Laura Escanes tiene claro algo que le apasiona, le hipnotiza y que tiene nombre de filia. La influencer de 27 años, que mueve cerca de dos millones de seguidores en su perfil de Instagram, ha escogido este lugar para hacer pública esta extraña obsesión que recibe el nombre de opacarofilia y, que a pesar, de la denominación, es más común de lo que parece cuando se conoce. ¡Descubrimos en qué consiste!
No todo el mundo aprecia con tanto entusiasmo la belleza de los últimos rayos de luz al día. Esos instantes que parecen mágicos por la mezcla de colores anaranjados y malvas causan furor para una buena estampa en las redes. Y, dentro de esa clase de personas que comparten la afición de contemplar atardeceres está la exnovia de Álvaro de Luna.
Probablemente, esta palabra sea completamente nueva, o no se conociera su significado, pero el presenciar los atardeceres y la sensación de paz que nos evocan están englobados bajo este término: opacarofilia. Esta condición hace que la persona que la padece busque el mejor sitio desde dónde ver el atardecer cada vez que viaja a algún lugar. Y así ha plasmado algunos de los que ella ha conseguido en un vídeo de Instagram donde ha hecho pública esta confesión.
"Si no me encuentras, estoy buscando atardeceres", ha compartido la exmujer de Risto Mejide, mostrando un primer plano de ella y toda una sucesión de fotografías de atardeceres que ella ha captado en distintos momentos. Una revelación que ha sorprendido y de la que tanto han reparado sus seguidores como del bello plano de sus ojos azules.
Y, aunque no todo el mundo siente la misma admiración por los ocasos, tal como se lo han hecho saber a su influencer a raíz se su revelación por Instagram, el hecho de que haya confesado que tiene opacarofilia ha servido de debate en las redes.
Las personas que tienen esta obsesión siempre buscan tener un panorama especial para apreciar dicho momento y el lugar idóneo donde se vea de la forma más bonita, la experiencia mejor posible. De ahí que Laura Escanes los haya tratado de captar de mil maneras posibles sus atardeceres: en la playa al pie del mar, sentada en la arena, después de una excursión o a través de la ventana, reflexionando sobre la vida.
La exnovia de Álvaro de Luna no se cansa de ver atardeceres en todos sus colores y matices. Y, al poner bajo relieve esta extraña obsesión que tiene se ha encontrado con todo tipo de opiniones. Los hay que le han dicho que este espectáculo de la naturaleza les produce "tristeza y melancolía", otros que cuando tienen el sol de frente se les "cierran los ojos y no pueden ver nada" y otros que le han dado ya buenas ubicaciones para que siga coleccionando puestas de sol.