Violeta Mangriñán, sobre las dificultades de su segundo embarazo: "Pensaba que me caía redonda al suelo"

  • La exconcursante de 'Supervivientes' se ha sincerado acerca de las dificultades que está experimentado en su segundo embarazo

  • Violeta Mangriñán ha reconocido que se encuentra muy cansada y que ha tenido que cancelar compromisos profesionales

  • La extronista de 'Mujeres y Hombres y Viceversa' está esperando a su segunda hija en común con Fabio Colloricchio

Violeta Mangriñán es una de las influencers que más comparte su vida en Instagram y, por eso, no es extraño que le haya contado a su legión de seguidores que está viviendo dificultades en su segundo embarazo. Con una imagen en la que se ven sus piernas tumbadas en la cama de su nuevo ático de alquiler en Madrid, la exconcursante de 'Supervivientes' ha explicado que está extremadamente cansada y ha tenido que cancelar varios compromisos profesionales.

"No recuerdo una bajona como la que me ha dado esta tarde, no podía ni levantarme del sofá. Entre las agujetas de las piernas y la sensación de desmayo que he sentido de repente pensaba que me caía redonda al suelo", ha explicado la influencer, que no sabe qué le ocurre exactamente, más allá de encontrarse en el ecuador de su embarazo y notar los efectos de volver a entrenar después de un año sin pisar el gimnasio: "No sé si será un bajón de tensión, de azúcar... pero ha sido horrible, me siento verdaderamente mal".

Lo que sí que tiene muy claro la extronista de 'Mujeres y Hombres y Viceversa' es que va a priorizar su salud, por lo que cancelará - como ha hecho estos últimos días - su asistencia a todos los eventos que tiene en la agenda si así lo considera necesario para garantizar su bienestar. "El embarazo me está resultando mucho más duro que el de Gala y eso que en comparación de muchos no puedo quejarme de nada", ha confesado la valenciana.

La razón por la que encuentra tan dura la situación es porque se considera una persona "súper activa", por lo que la sensación de cansancio constante le resulta "desesperante y frustrante", pese a lo feliz que se siente por haber vuelto a instalarse en Madrid después de poco más de medio año viviendo en una casa de nueva construcción en su ciudad natal, Valencia, que ahora ha puesto en alquiler porque no considera que sea rentable mantener aquel chalet mientras paga una mensualidad por vivir en un ático dúplex en una urbanización nueva de la capital.