Estela Grande ha preocupado a sus seguidores tras confesar a sus seguidores un problema de salud que sufre desde hace poco. Con gafas de sol y semblante serio, la exconcursante de 'Gran Hermano VIP 7' revela que le ha salido una úlcera en la córnea, o lo que es lo mismo, una queratitis.
"A ver, he ido al médico y… lo que me ha dicho… No me quito las gafas porque tengo el ojo fatal", explica la ex de Diego Matamoros desde el interior de un coche. La diseñadora continúa explicando el problema que padece, que ha surgido a raíz de otra complicación en el ojo. "Por una alergia, por algo que me habrá dado alergia, que me imagino habrá sido el polen, se me ha inflamado muchísimo el ojo y esa inflamación me ha producido una úlcera en la córnea", relata a través de sus stories.
Aunque con gesto serio, el tono de Estela parece despreocupado, algo con lo que intenta rebajar la gravedad del asunto mientras explica el tratamiento oftalmológico que debe seguir hasta que se cure su córnea. "Así que ahora tengo una herida en el ojo que me tengo que curar con una pomada, un gel y unas gotitas que me han dado. Pobre yo", se lamenta.
La córnea es una fina capa transparente que cubre la parte anterior del ojo y que se encarga de proteger el iris y la pupila. Una úlcera de córnea se trata simplemente de una herida en esta capa protectora del ojo. En el caso de Estela, el motivo se debe a una inflamación por alergia, pero existen otras causas mucho más frecuentes para la aparición de una queratitis.
Bacterias y/u hongos por mal uso de lentes de contacto, por herpes, parásitos, síndrome del ojo seco… Los síntomas, independientemente de la causa que las originen suelen ser los mismos: dolor, ojo rojo, molestia o intolerancia a la luz, lagrimeo y sensación de cuerpo extraño en el ojo suelen ser las más comunes.
Como bien apunta la excuñada de Laura Matamoros, quien también sufre un problema ocular, las queratitis generalmente se tratan de forma ambulatoria utilizando pomadas, geles y colirios específicos dependiendo de si el daño ha sido motivado por un hongo, una bacteria o un parásito. Aunque no siempre es así.
En cuanto a la duración del tratamiento, todo dependerá de la profundidad de la herida, del tamaño y de las causas que la han provocado. Una vez finalizado el mismo, si la herida no cura o cicatriza bien, es probable que la córnea quede dañada y provoque molestias y dificultad de visión al paciente. En estos casos, además de aquellos en los que la úlcera no pueda ser tratada a través de medicamentos, puede ser recomendable realizar un trasplante de córnea una vez la infección haya desaparecido.