La vida de Laura Boado, la Miss de la última edición de ‘La isla de las tentaciones’, despierta mucha curiosidad entre los seguidores del programa. La pareja de Alejandro Pérez es – como él- modelo profesional, carrera bastante estigmatizada, pues para desfilar no hace falta tener un elevado nivel de estudios. No obstante, la de Santiago de Compostela se ha formado y no ha dudado en presumir de ello y de su trabajo antes de presentarse al reality de Telecinco al ser preguntada
Nacida en Santiago de Compostela, ha vivido en A Coruña durante buena parte de su vida. Hace unos meses, se mudó a Madrid, aunque en Galicia es donde ha desarrollado la gran parte de su carrera profesional.
Se graduó en el instituto Rafael Dieste y empezó la carrera de Políticas en la Universidad de Compostela. Pero finalmente decidió dar un giro de 180º a su futuro profesional, y acabó estudiando Diseño de Moda y Patronaje en la escuela coruñesa Goymar. Gracias a esta titulación y a sus tablas como modelo, logró hacerse un hueco en Inditex como modelo de patronaje, pero también como becaria en el departamento de diseño.
“Sí. He estudiado una carrera. He estudiado Diseño de Moda y Patronaje, aunque es verdad que para trabajar en Inditex de modelo de patronaje no es necesario tener una carrera enfocada en diseño, porque al final ellos te contratan en función de las medidas que tengas y de lo que ellos necesiten”, comenta a través de sus redes sociales hablando de sus estudios y último trabajo antes de su paso por ‘LIDLT 6’.
Boado ha explicado en qué consistía su trabajo en la textil española, en la que estuvo durante dos años “trabajando en la central en temas de diseño”, ejerciendo como “modelo de patronaje”.
Esto quiere decir, tal y como ella resaltaba en una entrevista el año pasado, que Laura era una especie de “maniquí de carne y hueso sobre el que prueban ropa”. “Mi talla es la 34, la XS, y, a partir de ahí, hacen el resto de tallajes, la S, M, L, XL y XXL”, contaba a ‘La voz de Galicia” hace dos años, cuando aún ni siquiera conocía a Alejandro Pérez y salía con un futbolista.
“En mí probaban y si me quedaba bien daban el okey de producción”, explica ahora a sus seguidores mientras confiesa que, “además de estar probando ropa, echaba una mano a los diseñadores a la hora de buscar tendencias”.
La gallega ha querido dejar claro que para ser modelo de patronaje no hacen falta haber estudiado nada, sin embargo, cree que gracias a sus estudios pudo hacer mucha más carrera en la empresa de Amancio Ortega que de no haberlos tenido. “Lógicamente si hay dos personas que dan las medidas y una ha estudiado moda y la otra biología, recursos humanos se decantará más por la que ha estudiado moda. Yo al final en mi trabajo, en el día a día, hacía muchas más cosas”, añade.