Para un seguidor de ‘Gran Hermano’ resulta imposible no recordar a Diana Bartolomé. Y es que su participación en la sexta edición del ‘reality’ dio mucho juego. ¡Cómo olvidar por el triángulo amoroso que formó con Franchu, su novio; y Juanjo Mateo, su compañero de concurso! Aquellos momentos en los que el taxista de Alicante, que terminó llevándose el maletín de ese año, llamaba a la catalana Dulcinea fueron antológicos.
Aunque Diana lo dejó todo por Juanjo, lo cierto es que aquel romance televisado acabó como el rosario de la aurora. Incluso la pelirroja le acusó de dejarle una importante cantidad de dinero –9.500 euros– que jamás llegó a recuperar. Pero todo eso forma parte del pasado, porque el destino quiso que Bartolomé se diera una nueva oportunidad con su Franchu, con quien acaba de tener una niña. La propia ex modelo nos presenta a la pequeña Diana en 'Outdoor'.
Cuéntanos cómo estás viviendo esta nueva etapa como madre.
La niña nació el 13 de diciembre, así que tiene dos meses. Lo estoy llevando muy bien, la verdad. Como dentro de lo que puedo, soy tranquila y pienso en positivo, aunque duermo poco. Me despierto tres veces por la noche para darle el pecho, que es algo que no pensaba que iba a hacer.
¿Por qué?
En principio, no quería darle el pecho porque no quería estar tan condicionada o sometida. El tema del vínculo me parecía bonito, pero no lo veía como algo primordial. Además, mi madre no me dio el pecho a mí y nunca me he puesto mala. Pero tuve un parto muy complicado, muy difícil… Estuve 20 horas de parto, con fórceps y todo.
¿Qué ocurrió para que se prolongara tanto?
No me pusieron la epidural hasta el último momento y, cuando estaba dilatada, en la segunda fase del parto, se paró todo. Me tuvieron que hacer los fórceps. Al final, todo quedó muy anecdótico, porque Fran y yo estábamos como en una habitación de casa.
¿Diste a luz en casa?
No, en un hospital, pero era un parto respetado. Todo como muy natural, con una comadrona y como si estuvieses en un salón de casa. No era un quirófano, sino una habitación. Estábamos muy cómodos, porque estábamos a oscuras y con música. Pero sí que lo pasé mal.
¿De quién fue la idea de llamarle a la niña Diana?
Yo quería que se llamara María, pero Fran decía que era un nombre muy tradicional y que no le gustaba. Él prefería Cloe o Diana. Al final, como lo pasé tan mal, Fran me dijo que le pusiera mi nombre.
¿Es pelirroja?
Un poco, sí. ¿Por qué?
Por curiosidad. Como tú también lo eres…
Sí, sí, aunque se está quedando sin pelo, la pobre. Tiene el pelo rojo y los ojos azules, sí.
¿A quién se parece más? ¿A Franchu o a ti?
La gente dice que se parece más a mí, aunque tiene gestos del padre.
¿Se ha tranquilizado después del parto o es guerrera?
Uy, ésta viene con guerra –se ríe–.
Oye, ¿y cuándo os casasteis Franchu y tú?
El 7 de mayo de 2016.
Un final feliz después de momentos complicados que sucedieron a raíz de ‘Gran Hermano’.
Vaya –se ríe–. Después de todo, imagínate… Casados y con una niña –se ríe–. Es el destino, porque yo tenía muy claro que no quería saber nada más de él y Fran tenía también muy claro que no quería verme ni en pintura. Después de todo el jaleo de televisión, no queríamos saber el uno del otro.
¿Y cómo surgió todo?
Mi padre guardó siempre una buena relación con Fran y se llamaban y quedaban. Yo vivía en Italia. Mi padre me iba contando cosas de él y, al final, un día nos vimos.
¿Cuánto tiempo pasó desde la ruptura hasta la reconciliación?
Cinco años.
¿Quién dio el paso?
