Gorka Ibarguren se está acostumbrando a vivir al límite en su experiencia en Honduras. Muy diferente es su vida en Guipúzcoa, en concreto, en Oiartzun y en su práctica casa que mostró justo antes de entrar en 'Supervivientes' y de la que se puede decir que es funcional, acogedora y de la que presume especialmente de su original despacho-vestidor.
Está claro que el vasco estará echando de menos muchas cosas en su travesía por los Cayos Cochinos, pero él es un hombre de mentalidad práctica y eso se puede ver muy bien en la decoración de su casa. El concursante de 'Supervivientes' prefiere la sensación de amplitud y cumplir eso que se dice de 'menos es más' siguiendo un poco el estilo de decoración nórdica.
De ahí que se haya decantado por tonos en madera, muebles en color blanco, mucho espacio para el almacenamiento, apuesta por el parquet y con todas las habitaciones, incluida cocina, independientes.
Se nota que antes de entrar a 'Supervivientes', Gorka Ibarguren hacía casi toda su vida en el salón: de lo que más orgulloso está el vasco es de su enorme chaise longue de tres plazas en funda blanca, mesa bajera en madera y también la cómoda que sigue la misma estética norteña sobre la que se apoya la televisión.
En este recorrido que el vasco hizo por su casa antes de despedirse de ella, nos dejó un detalle que nos llama poderosamente la atención. Si ahora mismo, el concursante de 'Supervivientes' cuenta prácticamente con lo puesto, en su casa de Oiartzun (Guipúzcoa) tiene un vestidor esperándole (aunque su regreso tenga que cambiar a la fuerza de ropa).
Esta zona de cambiador exclusiva, que no solo se ve en las casas de las influencers, es de los rincones favoritos del entrenador personal y técnico deportivo. En él no solo tiene sus enseres personales y objetos de entrenamiento, sino también una buena colección de camisetas y pantalones.
Gorka Ibarguren mantiene todo en orden. En su habitación que hace las veces de vestidor y las veces de despacho, este ha habilitado una mesa y silla de espacio de trabajo donde le gusta perderse antes de meterse en su cuarto donde le espera una gran cama de matrimonio y otro armario del que puede presumir de que está también muy ordenado.