Violeta Mangriñán vuelve a visitar la clínica de medicina estética de su amiga, la doctora Carla Barber, para someterse a nuevos retoques estéticos y mejorar algunos aspectos de su rostro. La exconcursante de 'Supervivientes' llevaba tiempo queriendo realizarse una serie de tratamientos que, por su reciente embarazo, estaban contraindicados.
Sin embargo, su esperado momento ha llegado. Y por fin, la también extronista de 'Mujeres y Hombres y Viceversa' pone remedio a su incómodo problema de salud bucodental, y de paso, a un nuevo complejo estético en el que no ha podido dejar de pensar desde que se lo mencionara la mamá de Bastian hace unas semanas.
Violeta sufre de bruxismo desde hace años. Este trastorno bucodental (motivado por la repetición de fuertes contracciones involuntarias de la mandíbula) puede provocar hipertrofia de los músculos maseteros, fuertes dolores de boca, de cabeza y cervicales, así como el desgaste de las piezas dentales.
Para mejorar y aliviar los síntomas generalmente basta la utilización de férulas de descarga, aunque no siempre resultan del todo efectivas y para ella no son suficientes. El caso de la influencer parece ser tan grave, que asegura haber roto todas las que ha realizado su odontóloga debido a la presión que realiza con los dientes.
Por ello, Violeta decide recurrir también al bótox, sustancia neurotóxica que bloquea los músculos, en este caso maseteros, con la que se consigue un alivio considerado de los síntomas ocasionados por la excesiva contracción mandibular.
La valenciana ha aprovechado su visita a las clínicas Barber para matar dos pájaros de un tiro. Para ella su sonrisa, mejorada por las mágicas manos de la dra. Irene Esteve, es una de sus mejores cartas de presentación.
Hasta ahora no parecía haberle preocupado en demasía, sin embargo, de un tiempo a esta parte, Violeta empezó a notar un antiestético 'defecto' en las fotografías que se realizaba, que poco después su amiga Carla Barber corroboró: tiene sonrisa gingival.
Esta puede corregirse mediante cirugía, alargando las coronas dentales. Pero también sin ella. Y aquí, el bótox vuelve a ser clave.
"Adiós sonrisa gingival", dice contenta mientras muestra su cara tras los pinchazos de toxina botulínica, la cual le han aplicado en varias zonas de su rostro para tratar no solo este problema, también "para el bruxismo".
La mamá de Gala Colloricchio está muy contenta con el resultado de este último retoque, que no será definitivo hasta pasados aproximadamente unos "diez días".