de sus vidas, ambos triunfaban, cada uno en su profesión y eran la envidia de los fans. Formaban una de las parejas más bonitas de los años 80. No obstante lo suyo, no fue eterno. Ana es la única mujer con la que se ha relacionado al cantante.
El jugador de baloncesto fue el primer español en jugar en la NBA y uno de los primeros granes amores de la actriz. Ana y Fernando vivieron una bonita historia de amor durante tres años. “Tres años que puedo asegurar que fueron los más felices de mi vida... El amor de mi vida", recuerda siempre Ana. El amor entre la pareja se torció el 3 de diciembre cuando el jugador de baloncesto perdía la vida en un accidente de tráfico en la M-30 de Madrid.
La relación entre el Conde Lequio y la presentadora de televisión fue una de las relaciones más sonadas de los años 90. Ambos hacían una de las parejas más guapas del panorama social de la época. Se quisieron mucho y fruto de su amor nació Aless, su hijo en común. Aunque sonaron campanas de boda, su separación llegó antes que el `sí, quiero´.
Aunque su ruptura protagonizó algún que otro plató de televisión, con el paso de los años y la enfermedad que sufrió su hijo, ambos han sabido llevarse mejor que bien. Hoy en día, a pesar de que Alessandro tiene una familia con su nueva mujer, es uno de los apoyos incondicionales de Ana. Ambos se tienen un cariño que los hace inseparables.
Tras su separación de Alessandro, Ana encontró consuelo y estabilidad con el jugador de fútbol croata, Davor Suker. “En él encontré todo lo que estaba esperando sin saberlo: un hombre generoso, honesto, con la humildad de los grandes, que aceptaba y admiraba mi carrera y, sobre todo, que no pretendía cambiarme” aseguraba la propia Ana. Tras tres años de relación ambos decidieron seguir su vida por caminos separados sin polémicas de ningún tipo.
El polaco fue una de las parejas más polémicas de Ana quizás por su eterna sonrisa o por los motivos de su superación. La pareja paseo su amor durante un año por Madrid, Ibiza y Palma de Mallorca y finalmente él se marchó con la amiga y representando de la actriz, Susana Uribarri. Ambas estuvieron un tiempo distanciadas, pero supieron reconducir su amistad a tiempo.
Ana ha sabido también estar sola largas temporadas y encontrar la paz y la estabilidad de ha necesitado. Ha vivido grandes historias de amor y esperamos que pronto encuentre en alguien la paz y la felicidad que tanto le hacen falta.