Verdeliss es una mujer completamente feliz en su casa en la que siempre reina el ruido con sus ocho hijos. Llegar hasta ese punto no ha sido un camino fácil. La que fuera concursante de 'Gran Hermano VIP' tuvo que renunciar a muchas cosas por quedarse embarazada a los 19 años. Así lo ha manifestado en una entrevista de lo más personal que ha concedido a la revista '¡HOLA!'.
Con rotundidad y máxima sinceridad la influencer ha repasado su historia en la que hay luces, pero también sombras. Verdeliss puede decir a día de hoy que ser madre y empresaria de éxito la llena completamente, pero no ha escondido que no ha sido fácil llegar hasta ese punto y que ha tenido que hacer por el camino muchos sacrificios.
La mamá de Aimar, Irati, Laia, Julen, las mellizas Eider y Anne, Miren y la benjamina de la casa, Deva, ha explicado que para ella la llegada al mundo de sus hijos ha sido lo más importante. En su faceta como madre es en la que se siente verdaderamente completa, pero no fue fácil adaptarse a formar una familia numerosa y más empezando tan joven.
El convertirse en madre de su primer hijo con 19 años le hizo darse cuenta de que iba a un ritmo muy distinto al de su entorno en ese momento. "Perdí muchas amistades porque me quedé embarazada muy joven y mi etapa vital no coincidía con la de mis amigas", ha explicado Verdeliss que ha añadido que ella en ese momento no podía salir de fiesta porque su prioridad era la maternidad.
Y a esa renuncia también se le une también lo profesional. A la que fuera concursante de 'GH VIP' le hubiera gustado hacer carrera universitaria, tal como ha contado en esta entrevista, pero al crear a sus hijos y sin ayuda "fue algo inviable".
En sus comienzos con Aritz, "sobrevivíamos con una mano delante y otra detrás. Él trabajaba como becario en un despacho y yo, como camarera en un restaurante", ha contado. El sacrificio que hicieron por seguir adelante y tener la familia numerosa que siempre habían deseado les ha valido la pena. A día de hoy, Verdeliss dice orgullosa que su día a día es "agotador pero se compensa con la felicidad que le aporta".
Y, aunque ella hubiera querido vivir el ambiente universitario en un campus y no pudo por convertirse en mamá tan joven, sí que hizo un esfuerzo extra para quitarse esa espinita y estudió Auxiliar de Enfermería a distancia. Ella aceptó sus rutinas y costumbres para después reinventarse completamente y cosechar un éxito indudable. Si algo se le quedó pendiente dice ahora que igualmente "no se arrepiente de nada".