El ritual de Luitingo, Jessica Bueno y sus hijos en una playa de Almería pone en jaque a biólogos y ecologistas
Jessica Bueno y Luitingo quisieron realizar con sus hijos una mágica actividad durante sus vacaciones en Almería
Científicos y ecologistas advierten de los peligros que pueden causar este tipo de rituales en el medioambiente
La exconcursante de 'GH VIP' reflexiona sobre la influencia de Luitingo en la vida de sus hijos
Jessica Bueno organizaba hace unos días una bonita actividad familiar junto a Luitingo y sus hijos. La exconcursante de 'Gran Hermano VIP' no dudaba en presumir ante sus miles de seguidores del divertido plan con el que se entretenían todos juntos durante sus vacaciones en Almería: pintar piedras. Tras una agradable jornada, la feliz familia hacía una excursión a una playa situada de Carboneras, en el Parque Natural del Cabo de Gata, donde vivieron un precioso y mágico día que terminaron haciendo un ritual u ofrenda que no gusta nada y pone en jaque a científicos, biólogos y ecologistas.
Los sevillanos, que viajaron y estuvieron unos días junto a unos amigos, quisieron sumarse a lo que en muchas playas de piedras se ha convertido ya en una especie de 'tradición'. Cada vez es más frecuente encontrar montículos de piedras apiladas en distintos entornos naturales. Una ofrenda, un deseo y toda la buena energía de quienes realizan este peculiar ritual se acumula en espacios como Playa Galera, en Almería.
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Allí, el tiempo parece detenerse. En uno de sus extremos, miles de piedras dispuestas de manera intencionada han transformado el paisaje.
Jessica, Luitingo y sus hijos han ido un paso más allá y han querido decorar sus piedras con pintura (quizá ecológica), algo por lo que el impacto de su ofrenda en el medioambiente podría ser incluso mayor que el convencional. El ritual de Luitingo, Jessica Bueno y sus hijos durante sus vacaciones en Almería pone en jaque a biólogos y ecologistas.
Lo que comenzase hace siglos en las montañas de los Andes como una ofrenda a la Pachamama, ha terminado expandiéndose a otros lugares. Según National Geographic, los viajeros solían dejar por el camino 'apachetas', formando montículos de piedra con los que "pedían permiso para ingresar a nuevas tierras, y rogaban por protección y salud durante su travesía".
Esta práctica ha sobrevivido durante siglos y es frecuente verla en distintos entornos naturales y protegidos. El turismo y las redes sociales han extendido este ritual, desvirtuándolo por completo en muchas ocasiones y convirtiéndolo en algo simplemente 'instagrameable'.
Las apachetas o piedras no solo acaban modificando el paisaje y los expertos advierten sobre esto mismo. También cambian el hábitat de la fauna y de la flora, pues las rocas pueden ser refugio de muchas especies y el sistema de agarre de algas, musgos y otros tipos de plantas.
Un equipo internacional de investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), advierte que las apachetas alteran las condiciones especiales de temperatura y humedad que crean las piedras, y que son clave para especies pequeñas.
En la revista Human-Wildlife Interactions, publicaban hace tiempo un artículo sobre esto mismo. En él, los científicos advertían sobre el "peligro emergente" que las "piedras fotográficas" podrían suponer "por culpa del turismo" para "la biodiversidad que habita en las rocas".