Belén Esteban se ha casado dos veces; la primera de ellas en 2008 con Fran Álvarez y la segunda y definitiva en 2019 con Miguel Marcos. Para cada uno de sus enlaces, la colaboradora de 'Sálvame' lució dos vestidos blancos de lo más recordados e icónicos. Desde 'Outdoor', vamos a analizar los dos diseños con los que la de Paracuellos dio sus 'sí, quiero'.
La televisiva ha tenido una vida de los más intensa desde que la conocimos de mano de Jesulín de Ubrique en 1995. La colaboradora es una enamorada de la vida y ha buscado el amor en todas y cada una de sus conquistas: Jesulín de Ubrique, Óscar Lozano, Dani Dj, Fran Álvarez y Miguel Marcos han sido los hombres de su vida.
La princesa del pueblo ha pasado en dos ocasiones por el altar. La primera con Fran Álvarez fue en 2008. Se unieron en una bonita ceremonia en el Palacio del Negralejo de Madrid. El amor se acabó tras dos años de su 'si, quiero' y les dieron la nulidad eclesiástica en 2014. Su segunda boda, con Miguel Marcos se celebró el 22 de junio de 2019. La pareja ponía así la guinda del pastel a sus cinco años de amor en la finca Vega del Henares en Alcalá de Henares.
El secreto mejor guardado de las bodas siempre es el vestido de la novia, pues, aunque la princesa del pueblo se ha casado dos veces ha lucido en total cuatro vestidos, aunque solo podemos ver el resultado de los dos más importantes . ¡Los repasamos todos!
Belén Esteban y Fran Álvarez se dieron el 'sí, quiero' el 27 de junio de 2008, hace ya más de diez años. En aquel momento, la pareja, como no podía ser de otra manera, aseguraba que había sido el día más feliz de su vida y llevaba el vestido soñado por toda novia.
La elección del vestido, como en toda boda, no fue fácil, no por que la colaboradora no supiera que era exactamente lo que quería y como lo quería, sino por que fueron muchos diseñadores los que no quisieron prestar sus diseños a la tertuliana. Finalmente fue Antonio Palazuelo, de El Corte Inglés, el encargado de vestir a Belén Esteban para tal magno evento. Haciendo realidad el sueño de la colaboradora de lucir un modelo exclusivo para la ocasión.
Para la primera boda de la princesa del pueblo, la colaboradora vistió un vestido blanco impoluto de seda natural en corte sirena y escote palabra de honor. La falda, entallada hasta la rodilla, se abría en quillas que dejaban ver un encaje bordado con paillettes efecto nácar y cristal. Esto combinada con la rebeca del mismo tejido que le cubría los brazos y parte del escote. La pieza estaba hecha a medida y le quedaba como un guante.
Como complementos, la princesa del pueblo lució un velo de tul con encaje que sujetó con una tiara de cristal de Swarovski, sobre un precioso recogido italiano. Además de la lustrosa tiara que atraía todas las miradas, Belén optó por unos pequeños pendientes de brillantes, una discreta pulsera y el anillo de pedida.
El ramo, con ligera caída y estilo natural estaba compuesto por orquídeas blancas y rosas, eran el complemento perfecto a su primer look nupcial. Tras la cena Belén optó por un segundo vestido firmado por Julio Reis. Más sencillo, de tirantes, ceñido, de gasa natural con escote drapeado y en el bajo flores volanderas de organza fue su segunda elección.
Como una princesa se sintió Belén Esteban en su segundo enlace y vestida de la diseñadora sevillana Fátima Álvarez-Ossorio, directora creativa de Fiancée Couture. La colaboradora viajó a la capital andaluza en varias ocasiones sin levantar las sospechas de la prensa rosa. No contenta con un vestido, la colaboradora lució dos looks diferentes a cada cual más arrebatador.
Su primer vestido confeccionado en encaje Chantilly era de corte princesa con manga francesa y cuello barco semitransparente que la favorecía la figura. Las aplicaciones de flores recorrían tanto la parte superior del vestido como la falta y la cola.
En esta ocasión dejo el velo de lado optando por un moño alto de estilo de los años 30 decorado con un pasador. La colaboradora estaba realmente favorecida. Para esta ocasión también escogió joyas discretas. Pendientes de oro blanco y diamantes de Yanes, brazalete trenzado y el anillo de pedida fueron sus complementos estrella. Las flores del ramo, peonías blancas y rosas.
Para la fiesta la colaboradora, optó por otro diseño de la sevillana, en esta ocasión un traje de inspiración griega de corte semi-imperio, realizado en gasa de seda natural con bordados de rafia. Dos estilismos clásicos y sencillos que favorecieron el segundo enlace de la colaboradora.
Más de diez años han pasado de una boda a la otra y mucho ha cambiado Belén Esteban, sin embargo, la elección de sus vestidos ha sido bastante similar. Encajes, recogidos, amor y felicidad, eso es lo que tienen en común las dos bodas y cuatro vestidos de Belén Esteban.