El padre de Miri Pérez-Cabrero, que además ejerce de su defensor en las galas de ‘Supervivientes’ se ha desvelado como un auténtico personajón televisivo. Simpático, dispuesto y extrovertido a Eduardo Pérez-Cabrero, de 63 años, no le ha costado meterse en el bolsillo a la audiencia del reality. Hace unos días, tras visitar a su hija en Honduras, copó titulares después de que la concursante recordase su salida del armario. Más allá de su vida íntima, la biografía de Eduardo resulta del todo fascinante.
Nacido en el seno de una familia amante del arte (su bisabuelo materno fue el que encargó a Gaudí la creación de la Casa Batló y el paterno fue director de la Orquesta del Liceo de Barcelona), el padre de Miri es uno de los escultores más prestigiosos de España. Su obra se figura en colecciones privadas, casas y lugares públicos de España, Andorra, Francia, Italia, Alemania, Estados Unidos, México, Emiratos Árabes, Arabia Saudí, Rusia... Incluso el exclusivo Hotel Four Seasons de Madrid exhibe nada menos que 17 obras suyas.
Su prestigio artístico le ha permitido tratar con muchas de las grandes fortunas del mundo y entre su agenda de contactos figuran muchos rostros célebres como la mismísima Mercedes Milá o Santi Millán. Tal es la sintonía que tiene con el presentador de ‘Got Talent’ que hace unas semanas llegó a pasarse por el plató de ‘Supervivientes’ solamente para saludarle.
Según ha contado a revistas especializadas en Arte, Eduardo fue consciente de su especial sensibilidad artística en sus años escolares: ya desde pequeño practicaba dibujo artístico y escultura en la Escuela de Artes y Oficios. Sin embargo, cuando llegó el momento de elegir la carrera, aconsejado por su familia, optó por Publicidad. Llegó a ejercer durante varios años años, pero a finales de los noventa decidió dedicarse de manera exclusiva al arte. "Necesitaba hacerlo. Es un impulso interno muy potente", cuenta.