Suso Álvarez está estudiando su tercer año de Psicología y, aunque continúa trabajando en la televisión y en redes sociales, está pasando muchas horas en estas últimas semanas para preparar sus exámes. Aunque aún no tiene claro por qué especialización quiere decantarse, el exconcursante de ‘Gran Hermano’ está decidido a sacar las mejores notas posibles y terminar sus estudios satisfecho consigo mismo. Por eso, lo que más vemos ahora sus seguidores en sus redes es el despacho en el que pasa la mayor parte del día.
Suso Álvarez lleva ahora una vida de lo más completa. El colaborador se encuentra profundamente enamorado de Amanda, su novia. Es enfermera, por lo que han estado llevando parte de su relación a distancia. Ahora, sin embargo, viven los dos juntos en un adosado en Paracuellos del Jarama, donde han creado un verdadero hogar con piscina, jardín y ahora también hemos visto el despacho:
Además de sonreírle el amor, a Suso también le sonríen los estudios. Hace un tiempo, el influencer decidió buscarse “un plan B” y ha optado por estudiar Psicología. El que fuera novio de Sofía Suescun considera que el trabajo en la televisión es efímero y cuando menos te lo esperes puede acabar. Por eso, Suso ha querido asegurarse un futuro laboral estudiando una carrera que le encanta y en la que, además, obtiene increíbles resultados de los que presume con sus seguidores.
Al igual que la mayoría de estudiantes ahora mismo, Suso se encuentra en época de exámenes y está de lo más aplicado. Hace dos semanas que comparte en sus redes sus rutinas de estudio y algunas de las calificaciones que obtiene en los test que realiza desde casa, que son muy buenas.
Los dos sitios en los que estudia principalmente son el salón, donde le acompaña su fiel amigo gato, con vistas al jardín y una chimenea acogedora, o en su despacho, rodeado de libros con vistas a la calle y muy iluminado. En ambos sitios ha enseñado continuamente cómo pasa largas horas de estudio sin distraerse.
Los casi medio millón de seguidores que tiene Suso, están deseando que acabe los exámenes y comience a compartir cosas de su día a día que no sean hojas de sus apuntes. Porque hay una cosa clara, el colaborador es muy responsable y, como él mismo admite, ´un empollón` con los estudios.