Sofía Suescun abandona Madrid junto a Kiko Jiménez tras lo ocurrido con Maite Galdeano. Después de conceder en 'De Viernes' su entrevista más sincera, la ganadora de 'Gran Hermano' y de 'Supervivientes' viaja hasta Linares con su pareja, donde se refugia en la familia de su novio mientras en la suya se vive una auténtica guerra.
La influencer no se encuentra en un buen momento personal. Echar de casa a su madre y tomar la decisión de romper lazos con ella ha sido lo más difícil a lo que Sofía Suescun se ha tenido que enfrentar. Kiko Jiménez está siendo su mayor apoyo y baluarte en estos momentos.
Tras mostrarse más vulnerable que nunca en televisión, la finalista de 'Supervivientes All Stars' ha puesto rumbo a Jaén, donde la familia de Kiko les ha recibido con los brazos abiertos. Allí, la navarra ha recuperado la sonrisa, se ha embriagado de felicidad y ha encontrado algo de paz en estos difíciles momentos. El amor ha sido el motivo por el que la pareja ha viajado hasta Andalucía.
Y es que, tal y como se ha podido ver a través de las redes sociales, los abuelos de Kiko han celebrado sus bodas de diamante; es decir, cumplen nada más y nada menos que 60 años de casados. Un aniversario muy especial que no han querido dejar pasar y que han aprovechado para reunir a toda la familia y comer juntos en un restaurante.
Juntos han brindado y celebrado por tal especial acontecimiento y Sofía, que ha crecido en el seno de una familia desestructurada, ha vivido momentos únicos y muy emocionantes para ella; especialmente si se tiene en cuenta el dolor que siente en estos momentos por haberse separado de la que para ella.
"Listos para celebrar", "Family time (tiempo en familia)", escribe el colaborador de 'Fiesta' a través de sus historias temporales de Instagram, en las cuales ha mostrado algunos de los preciosos y mágicos momentos que ha podido vivir en su ciudad de Jaén. "Soñaba con este momento", apunta mientras enseña la cara de felicidad de Sofía viviendo momentos cotidianos con su abuela en la casa familiar de Linares.
"Esto es vida, verlos así después de 60 años casados", dice mientras muestra a sus abuelos dándose un beso en los labios y sueña con poder vivir tantos años al lado de su pareja como para poder celebrar junto a ella sus propias bodas de diamante; algo cada vez más complicado que solo muy pocos consiguen.