Bueno, en realidad, hemos vuelto como unas cuatro veces… Esta última vez Fran quedó con mi padre y dio la casualidad de que yo llegaba de Italia. Así surgió…
¿Costó daros una nueva oportunidad después de todo lo que vivisteis en televisión?
La última vez ya no nos costó. Una vez que eres más adulto, lo ves todo de otra manera. Además, pensaba que, si volvía a tener sentimientos por este hombre y él por mí, era porque la historia no estaba terminada. Era como que estaba el sentimiento escondido y no quería verlo para no sufrir. Como también iban pasando otras cosas en la vida…
Entonces, fuiste conociendo a otros chicos, pero te diste cuenta de a quien querías realmente era a Franchu, ¿no?.
Exacto. Sólo estuve con una persona más, pero cuando conoces a alguien es cuando te das cuenta.
¿Te refieres a Juanjo o hubo otra persona?
Otra. Un italiano.
Pero con Juanjo sí que estuviste, aunque luego acabasteis mal.
Sí. Le dejé un dinero y, al final, acabé mal. Pero reconozco que Juanjo es buena persona. Me llamó con los años para hablar y felicitarme, que también ha tenido un bebé y ahora creo que va a tener otro. Al final, todo se queda en el pasado y, si no nos vemos, que él está en Alicante y yo en Barcelona, para qué estar mal.
Por curiosidad, ¿Juanjo te llegó a devolver el dinero?
No, qué va. Los 9.500 euros no me los devolvió –se ríe–. Que haga algo y a ver si me los devuelve –se ríe–. Ya ese tema… Qué le vamos a hacer. No creo que yo vaya a ver este dinero…
Contabas antes que pasaste una temporada en Italia. ¿A qué te dedicabas allí?
Trabajaba en un ‘showroom’ de ropa. Me fui porque la televisión es un mundo complicado. Estoy agradecida a ‘GH’ por la oportunidad que me dio, pero, por otro lado, es un experimento. Cuando entras en el programa, hay psicólogos que cuidan de ti y saben qué armas utilizar para conocer a las personas y cómo interactuar. Pero, cuando sales al exterior, te encuentras sola y es cuando creo que más necesitas un psicólogo.
De la noche a la mañana, con un ‘boom’ de popularidad, ¿no? Encima, tu caso fue más desestabilizador por el triángulo amoroso que formaste con Franchu y Juanjo. ¿Abandonaste España para huir de todo aquello?
No me gustaba la televisión, porque en un minuto pueden destruirte. Si alguien inventa algo sobre ti, es muy difícil que te puedas defender. Quizá lo puedes demostrar, pero si alguien quiere hacerte daño… Además, yo era una chica joven y yo no tenía armas para defenderme.
Pero existe la justicia para defenderte. Además, sin ánimo de ofender, tampoco te pillaría nada por sorpresa, que te presentaste a la sexta edición de ‘Gran Hermano’ y ya sabrías dónde te metías.
Yo había visto la primera edición y como siempre era una persona muy ‘happy’… Además, con el mundo de la moda, siempre he estado viajando. También te digo que estoy súper agradecida a ‘GH’. Yo hablo desde el cariño, que a mí no me ha perjudicado nada. Pero, por ejemplo, a Juanjo sí, que se creía el rey del mambo y luego mucha gente se aprovechó de él. También a Sandra [Crespo], esa chica que me criticó en mi edición, que tuvo relaciones nefastas al salir. En mi caso, yo estoy contenta porque creo que todo es un aprendizaje y he vivido algo que no todo el mundo ha podido vivir, pero es verdad que tienes que ser muy fuerte.
Una vez que saliste de la casa de Guadalix, ¿confiabas en que podrías vivir de esto o seguir los pasos de Kiko Hernández?
A ver… Ser un Kiko Hernández, no. Además, él es maravilloso, vale muchísimo para esto y me río mucho con él, que lo conozco muy bien. Kiko es un picarón y me encanta, pero no quería ser como Kiko Hernández.
