Noemí Salazar lleva unos días un tanto ausente de las redes sociales porque se ha sometido a una liposucción para remodelar su cuerpo. La exintegrante de 'Los Gipsy Kings' intenta que no pasen más de 24 horas sin compartir nada al menos en sus stories de Instagram y, tras unas horas desaparecida, ha optado por unirse a un trend en el que los usuarios de esta red social revelan cómo estuvieron a punto de llamarse.
La exconcursante de 'GH VIP' ha revelado que no es que estuviera cerca, sino que durante las primeras horas de su vida no se llamó Noemí, sino Samara, un nombre muy poco común en España, pues según el Instituto Nacional de Estadística solo se llaman así 5.092 mujeres que tienen una edad media de 16,6 años (Noemí es mucho más popular, con 29.679 mujeres llamándose así). Pero sus padres, Carlos y Raquel Salazar, decidieron cambiarle el nombre antes de abandonar el hospital con ella, que es la mayor de sus tres hijos: a los siguientes les pusieron como ellos y les llaman Raquelita y Carlitos de forma cariñosa.
"Me lo quitaron en el hospital porque mi abuelo vino diciéndome 'Samiiii, Samiiiii' y a mi madre no le gustó", ha revelado la influencer, que está encantada con llamarse finalmente Noemí porque es un nombre que le gusta mucho más que Samara: "Mi padre fue el que me puso Noemí". Tanto le gusta su nombre que es el que le puso a su hija, que actualmente tiene nueve años, aunque nadie la llama así, sino Mimi para diferenciarlas.
Hace tan solo unas semanas, la empresaria se animaba a contar otro dato sorprendente sobre su nombre y es que no está "presentada ante Dios" como Noemí. En este rito propio de su religión, que es la cristiana evangélica, sus padres la presentaron como Remedios, pese a que en su DNI figura el nombre de Noemí. La razón es que su tía se llama así. "No sé si cuando me muera y me encuentre con Dios me llamará Remedios o Noemí", comentó la madrileña entre risas, mostrando que se toma a broma los muchos cambios de nombre que ha tenido.