Jessica Bueno nunca ha escondido los tratamientos y retoques estéticos a los que se ha sometido. De hecho, una de las primeras stories que hizo al salir de la casa de Guadalix de la Sierra tras su expulsión de 'GH VIP' fue un vídeo en el que le contaba a sus nuevos fans que había decidido ponerse toxina botulínica para reducir las arrugas de expresión de la frente.
La exconcursante de 'Supervivientes' se suele someter asiduamente a este retoque porque medio año después volvía a su clínica de confianza en Bilbao, donde vive junto a Luitingo y sus tres hijos (fruto de sus relaciones con Kiko Rivera y Jota Peleteiro), para volver a infiltrarse toxina botulínica en el rostro y su chico también se atrevía con la medicina estética al realizarse una masculinización facial y una armonización de pómulos y mandíbula.
Ahora, la modelo sevillana ha regresado a este centro para probar el tratamiento LPG, que es muy popular y que está basado en la estimulación celular para conseguir que la piel se mantenga firme y que se reduzca la grasa, pues actúa sobre los fibroblastos, que son los que secretan el colágeno, y los adipocitos, que son las células que forman el tejido graso.
Jessica Bueno se está realizando este tratamiento en abdomen, piernas y glúteos y lo hace porque quiere mantener a raya la celulitis: "Todos los tratamientos que me hago están enfocados en conseguir el mismo resultado, que es una piel más tersa y sin celulitis". Por el momento, no ha mostrado los resultados que ha tenido sobre su cuerpo este tratamiento.
Una sesión de este tratamiento ronda los 70 euros, aunque el precio puede variar según el número de zonas en las que se aplique. Lo que recomiendan los profesionales para obtener resultados es someterse a unas 15 sesiones, por lo que el precio total del tratamiento al completo podría llegar a los 1.050 euros.