Raquel Salazar ingresa en el hospital para someterse a una operación. La matriarca de ‘Los Gipsy Kings’ se ha visto obligada a pasar por quirófano debido a una serie de problemas gastrointestinales que han empeorado con el paso del tiempo. Arropada por toda su familia, la diseñadora se somete a esta intervención tras la que Mimi, la hija de Noemí Salazar, no ha podido evitar derrumbarse y romper a llorar al ver a su abuela en el hospital.
A pesar de los intentos tranquilizadores de su abuela materna, la pequeña Mimi no puede contener las lágrimas. Angustiada, llora de preocupación temiéndose lo peor. La pequeña, primogénita de Noemí Salazar y Antón Suárez, no puede evitar sentirse así al ver a su abuela a punto de entrar al quirófano con una vía en el brazo, el pijama y el gorro higiénico que en los hospitales ponen a cada paciente antes de bajar a la sala de operaciones.
“Me van a curar, esto me está haciendo daño”, dice la madre de la exconcursante de ‘GH VIP’ mientras se señala el estómago. “Me puedo poner muy mala. Lo que van a hacer es curarme”, añade mientras se dirige a su nieta en un tono amable y tranquilizador mientras esta llora desconsoladamente y promete estar esperándola cuando todo termine.
Tal y como la propia Raquel ha explicado, el motivo de su intervención quirúrgica se debe a una serie de problemas que han surgido y empeorado por culpa de una banda gástrica que se colocó en el pasado.
“Tengo una inflamación un poquito fea desde hace un año”, cuenta a través de sus redes sociales. “Vamos a ver los daños que me ha causado. Hasta que no me abran y me la saquen no sabremos en realidad qué daños hay”, añade.
Hace más de una década que la empresaria decidió colocarse este aparato para adelgazar. Un remedio que, en lugar de lograr el objetivo que buscaba, acabó provocándole diferentes problemas, entre ellos, una hernia de hiato, una esfofagitis, vómitos y la ingesta de protectores de estómago de forma crónica para tratar de aliviar algunos de los síntomas que desde entonces ha presentado.
Salazar ha hablado de la mala experiencia que ha tenido con su banda gástrica y con la clínica en la que decidió colocársela y explicado cómo, tras cambiarse de centro, descubrieron que la banda estaba suelta y que, además, estaba provocándole serios problemas gastrointestinales.
En este sentido, los expertos han considerado que lo mejor, dado que la salud de Raquel estaba “deteriorándose” era “retirar” la banda.
La intervención ha salido con éxito y, durante los próximos días deberá continuar en hospital, recuperándose y en observación.