Fayna Bethencourt lo está intentando todo con tal de que se haga justicia con ella y con otras mujeres. Su ex, Carlos ‘El Yoyas’, sigue prófugo de la ley. Han pasado ya más de tres meses y, a día de hoy, este sigue en paradero desconocido. Su angustia es cada vez mayor, pero va a seguir insistiendo y tocando puertas para que su petición no caiga en el olvido. La última a la que ha llamado directamente es a la del Defensor del Pueblo.
La exconcursante de la segunda edición de ‘Gran Hermano’ envió una carta a esta institución el pasado 4 de febrero y al no obtener respuesta ha decidido hacerla pública y cedérnosla a Outdoor para denunciar su situación actual y reclamar mejoras en las medidas de protección para las víctimas de violencia de género.
Lo que ha movilizado a la canaria para dirigirse directamente al Defensor del Pueblo es que pase el tiempo, en concreto cinco años, y la condena de Carlos Navarro prescriba. Viendo que “la cosa sigue igual” y que su situación, aunque es pública, no es muy distinta a la de “otras mujeres que viven con miedo de saber que sus maltratadores siguen en la calle”, tal como nos explica y es por ello que Fayna Bethencourt ha decidido dar un paso más.
Mientras espera noticias de esta institución y decidida a seguir moviéndose "donde haga falta" y eso incluye el hacer también una recogida de firmas, la canaria se ha propuesto hacer todo lo posible para que las cosas cambien, para dar voz a muchas de esas mujeres que se han puesto en contacto con ella y a las que nos asegura que entiende perfectamente.
"Algunas de ellas me han llegado a decir que les quedan solo cuatro meses para que prescriba el delito de su maltratador y a otras ya, desgraciadamente, les han prescrito. Lo que pasa es que no es tan sencillo contar esto a la sociedad. Existe mucho miedo. Por eso espero que sirva para algo", nos ha querido matizar antes de conocer la petición por carta que le ha hecho al Defensor del Pueblo.
Fayna Bethencourt le ha explicado al Alto Comisionado de las Cortes Generales, encargado de defender los derechos fundamentales y las libertades públicas de los ciudadanos, cómo es su situación actual. Un texto, en el que palabra por palabra, se da un toque de atención y se describe la realidad que vive ella y otras mujeres víctimas de violencia de género al indicar que el sistema “resulta ineficaz”, bajo la experiencia que están padeciendo . En ella, la canaria se muestra rotunda y pide una respuesta:
Buenas tardes,
Me dirijo al Defensor del Pueblo para informar de mi situación actual y trasladarle mi petición con el consiguiente escrito.
El día catorce de noviembre del año 2022, Carlos Navarro Merino, maltratador condenado, fue requerido a presentarse en los juzgados de Vilanova del Camí para su ingreso en prisión, no cumplió con dicho requerimiento y se dio a la fuga. A día de hoy sigue en paradero desconocido, en busca y captura.
El fugitivo, cuando teóricamente ya lo buscaban, concedió además una entrevista al periódico El Mundo. También envió una grabación de vídeo a televisión y habló con distintos periodistas sin que las autoridades actuasen al respecto.
Quiero denunciar mi situación actual: soy una víctima de violencia de género que desconoce el paradero de la persona que condenaron por maltratarla y que además tiene que soportar que este haga declaraciones públicas clamando una inocencia (cuando ya ha sido condenado por sentencia firme), desafiando así al poder judicial y ejerciendo de nuevo un maltrato psicológico, esta vez público, hacia mi persona sin repercusiones legales por dichos actos.
Al conocer mi caso, muchas mujeres se han puesto en contacto conmigo para relatarme que están viviendo también con el miedo de saber que su maltratador sigue en la calle a pesar de estar en busca y captura, algunas incluso sufriendo porque las penas de estos han prescrito sin que las autoridades los hayan encontrado.
Creo, vistas mis circunstancias y las de estas mujeres, que es necesario que una vez que exista una condena por violencia de género, el condenado debe de ser trasladado a prisión inmediatamente o en su defecto que se le coloque un dispositivo de seguridad para conocer su localización en cada momento hasta su posterior ingreso en prisión.
El hecho de que se le comunique a un condenado por violencia de género su ingreso en prisión y se le solicite que se presente voluntariamente a una hora y día determinado, no garantiza en absoluto la seguridad de su víctima y es a todas luces una medida ineficaz: existen condenados en busca y captura por no haber sido trasladados por las autoridades competentes a prisión, dejándolos a su libre albedrío y con la posibilidad de escapar de la pena que se les ha impuesto.
En espera de una respuesta por parte de su institución, reciba un cordial saludo,
Fayna Bethencort Guerinet