Confunden a la madre de Carla Barber con su hermana: sus retoques estéticos para parecer 20 años más joven

Carla Barber está muy unida a su madre, Rosa Barber, a la que han llegado a confundir con su hermana por los múltiples retoques que se ha hecho en la cara. La progenitora de la exconcursante de 'Supervivientes' tiene 66 años, pero en su rostro no se atisba ni una arruga. Su eterna juventud se debe a los "retoques bien hechos" que la reina del 'pinchi-pinchi' y el antiaging le ha realizado a lo largo de los años.

La Miss, que fue coronada Miss España en el año 2015, hablaba recientemente de la importancia de aplicar correctamente los distintos tratamientos para conseguir resultados como los de Rosa Barber, que pasada la barrera de los 60, puede presumir de aparentar bastantes años menos. Recientemente, puso su caso como ejemplo para analizar los retoques de Jennifer Aniston, que solo tiene una década menos que su madre y parece bastante mayor.

La médica, que es la primera en pincharse la cara si así lo estima oportuno, acaba de inyectar neuromoduladores en el rostro de su madre siguiendo su famoso método de los tres puntos, para rejuvenecer aún más su rostro y sus facciones. Hace tan solo unos días la confundían con su hermana.

Carla ha inyectado ácido hialurónico para rellenar arrugas. Este producto consigue alisar de manera instantánea el rostro de su progenitora. También neuromoduladores, "que tardan entre 48 y 72 horas en hacer efecto".

Para la exconcursante de 'Supervivientes' su madre no es solo eso, es también su gran amiga y mayor apoyo en sus peores momentos. La modelo solo quiere lo mejor para ella y por ello no duda en darle los mejores cuidados en sus clínicas.

Gracias a sus técnicas, ha conseguido que su madre luzca mucho más joven de lo que es sin perder la expresión o que en su rostro se vea con ese temido efecto de 'pillow-face' que presentan muchas famosas por exceso de producto.

Barber lleva años realizándole tratamientos a su madre para que luzca así de joven y guapa. Rosa se ha convertido en su mejor paciente y no duda en ponerse en sus maravillosas manos de cuando en cuando para frenar y tratar de revertir el paso del tiempo.