Luitingo se ha mudado a Bilbao para vivir con Jessica Bueno y ya está perfectamente integrado en su familia, pues se lleva muy bien con los tres hijos de la exconcursante de 'GH VIP': Fran Rivera, de once años y fruto de su romance con Kiko Rivera, y Jota Junior y Alejandro, de siete y dos años, respectivamente, nacidos de su relación con el exfutbolista Jota Peleteiro. Tanto es así que la pareja le ha hecho un regalo conjunto al pequeño Jota, tal y como ha explicado el niño en las stories de la modelo.
Ocultando su rostro en todo momento porque su objetivo es preservar al máximo su privacidad, Jessica Bueno ha grabado un vídeo hablando con su niño para contarle a sus seguidores que iban de camino a una tienda especializada en anime y productos de la cultura japonesa con el objetivo de encontrar un regalo que le gustase al pequeño y premiar así su valentía al recibir dos puntos de sutura en la ceja.
En esta conversación con su madre, Jota Junior contaba que se había "clavado un palo en la ceja" y que esa era la razón por la que le habían tenido que dar dos puntos. La modelo sevillana le escuchaba atentamente y remarcaba lo "valiente" que había sido en el momento de la cura y que, por ello, se merecía con creces elegir el "juguete de anime" que más le gustase de toda la tienda.
"¿Y quién te lo va a regalar?", le preguntaba la amiga de Susana Bianca y Zeus Montiel para terminar la conversación. "Luis y tú", respondía el pequeño, sacándole una gran sonrisa a su madre, que parece muy feliz por poder aunar su vida sentimental con su vida familiar tras haber decidido apostar por su relación con el cantante de 'Operación Camarón' pese a las dudas que tenía en la casa de Guadalix de la Sierra.
Durante los últimos días del programa, cuando ya se intuían los sentimientos de ambos, Jessica Bueno le confesó a Luitingo que le preocupaba que estuvieran en puntos vitales distintos pese a tener la misma edad porque ella ya era madre de tres niños, sin intención de tener un cuarto. Parece que esos miedos quedaron atrás definitivamente y que el artista se ha adaptado perfectamente a esta realidad familiar, en la que está plenamente integrado.