Por qué a Sofía Suescun no le pican los mosquitos, según la ciencia y los expertos

Mientras sus compañeros están siendo acribillados por los mosquitos, Sofía Suescun está consiguiendo librarse de sus picaduras. Son muchos los que se preguntan cómo ha conseguido la concursante de 'Supervivientes All Stars' mantener a los insectos a raya. Los expertos y la ciencia tienen la respuesta.

Como si de un superpoder se tratase, Sofía se libra de las picaduras de los mosquitos. El resto de concursantes tiene cientos de picaduras repartidas por todo el cuerpo, ella en cambio no. Que la hija de Maite Galdeano haya evitado ser un delicioso bocado para los insectos de la isla, a los que parece tener completamente dominados y al margen, no es producto de ninguna vacuna o repelente.

Parece magia, pero tiene explicación científica. Los mosquitos hembra – pues solo ellas son las que pican ya que necesitan alimentarse de la sangre para producir sus huevos – no distinguen entre unos y otros All Stars, pero sí podrían tener predilección por algunas de las leyendas de esta edición.

Ácido láctico y grupo sanguíneo

Por su tipo de sangre, pero sobre todo por el tipo de sustancias y el nivel de ácido láctico que exuda la piel. Según numerosos estudios científicos, cuanto mayor sean los niveles de ácido láctico en la piel, mayores serán las probabilidades de ser picado por un mosquito.

Este compuesto químico, que se produce principalmente en las células musculares y en los glóbulos rojos, permite a los mosquitos a identificar el grupo sanguíneo de sus 'víctimas'.

En este sentido, las personas con sangre tipo O suelen ser las preferidas por los insectos, pues suelen proporcionarles mejores nutrientes en comparación con aquellos tipos A o B. Aquellos con sangre tipo O suelen ser blanco de los mosquitos el doble de veces que los individuos con otros tipos de sangre.

Aliento, olor y temperatura corporal, un imán para los mosquitos

Está demostrado que el olor corporal atrae a los mosquitos. Tanto en el buen como en el mal sentido. Por una parte, se sienten atraídos por determinadas fragancias o perfumes. Pero por otra, al sudar se liberan sustancias como el ácido láctico, que los atrae. El olor de las bacterias que se generan en los pies por el sudor, por ejemplo, suelen atraerles bastantes hacia pies y pantorrillas.

Otro de los factores por los que Sofía Suescun podría haberse librado de acabar convertida en un blanco atractivo para los mosquitos es su aliento. La cantidad de Co2 o dióxido de carbono que exhala podría ser determinante para evitar sus picaduras, ya que está demostrado que a mayores cantidades, mayor es la probabilidad de atraer a los mosquitos.  

Además, la temperatura de la piel de los robinsones de Honduras podría ser otro condicionante, ya que se orientan más que por la vista por la temperatura corporal de sus 'presas'. En este sentido, cuanto más calor desprendan los supervivientes, más atraerán a los mosquitos.

El color de la piel y la ropa

Por último está el factor del color. Recientes estudios han demostrado cómo el color de la piel o los colores de ropa utilizados pueden atraer en mayor o menor medida a los mosquitos. El negro, por increíble que parezca, es uno de sus colores preferidos, siendo el verde el más ignorado.

Según esta tesis de la Universidad de Washington los colores, rojo, naranja, negro y cian son los predilectos si hay presencia de C02 en el ambiente. Por contra, tienden a ignorar los tonos verdes, azules, el blanco y el morado.

El experimento determinó que ante la presencia de dióxido de carbono, los mosquitos podían “buscar colores específicos y otros patrones visuales, asociados con un huésped potencial y dirigirse hacia ellos”.

Según Jeffrey Riffell, autor principal de este estudio, el olor les ayuda a identificar colores y a sus víctimas. "Descubrimos que el CO2 induce una fuerte atracción hacia bandas espectrales específicas, incluidas las que los humanos perciben como cian, naranja y rojo. La sensibilidad al naranja y al rojo se correlaciona con la fuerte atracción de los mosquitos hacia el espectro de colores de la piel humana, que está dominado por estas longitudes de onda.