Natalia Sánchez habla de las dificultades que tuvo en su adolescencia para gestionar la fama. La madrileña fue protagonista de una de las series más exitosas de la pequeña pantalla en nuestro país y, aunque este trabajo le abriese infinitas puertas, también trajo consigo complicados momentos que ahora recuerda entre risas. La actriz de 'Los Serrano', jamás olvidará esa agridulce etapa de su vida en la que, desde los 12 hasta los 18 años, interpretó a Teté Capdevila.
La hija de Lucía en la exitosa serie de Telecinco ha concedido una entrevista radiofónica en La Ser en la que, entre otros asuntos, ha hablado de sus inicios en el mundo de la interpretación y de cómo sobrellevó convertirse en uno de los rostros más conocidos del país en una etapa tan importante como la adolescencia y primeros años como adulta.
"Mi adolescencia estuvo condicionada por esa parte. A mí me dolía mucho, sobre todo por mis amigas. Yo tenía por una parte el sufrimiento de la fama, pero por otra parte la alegría de que te conocieran. Es una vida distinta", explica la actriz en su charla con Mar Torres, donde, a pesar de todo, reconoce sentirse profundamente agradecida a "este personaje", al que "debo el poder dedicarme a lo que me dedico".
Sin embargo, Natalia es consciente de que no tuvo una adolescencia normal. "Mis amigas sufrían porque si íbamos a una discoteca me pasaba todo el rato firmando autógrafos y haciéndome fotos (…) Me sabía mal por ellas, porque si íbamos a una discoteca tenían la parte buena de que a lo mejor nos ponían en un reservado, pero me pasaba todo el rato firmando autógrafos y haciéndome fotos, dando besos a la gente y ellas no disfrutaban", apunta. "Yo tampoco, pero era parte de mi trabajo, entonces, no me molestaba tanto. Ellas sí es verdad que decían a veces: Jo, Nata, es que esto es un poco insostenible", añade.
Sánchez ha recordado asimismo una anécdota relacionada con Víctor Elías, Guille Serrano en la ficción, con quien en la actualidad continúa manteniendo una excelente amistad y quien durante un tiempo también fue su pareja. "Una de las primeras veces que fui al cine con mis amigas nos tuvo que evacuar la policía de un centro comercial porque vino Víctor Elías", cuenta mientras asegura que la idea de ir a un mall un viernes por la tarde "fue un suicidio".
Toda esa fama que logró gracias a su trabajo también acabó repercutiendo en el bolsillo de la joven, quien asegura haber crecido como cualquier otra adolescente gracias a la gestión que sus progenitores decidieron llevar con sus ingresos: "A nivel monetario no me afectó. Mis padres me trataron como a una niña normal, no supe lo que cobraba hasta muchos años después".