En la nueva etapa iniciada por Fayna Bethencourt tras su renacer, no hay opciones para dar un paso atrás. La canaria de origen francés salió del infierno del "maltrato habitual" por parte de su expareja y compañero de 'Gran Hermano 2', Carlos Navarro 'El Yoyas', tal como ella misma relató y se ha convertido durante este tiempo en un gran apoyo para muchas mujeres que pasan por lo que ella ya pasó y hasta ha puesto en valor la importancia del testimonio que está dando Rocío Carrasco en su docuserie.
"Un animal herido, reconoce a otro animal herido", son las palabras con las que la canaria ha definido cómo está sintiendo todo lo que se está viendo en 'Rocío, contar la verdad para seguir viva' al verse representada y, tras su confesión pública, la exconcursante de 'GH' ha tomado otra decisión por la que se siente muy orgullosa.
Refugiada en la escritura como tantas otras veces ha hecho, Fayna ha escrito unas palabras liberadoras que le han servido para poner fin a un triste recuerdo. "Volver a releer algunas cosas que escribí con letra irregular porque me temblaba el pulso por la necesidad de plasmar todo lo que sentía en aquel momento, me crea angustia", plasmaba en su cuenta de Instagram junto a una imagen muy evocadora.
En su nueva vida junto a su pareja, Misael Moncar no hay cabido para los miedos o gritos. No hay espacio para "los monstruos venidos de otros planetas", tal como dice porque en su casa hay ahora luz y paz. Fayna describe en su emotivo texto que su vida "suave", "deliciosamente imperfecta, pero con la seguridad de sentirse querida". Es por ello que al verse más fuerte que nunca haya optado por el camino de vivir y amar sin haber ya otra opción.
Sin embargo, esa felicidad la interrumpe un recuerdo del pasado que la exconcursante de 'GH' ha querido compartir y que desea borrar para siempre. "Una frase de las que escribí hace ya mucho tiempo y que ha vuelto a latir porque yo la he reanimado al leerla de nuevo. No deja de resonar en mi cerebro, como al que le sube por la garganta un poco de comida mal digerida", escribe Fayna en su desgarrador testimonio.
Las palabras que le han sacado de su nube son unas que, tal como ella muy bien explica, definieron su vida y que ella tristemente asumió hasta que se "rompió en mil pedazos". Bajo la dureza de "tú me llamas puta y yo te hago la comida", la canaria confesaba que se había dado cuenta de que todavía guarda mucho dolor. "Esta frase, me angustia porque sé que conforma la realidad de otras que siguen dando vueltas en su cocina, haciendo de comer para alguien que las llama puta", ha escrito poniéndose en el lugar de otras mujeres que todavía no han salido de 'esa cocina'.
Para todas ellas, Fayna Bethencourt tiene un mensaje que ha aprovechado a dar desde su misma cuenta de Instagram: "Haz de comer para la boca que te acaricie con su reconocimiento. Haz de comer para las personas que te amen. ¡Haz de comer para ti!", ha expuesto con total sinceridad. De esta forma, Fayna ha revelado sus auténticos sentimientos para terminar mostrando con determinación la decisión que le ha llevado esta reflexión: "Jamás volveré a hacerle de comer a alguien me llame puta".