En la intimidad y clima de confianza en su canal de Twich, Julián Contreras ha recordado unos episodios de su infancia en Marrakech que no había hecho hasta ahora. El hijo de Carmina Ordóñez ha vuelto por un momento al pasado y ha dado una revelación de lo más singular a sus fieles espectadores. El exconcursante de 'GH VIP' ha hablado de una amistad desconocida hasta la fecha que marcó su vida y que ha vuelto ahora a sus recuerdos.
Si hay un lugar en el que el hermano de Cayetano y Francisco Rivera puede ser él mismo con total naturalidad, ese es su canal de Twitch donde Julián trata todo tipo de temas de actualidad o se permite también bucear en sus recuerdos e intimidades. En esta plataforma, el escritor y antes youtuber ha encontrado su sitio y es habitual verle abrirse sin ningún tipo de filtro contando lo que le preocupa o incluso bromeando con su actual residencia de Cuenca. Aquí Julián muestra su lado más natural, desenfadado y también echa una vista al pasado como lo ha hecho ahora.
En esta ocasión, el hijo de Carmina Ordóñez ha vuelto a la etapa en la que vivió en Marrakech junto a sus padres. En concreto, a su tierna infancia cuando solo contaba con 5 años y lo que le impresionó conocer a una de las personas que más le ha marcado y cuya amistad siempre valoró. Del nombre al que ha hecho mención en esta sesión de Twitch es a Adolfo de Velasco, experto en antigüedades y diseñador de chilabas y kafkanes.
"Era lo más parecido que yo he conocido a un patricio romano", ha dicho de esta amistad que surgió a principios de los noventa, fecha en la que conoció a este famosos anticuario a partir de sus padres. "Es la persona más especial que yo he conocido con diferencia", cuenta de este peculiar hombre. La persona que les puso en contacto fue el artista chileno Claudio Bravo, del que Julián también guarda muy buen recuerdo.
A partir de ese vínculo que se forma, el hijo de Carmina Ordóñez relata que se crió entre su casa y la de este hombre tan atípico. "Éramos como una familia. Tenía una casa de distintas alturas y un dormitorio completo al aire libre. Dormir allí era algo que hasta que no se experimenta, no se entiende", ha explicado tratando de poner en orden sus recuerdos de una etapa muy bonita y original para cualquier niño.
No ha olvidado Julián Contreras muchas de las cosas que había en aquella casa: los olores, la puerta que comunicaba con los jardines Majorelle, donde estaba de vecino Yves Saint Laurent, los dos pavos reales que tenía Adolfo y con los que el hijo de Carmina Ordónez nunca tuvo demasiado feeling, la bañera que se calentaba con leña o el aspecto pintoresco de su peculiar amigo.
Movido por la nostalgia, el que fuera concursante de 'GH VIP' ha vuelto a esa época para recordar a esa persona que provocó en él un efecto tan grande que a día de hoy recuerda tan vivamente. "Siempre estaba vestido con sedas, conducía un Mercedes de los años 40 descapotable blanco, e iba con joyas muy llamativas", ha dicho para concluir que era "un señor muy enigmático", al que recuerda con gran cariño.
El ir a su casa era lo más parecido a adentrarse "en una película" y en ese mundo mitad realidad, mitad fantasía es en el que él creció y el recuerdo que ha querido compartir con sus seguidores desde el profundo cariño.