Me refería a que si llegaste a pensar que podrías tener recorrido en televisión.
Como ya trabajé en la televisión italiana, en la Rai 2, e hice muchas cosas de modelo, tampoco tenía ese ansia. Yo ya había hecho muchas cosas y, después, continué trabajando en Italia de reportera dicharachera. Nunca quise estar en un sillón para estar atacando a alguien.
Aunque ahora estarás de baja por maternidad, ¿a qué te dedicas?
He estado trabajando en una empresa, Beauté Prestige International, que ahora es el grupo Sisheido. También colaboro con mi hermana, que tiene una inmobiliaria que se llama Properties Garraf y que opera en la zona de Garraf, que es donde están Sitges, Vilanova…
¿La gente no te reconoce en el trabajo?
La verdad es que sí. Yo me quedo alucinada, porque mira que hace años –se ríe–. Hay gente a la que le sueno de algo y me dice que si estudiamos juntos –se ríe–. Otros me abrazan directamente y me preguntan cómo me ha ido, que si soy dentista o tal. Al final, no termino diciendo quién soy. Pero hay gente que sí me reconoce como la de ‘Gran Hermano’ y me preguntan qué tal me ha ido. Sí, me pasa mucho todavía.
Entraste en la casa de Guadalix siendo modelo. ¿Te perjudicó participar en un ‘reality’?
Sí, aunque me daba lo mismo. Siempre he sido de aprovechar las oportunidades que me han ido viniendo en la vida. ‘Gran Hermano’ fue una casualidad, porque no lo busqué. Yo no me inscribí en el casting, sino que fui acompañando a una amiga y me dijeron allí que hiciera también el casting. Yo soy de seguir el destino. Pero la verdad es que sí que me perjudicó. La directora de mi agencia de ese momento, Francina Models, que está en Barcelona, sí que me dijo que había sido negativo que yo hubiera participado en un ‘reality’, porque me ganaba bien la vida y decía que la moda era algo superior a la televisión.
¿Trabajabas con Francina Models? Es una buena agencia.
También tenía otras muy buenas en Italia y en Alemania. Sin embargo, la agencia italiana no veía ningún problema en que me cogieran para trabajar en la Rai 2, en un programa que se llamaba ‘Quelli Che Il Calcio’ y, aunque iban cantante, tenía una temática de fútbol.
En tu etapa de modelo, ¿trabajaste con alguna maniquí famosa?
Si, con muchas. Con Mar Flores, Martina Klein, Judit Mascó, Marta Español, Mireia Canalda, Marisa Jara… Hay tantas…
¿Y Franchu? ¿A qué se dedica actualmente?
Tiene dos negocios, dos bares-restaurantes en Roda de Bará –municipio de Tarragona–. Son El 38 y Casino Roda de Bará.
¿Te planteas volver a la televisión? ¿Participarías en un programa como ‘Supervivientes
Si me llaman, yo encantada. Y Franchu también. Yo creo que él se apuntaría el primero –se ríe–. Imagínate que nos vamos los dos… –se ríe–. ¡Nunca se sabe!
¿Mantienes relación con algún participante de tu edición de ‘Gran Hermano’?
Con Jani, que me explicó que estaba trabajando en Telecinco y fue la asistente personal del presentador de ‘Pasapalabra’. También con Salva. De Bea, la Legionaria, hace mucho tiempo que no sé nada. Con Marta López y Kiko Hernández… También soy muy amiga de Eric Puigbach, el que se casó con ese hombre mayor.
¿Qué te parece su reciente boda?
–Echa una carcajada– Me parece bien. Eric es muy natural y todo lo que siente lo lleva a cabo. A él le gusta vivir bien y tiene mucha clase. ¿Qué te voy a decir? Es muy amigo mío.
¿Te invitó a su boda?
Va a hacer otra en Sitges y me va a invitar. Ir a Los Ángeles era complicado porque acababa de nacer la niña.