Violeta Mangriñán acaba de mudarse a la casa de sus sueños. Después de dos años de interminables obras, la exconcursante de ‘Supervivientes’ recibía las llaves de Villa Favioleta, la casa que ha construido en Valencia. Allí lleva viviendo ya un par de meses y aunque todavía siga decorando y poniendo a punto algunas cosas, al hacer vida en su nuevo hogar se ha dado cuenta de un importante detalle: la casa se le queda pequeña. Concretamente su dormitorio, el cual no ha dudado en enseñar tras poner su nueva cama.

“Cuando compré la casa el proyecto ya estaba hecho, no pude más que hacer algunos cambios con el arquitecto que yo contraté, que no era el mismo que hizo el proyecto”, dice mientras se queja del tamaño de su habitación, en la cual también se hay un baño incorporado, tocador y vestidor.

Una realidad que una de sus seguidoras resaltaba y que ella misma no dudaba en admitir, asegurando que sí, que “la habitación se ha quedado pequeñita”.  

Violeta continúa y explica que “si quería cambiar el proyecto que ya tenía asignado el terreno, tendría que haberme esperado año y pico más hasta poder empezar a construir, por lo que tuve que adaptarme a lo que había y solo pude hacer pequeños cambios”.

La joven reconoce que la parte de arriba de su casa se le ha quedado “pequeña”. En ella se encuentra su dormitorio en suite y su vestidor, el cual acaba de enseñar tras cambiar su cama por una más grande, con canapé y espacio para almacenaje.

"La parte de arriba de la casa, junto con el vestidor, se ha quedado pequeña. También os digo que en el único lugar donde siento realmente a la hora de vivir que me falta espacio es en el vestidor", matiza mientras explica que se ha dado de que en el resto de la casa hay "absolutamente espacio más que suficiente" para vivir cómodamente.

Me he dado cuenta de que el resto de la casa es absolutamente más que suficiente. No hace falta una casa enorme para vivir, a menos que tengas una familia numerosa, que no es mi caso…", comenta.

La que fuera tronista de ‘Mujeres y Hombres y Viceversa’ ya ha recibido ofertas para comprar su inmueble. Algo que no descarta hacer en un futuro. “Quien sabe, Dios dirá, quizá esta no sea la última casa que adquiera. Quizás en un futuro tenga otra y los errores que he cometido en esta me servirán para aprender y no cometerlos en la próxima”, dice mientras imagina su vida dentro de un tiempo.

Por el momento, y a pesar de este inconveniente, Violeta se siente muy orgullosa de lo que ha logrado. Y es que, ella “solita” y “sin la ayuda de nadie” ha sido capaz de comprar y levantar la casa en la que ahora vive con Fabio Colloricchio y su hija Gala: “Voy a disfrutarla y a gozarla porque me encanta; sobre todo, la energía que tiene, que da paz”.