"He intentado agradeceros a todos los mensajes de apoyo que me habéis mandado por privado uno a uno, pero sois tantos que no soy capaz, por ello aprovecho este momento para deciros que estoy muy agradecido y deseando volver. Muchos abrazos a todos". Con estas palabras, Álex Lequio se ha dirigido a todos sus seguidores hablando por primera vez sobre su enfermedad a través de las redes y agradeciendo las muestras de cariño que ha estado recibiendo.
Por su parte, Ana Obregón ha compartido la misma imagen y la ha acompañado de un emotivo mensaje de aliento: “Perdonad estos 4 meses de silencio en los que, como madre, entenderéis lo que estoy pasando. No quería dejar pasar más tiempo sin agradecer de corazón a cada uno de vosotros los mensajes de apoyo, cariño y respeto que nos han dado fuerzas para seguir luchando cada día. Sé que está pesadilla acabará pronto. No vemos la hora de volver a España!”.
El pasado mes de abril saltaba la noticia: Álex Lequio estaba recibiendo atención médica en Nueva York, en un hospital especializado en tratamientos contra el cáncer, acompañado de su novia y sus padres, Ana Obregón y Alessandro Lequio. Desde entonces, han sido contadas las informaciones que se han dado sobre el estado de salud de Álex: su padre publicó un escueto "la familia es lo primero", su amigo Aless Gibaja le mandaba ánimos desde Madrid y Antonia Dell´Atte confirmó lo que los medios apuntaban con una contundente declaración: "Sé que no se encuentra bien". Más de tres meses después de instalarse en Nueva York, la familia rompe su silencio con esta cariñosa imagen de unión y palabras de agradecimiento.
Antes de hacerse público su ingreso hospitalario y enfermedad, Álex Lequio, de 26 años, había llevado una vida alejada de los medios de información y la prensa. Aficionado a la moda y a la música, estudió en Estados Unidos Ciencias Políticas y Filosofía. Su vida profesional estaba centrada en la empresa de marketing digital que había fundado.
Hasta el momento, el último en hablar sobre el estado de salud de Álex Lequio había sido su propio padre, que dijo lo siguiente: