Rocío Flores lleva años tratando de cambiar su imagen. La exconcursante de ‘Supervivientes’ tiene un asombroso antes y después que en buena parte ha conseguido gracias a un buen número de retoques y operaciones estéticas. Pero también abusa de filtros y programas de edición fotográficos que distorsionan por completo lo que publica en sus redes y la realidad.
Sus seguidores llevan tiempo comentando en su perfil el abuso que la hija de Rocío Carrasco y Antonio David Flores realiza de estas herramientas. Tanto, que algunos han llegado a preguntarse si, detrás de esa obsesión por mejorar su imagen existe algún ligero trastorno de dismorfia corporal.
“No soy de comentar nada ...pero sinceramente creo que no te hace falta tanto filtro... he tenido que mirar el nombre para saber si eras tú”, “Los filtros de Instagram no te hacen justicia” o “Hay un poco de cara en tu Photoshop” son solo algunos de los cientos de mensajes que pueden leerse junto a sus publicaciones.
Que editaba sus fotografías era algo que intuíamos (todo el mundo lo hace). Sin embargo, para curarnos en salud y no dar nada por hecho, Nuria Marín ha querido preguntar al equipo de grafismo del programa ‘Socialité’ para conocer de la mano de un equipo de expertos el secreto que se esconde tras las fotografías que comparte.
La gracia del Photoshop y de programas similares reside en la edición sutil de las imágenes. Digamos que es como en medicina estética, cuanto más natural y menos se note el retoque, mejor hecho y mejor valorado está el trabajo. En el caso de Rocío Flores y sus redes, la edición es tan exagerada que sus seguidores no pueden evitar señalarla en cada una de sus publicaciones. Además no entienden cómo ella, que está acostumbrada a salir en televisión y otros medios, es capaz de modificar tanto su rostro cuando la audiencia la ha visto miles de veces al natural.
Según los profesionales consultados, la exconcursante de ‘Supervivientes’ habría utilizado al menos dos claras herramientas. Por un lado, el licuado, “para afinar las facciones” de su rostro y de su cuerpo. Por otro, el tampón de clonar, “para eliminar las líneas de expresión”.